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Elkazay
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La clausura o la soledad del corazón o, cómo custodiar el corazón. Es evidente que la clausura es un asunto relevante a los monasterios, pero ¿qué es lo que tiene que ver con la gente laica, los …Más
La clausura o la soledad del corazón o, cómo custodiar el corazón.

Es evidente que la clausura es un asunto relevante a los monasterios, pero ¿qué es lo que tiene que ver con la gente laica, los hombres y mujeres que viven vidas llenas y ocupadas adentro del mundo?

Hay dos razones por las cuales escogí este tema. Una es que la clausura es una realidad de nuestra vida como monjes y monjas cistercienses, y hoy estamos involucrados en el estudio y discusión para discernir de qué manera se nos exige vivir esa realidad de una manera auténtica en el siglo veinteiuno. Así que se trata de un tema de actualidad—uno que se va a discutir ampliamente en la Convocación General.

La segunda razón deriva de la experiencia de los Asociados Laicos de los Cistercienses de Iowa. Hace unos dos años, los Asociados nos pidieron que les habláramos acerca de la clausura para ayudarlos a entender mejor de qué se trata, y cómo ellos pudieran apreciar mejor este aspecto de nuestras vidas. Así lo hicimos, y tuvimos una buena discusión sobre los diferentes niveles de la clausura. Al final, llegamos a la siguiente pregunta: ¿Tendrá esta práctica monástica alguna vigencia en nuestras vidas como mujeres y hombres laicos?

Un año después, supe que muchos de los asociados habían adoptado esta disciplina monástica y hecho cambios importantes en sus vidas siguiendo el espíritu del clausura y la soledad del corazón. Me conmovió la respuesta tan seria que dieron a esto. Más adelante, me gustaría compartir con ustedes algunas de sus experiencias. Pero ahora quizás podríamos considerar ¿qué es lo que es la clausura para los monjes y las monjas? ¿Cuál es su objetivo y su valor? ¿Cómo es que uno lo vive?

(Tomado del documento)