(ECOS de la CAVERNA) En una conferencia organizada por laPontificia Academia para la Conversión Ecológica, los Inmigrantes y el Cambio Climático (antiguamente conocida como Santo Oficio o Inquisición), un prestigioso teólogo católico ha ofrecido su visión de un cristianismo más profundo y telúrico, vinculado a los arquetipos ancestrales de carácter ecológico.
Higinio Fernández, profesor de Teología Pastoral Buenista del Centro de Estudios Sociorreligiosos de Parla (Madrid), fue invitado personalmente por el Presidente de la Academia, el brasileño Mons. Silvano Modernilho, por sus “grandes aportaciones al cambio de paradigma de los últimos tiempos,desde un cristianismo cristocéntrico a uno antropocéntrico y, después, a un cristianismo geocéntrico o ecocéntrico, más creíble y en consonancia con la mentalidad actual”. La conferencia tuvo lugar en la sala San Leonardo de la Pontificia Academia, que de ordinario está dedicada a la fabricación de compost, con el fin de que el edificio sea energéticamente sostenible (y no, como pretenden algunos maliciosos neopelagianos, para que no se note el olor a azufre).
El profesor Fernández cautivó la atención de los presentes con su teoría de que la Pascua de Resurrección es una “elaboración teológica del renacer de la Madre Tierra en primavera, de ahí la denominación de pascua florida”. En su opinión, esa fue la razón por la que el cristianismo se extendió por todo el mundo, “¡porque nadie puede detener la primavera en primavera!”, exclamó con entusiasmo el teólogo, citando a uno de los grandes nombres del periodismo español.
“Los primeros cristianos”, continuó, “tuvieron los mismos problemas que afronta hoy la Iglesia: muchos de los paganos se resistían a ser ecológicos y se empeñaban en usar plásticos y otros materiales contaminantes. Viendo esta cerrazón, las primeras comunidades decidieron explicar la importancia de la ecología con un cuentecillo fácil de entender y así nació el relato de la vida de Jesús”.
Según el profesor, la Iglesia primitiva inventó que Jesús “nació en Belén para alertar de la importancia de las comunidades pequeñas y sostenibles, en armonía con la naturaleza. Del mismo modo, aunque en este caso basándose en un personaje real, se introdujo en el Evangelio el meritorio esfuerzo del Buen Rey Herodes por limitar la natalidad”.
Entre las exclamaciones de admiración de la concurrencia, el famoso teólogo fue pasando revista a los supuestos hechos de la vida de Jesús y mostrando las “ancestrales verdades de carácter ecológico” que los habían inspirado, desde la importancia de los recursos hídricos en el bautismo hasta el papel crucial de la energía eólica en Pentecostés”. Los fariseos, “por supuesto, son una metáfora de las petroleras, los fundamentalistas religiosos y los negacionistas del cambio climático”.
Quizá el punto álgido de la conferencia fue la explicación de la pasión, muerte y resurrección de Jesús como una “alegoría del sufrimiento de la madre Tierra, su muerte por el calentamiento global y la esperanza de una resurrección gloriosa cuando la plaga humana que asola el planeta no sea más que un mal recuerdo”.
Retomando las conclusiones de otros grandes teólogos, Higinio Fernández concluyó asegurando que “la Madre Tierra resucita en nuestros corazones y por eso podemos cantar ¡aleluya!”. Esta última frase fue acogida con una ovación en pie por la concurrencia. Ante las protestas de modestia del teólogo, los presentes, enfervorizados, lo alzaron a hombros y dieron dos vueltas a la Plaza de San Pedro llevándolo en alto. Tras haber quemado cuatro o cinco coches y haber arrojado al homenajeado a la fuente de la plaza, según la inmemorial costumbre parleña, los asistentes se dispersaron, contentos y alegres de haber dado testimonio de la importancia de la ecología.
El sentido del humor de esta noticia deja mucho, pero mucho que desear. Hace tiempo que los Bergoglianos para evitar el escandalo de las palabras que dice bergoglio inventan noticias desabelladas como esta, para luego decir, ves es que manipulan a Bergoglio... ¡Estas son las berdaderas fakes news vaticanas: las que inventan los bergoglianos.
