Alejandro Bermudez: Campeón de la papolatría emocional. Por José Galát.

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JOSE GALAT
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ALEJANDRO BERMÚDEZ: CAMPEÓN DE LA PAPOLATRÍA EMOCIONAL
Lanza en ristre se viene el Señor Alejandro Bermúdez, contra quienes como católicos y en uso del derecho de anunciar y denunciar, que nos concede la Constitución sobre la Iglesia en su numeral 37, recogido en el Catecismo en el numeral 907, y en el Código de Derecho Canónico, numeral 212, 3, ponemos de presente, los graves errores contra la fe, en que el Papa Francisco ha incurrido en su magisterio. El numeral 907 del catecismo, a letra dice: "Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestarla a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres y la reverencia hacia los pastores, habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas".
El señor Bermúdez es habitual comentarista de EWTN, canal de televisión fundado y dirigido por una monja extraordinaria, la “Madre Angélica”, ella, defensora indesmayable de la fe católica, que no permitió jamás que el medio de comunicación por ella manejado, sirviera de trampolín a los personajes que propagaban herejías. Murió la Madre Angélica hace poco tiempo, y Alejandro Bermúdez, apoderado de la dirección periodística del canal, para hispanoamèrica, ha puesto éste al servicio del peor hereje que tiene actualmente la Iglesia, que diaria y nochemente pronuncia insensateces contra las verdades de la fe de nuestra noble Iglesia Catrólica. Se trata del Papa Francisco, quien con sus acostumbradas y falsas enseñanzas ha producido una formidable desorientación en la familia cristiana.
Muchos de los que Bermúdez maltrata con su ignorancia, cómo el distinguido teólogo mexicano José Alberto Villasana y José Galat, han demostrado con razones, no con simples afirmaciones, las muy graves faltas contra la fe del Papa Francisco. Se esperaba también con razones, ¡óigase bien con razones!, con argumentos especialmente bíblicos y del Magisterio de la misma Iglesia, que Bermúdez demostrara sus opiniones en favor de Francisco. Pero ¡no!, Bermúdez como cualquier ignorante del ABC de nuestra fe católica, recurre a afirmaciones emocionales, típicas de hombres viscerales que no saben pensar.
Bermúdez pretende que nos traguemos sin examen, enteras, las falsas tesis del Papa Bergolio, como por ejemplo:
*Que “Nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio” ya que todo el mundo se salva, cumpla o no los mandamientos, cuando por el contrario Jesús declaró: “…Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos” (Mt. 19; 17) y por tanto “Muchos son llamados y pocos son los escogidos” (Mt. 22; 14).
*Que “Si la educación de un chico se la dan los católicos, los protestantes, los ortodoxos o los judíos, a mí no me interesa. A mí lo que me interesa es que lo eduquen y le quiten el hambre”, esto contra la afirmación del Señor que nos dice “…No solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4, 4).
*Que no hay que hacer proselitismo porque hacer discípulos para Cristo es una tontería y hasta un pecado e injusticia, esto desconociendo que Cristo recién resucitado ordenó a sus discípulos “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt. 28; 19).
*Que los adúlteros no arrepentidos pueden tranquilamente acceder a la comunión, ignorando las contundentes palabras de San Pablo “…porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación” (1Cor. 11; 28-29).
* “Que Dios no puede ser Dios sin el hombre” pasando por alto que Él como dice el Apocalipsis es el alfa y el omega, el que era, el que es y el que vendrá, y además como nos dice la misma palabra “Antes de ser engendrados los montes, antes de que nacieran la tierra y al mar, desde siempre hasta siempre, eres Dios” (Sal. 90; 5).
Bermúdez responde que hay que aceptar esas monstruosidades y otras más que ponen en grave peligro el destino eterno de todos, únicamente porque lo dijo Bergolio como Papa. Pero en mora está Bermúdez de demostrar con razones, ¡con razones!, no con adjetivos, ni con sentimentalismos, ni con verborrea emocional, ni con calificaciones personales, que no son falsedades las falsas enseñanzas de Francisco, y que éstas no van en oposición a la Biblia ni al Magisterio tradicional de la misma iglesia.
En efecto, no repara Bermúdez en los elementales embustes de la enseñanza papal, sino en la sola condición del Papa que la pronuncia, y pretende que nos traguemos los sapos que nos da Bergoglio, únicamente porque lo dijo quien aparentemente ostenta la calidad de Pontífice Universal. ¡No Señor Bermúdez!, usted debe refutar tesis con tesis y argumentos con argumentos, o por lo menos dígale a la gente con Biblia y Catecismo en mano, si los equivocados somos nosotros o es el Papa. Si la “Madre Angélica” viviera, ella que tan celosamente permaneció en la auténtica doctrina de Cristo, ¿creen ustedes que permitiría semejantes desaguisados contra la fe de los creyentes?
Utiliza el señor Bermúdez el latinajo de ubi petrus ibi ecclesia ubi ecclesia ibi christus, que significa “donde está Pedro está la Iglesia, y donde está la Iglesia está Cristo”, y esto es cierto, pero con la condición de que se trate de un Papa AUTÉNTICO y no de uno ficticio, de uno falso, de uno que enseña herejía tras herejía y que fue impuesto astutamente por una “mafia cardenalicia”, como lo confesó con cinismo el Cardenal Godfried Danneels, a la sazón, líder más importante del cardenalato de nuestra Iglesia.
Pretende pues, el señor Bermúdez que todos los católicos obedezcamos sin más, a quien tiene la apariencia de Papa, pero no lo es en la realidad. Pero obedecer a un falso Papa no es obedecer al verdadero Pedro, ni a la verdadera Iglesia, ni al verdadero Cristo, eso es obedecer a la mentira y al demonio.
La prueba de que finalmente donde está la apariencia de Pedro no está la realidad de Jesús, nos la da el Capítulo 13; 11-ss del Apocalipsis, que indudablemente se aplica a un Papa herético, a un Papa que enseña falsedades en vez de verdades, pero también a un Papa que tiene la apariencia de tal, pero que en realidad no fue elegido por el Espíritu Santo, sino por una mafia cardenalicia corrupta y politiquera. Así Francisco es figura de Pedro solo en apariencia, no en la realidad y eso es precisamente lo que deberían distinguir nuestros críticos, como el señor Bermúdez.
Bermúdez señala de “irracionales” las razones que dieron los mismos complotados en la elección fraudulenta de Francisco, sepa él que no está tratando de irracional a José Galat ni a Alberto Villasana, sino, a los mismos cardenales de quienes no pueden desconocerse sus maniobras politiqueras, que manipularon la tendencia electoral en el conclave del 2013, una práctica prohibida y condenada bajo pena de excomunión por la no derogada -Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis- de Juan Pablo II.
También el Sr. Bermúdez, arremete indiscriminadamente y con errores gravísimos contra todas las revelaciones privadas. Pero, si bien es cierto que no hay obligación de creer en ellas, tampoco se pueden despachar de forma alegre e irresponsable en bloque las mismas, porque ya nos dice la Palabra de Dios, que no hay que sofocar la voz del Espíritu Santo y que debemos discernir lo erróneo de lo verdadero. “No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno” (1 Tesalonicenses 5; 19-21).
En conclusión, es menester que Bermúdez antes de criticar se informe y que critique con razones valederas, con argumentos pesados, es decir ante todo con la misma Palabra de Dios consignada en la Biblia y enseñada en el Catecismo. De lo contrario, sus posiciones críticas carecerán de fundamento y contribuirán no a fortalecer la vida de la Iglesia, sino a desorientar más al pobre rebaño de estos tiempos, que bastante desorientado anda ya con la guía del falso Papa Bergolio.
José Galat