Los recientes descubrimientos de la biología molecular permite plantear sobre nuevas bases las teorías de la evolución. J. Monod, en un libro que ha tenido gran difusión, ha intentado fundamentar el transformismo de las especies biológicas en términos de “Azar y Necesidad”, admitiendo como premisa indiscutible la existencia de una evolución biológica progresiva y universal.

Georges Salet, matemático y biólogo, apoyado en los resultados seguros y definitivos de la biología actual, adopta una actitud crítica e impugna la idea misma del transformismo. Basándose en las leyes de la probabilidad demuestra matemáticamente la imposibilidad de una evolución progresiva por medio del mecanismo “mutación-selección”. Un análisis profundo de los mecanismos biológicos fundamentales le ha permitido comprobar que la teoría de la evolución, tal como la presentan los biólogos modernos, se basa únicamente en prejuicios filosóficos muy discutibles. Sus fundamentos científicos resultan cada vez más insostenibles.