jamacor
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Aprender a perdonar

El perdón es un gran acto de amor. No se trata de pedirlo por una pequeñez: un pisotón, un golpe inesperado o una cosa trivial. Hablo de perdonar cuando se ha cometido una humillación, una herida en el corazón de otra persona, un desprecio, una injusticia flagrante, un maltrato físico o psicológico, sabiendo muy bien lo que se hacía. Pienso ahora, mientras escribo estas líneas, en tantas situaciones terribles por las que pasa el ser humano: por ejemplo, los dramas de matrimonios rotos en donde la dureza, la tortura psicológica y el despecho sistemático hizo estragos y llevó las mejores ilusiones. El análisis está erizado de dificultades. Serpentean en estas masas de pensamientos por los que me abro paso, trampas y vericuetos pantanosos.

El inventario de sufrimientos que puede padecer una persona, llegan a formar un mosaico diverso y frondoso, en donde se hospeda una serie conductas de sinsabores, tristezas y desencantos, unas veces de de forma clara, otras, camufladas…que constituyen un mapa de dolor físico y psicológico de valles y quebradas. Esa lista es el cuento de nunca acabar y al mismo tiempo, todo está descrito y tipificado.

El escándalo del sufrimiento por el que puede transitar el ser humano es kafkiano, increíble, impensado, una caja de sorpresas, para la que se debe estar preparado, teniendo unos cimientos sólidos, fuertes, resistentes y una visión de la vida natural y sobrenatural, física y metafísica, inmanente y trascendente.

El sufrimiento no superado puede volver a esa persona agria, amargada, resentida, dolida, echada a perder. El mismo sufrimiento que a unos los hunde y los sumerge en el odio, a otros los purifica y los hace más humanos y con más capacidad de amor. El tema es saber darle la vuelta al argumento y saber pasar las páginas de esas experiencias negativas, superándolas y mirar hacia delante.

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Fiel A Cristo
Perdonen a Fiel A Cristo, es un bocazas defensor de la doctrina. Pido perdón al mundo.