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San Rafael Arcangel y Tobias. historia de San Rafael Arcangel y Tobias descrita en la sagrada biblia, por el padre Cornelio Pfeifer de la orden de los canonigos regulares de la santa cruz. COLOQUIO …Más
San Rafael Arcangel y Tobias.

historia de San Rafael Arcangel y Tobias descrita en la sagrada biblia, por el padre Cornelio Pfeifer de la orden de los canonigos regulares de la santa cruz.
COLOQUIO aSAN RAFAEL ARCANGEL
¡Qué grande os hizo, sublime San Rafael la poderosa diestra del Altísimo! ¡Ay! Yo quiero levantar la vista al refulgente solio de vuestra gloria; y los vivos rayos de brillante luz que os rodean, deslumbran y obligan a cerrar mis endebles ojos.

Vos sois uno de aquellos siete supremos senadores que forman al Rey inmortal e invisible su más secreto gabinete, y que, a la manera de inextinguibles antorchas, arden y brillan sobre los siete candeleros de oro, que vio San Juan en el Apocalipsis delante del Cordero de Dios.

A vos dirige con dulce Majestad sus cariñosos ojos el Rey de la gloria, haciéndoos con los reverberos de su luz eterna e increada un fidelísimo espejo de su hermosura.

A vos confía aquellos profundos arcanos que no es lícito hablar al hombre, y como a su apreciado valido os concede todas las gracias con que, como Ángel de la caridad, queréis socorrer a los afligidos mortales.

Ya que tan grande sois, y tanto priváis con el Rey de Reyes, sacadme de mi pequeñez y miseria y alcanzadme de su Divina Majestad, que se eleve mi espíritu a las cosas celestiales y eternas, en cuya comparación todas las grandezas y pompas de este mundo no son más que vanidad y aflicción del espíritu.

Y para más obligaros, unido mi espíritu con las tres Jerarquías de los Ángeles, saludo a la Sacrosanta e individua Trinidad con tres Padre Nuestro, tres Ave María y un Gloria Patri.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Excelentísimo Príncipe del Empíreo San Rafael, Ministro del gran Rey, celador de su honra, protector de la castidad, patrono de la limosna y oración, conductor de los caminantes, libertador en los peligros, auxilio cierto en las necesidades, iluminador de los ciegos, y médico universal de todas las enfermedades, a vos clamo, y a la sombra de vuestro patrocinio acudo, para que os dignéis sostenerme en todos mis peligros, consolarme en todas mis tristezas, dirigirme en todos mis apuros y remediarme en todas mis necesidades.

Vos reunís todas las prerrogativas de los nueve coros angélicos; tenéis la pureza y el candor de los demás Ángeles; sois Embajador de las cosas grandes, como los Arcángeles; sobre Vos descansa Dios como en los Tronos; con las Dominaciones señoreáis los ánimos; con los Principados veláis sobre Reyes y reinos; enfrenáis los demonios con las Potestades; obráis estupendos milagros como las Virtudes; en Vos, finalmente, se ven brillar las luces de los Querubines y arder las amorosas llamas de los espíritus Seráficos.

Ya, pues, que residen en Vos tanta grandeza, poder y gloria, usad de vuestra generosa beneficencia con esta inútil criatura, que aunque frágil, al fin os ama con dulce pasión, para que sea feliz en tiempo y eternidad. Amén.