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“Boga mar adentro” (Lc 5,4). Es decir, adéntrate en el mar de los debates

Dedicado a los blogueros de InfoCatólica

Bruno, el 10.09.15 a las 10:50 PM

Hoy, por ser el Día Internacional de los Blogeros de InfoCatólica…¿Cómo? ¿Que eso no existe? Si el Patrimonio Audiovisual y el Uso Prudente de Antibióticos tienen sus días (el 30 de octubre y el 18 de noviembre, respectivamente), no veo por qué no han de tenerlo los blogueros de InfoCatólica. Sería una vergonzosa discriminación. Los blogueros infocatólicos también tenemos nuestro corazoncito y, aunque no seamos tan importantes como la Tuberculosis (24 de marzo) o las Marionetas (21 del mismo mes), digo yo que también podrían concedernos un Día Internacional o al menos un Minuto Internacional.

Como iba diciendo antes de que un lector me interrumpiera (seres molestos donde los haya, los lectores, que no hacen más que interrumpir), en algún momento de este día se celebra el Minuto Internacional de los Blogueros de InfoCatólica y, para celebrar este fausto (o “infausto", nunca me acuerdo cuál es cuál) acontecimiento, he traducido unos breves párrafos de San Ambrosio dedicados a ellos:

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“Boga mar adentro” (Lc 5,4). Es decir, adéntrate en el mar de los debates. ¿Acaso hay profundidad comparable al “abismo de riquezas, de sabiduría y de ciencia del hijo de Dios” (Rm 11,33), a la proclamación de su filiación divina? […] La Iglesia es guiada por Pedro en la alta mar del testimonio, para contemplar al Hijo de Dios resucitado y al Espíritu Santo derramado.

¿Qué son esas redes de los apóstoles que Cristo ordena lanzar? ¿No serán el encadenamiento de las palabras, las respuestas del discurso y la profundidad de los argumentos, que no dejan escapar a los que han atrapado? Estos instrumentos de pesca de los apóstoles no llevan a la muerte a su presa, sino que la conservan, la sacan de los abismos a la luz, de la profundidad hacia la altura […].

“Maestro, dijo Pedro, nos hemos esforzado toda la noche sin haber pescado nada, pero, por tu palabra, echaré las redes” (Lc 5,5). Para mí también, Señor, es de noche cuando no me hablas. Aún no he convertido a nadie por mis palabras, sigue siendo de noche. Hablé el día de la Epifanía: lancé la red y no pesqué nada. Lancé la red durante el día. Espero tus órdenes. Por tu palabra, la volveré a lanzar. La confianza en uno mismo es vana, pero la humildad da fruto. Aquellos que, hasta entonces, no habían pescado nada, por obra de la palabra del Señor capturaron una enorme cantidad de peces.

Comentario del Evangelio de San Lucas, San Ambrosio de Milán

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