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Terrorismo de un sistema económico injusto. El 5 de octubre de 2001, S.E.R. Mons. Vincent Michael Concessao, Arzobispo de Delhi, India, pronunció el siguiente discurso en la Asamblea General del Sínodo …Más
Terrorismo de un sistema económico injusto.

El 5 de octubre de 2001, S.E.R. Mons. Vincent Michael Concessao, Arzobispo de Delhi, India,
pronunció el siguiente discurso en la Asamblea General del Sínodo de Obispos, en el Vaticano:105
“Hace unos días cuando vimos en la televisión la destrucción del World Trade Center y supimos de la
muerte de más de seis mil personas, nos quedamos aturdidos. En algunos países del mundo, hoy, es un
negocio diario y a menudo un signo de desesperación, resultado del desamparo.
Hay otro tipo de terrorismo, sutil, escondido, del que se habla poco. Me refiero al terrorismo de un
sistema económico injusto que oprime hasta la muerte a miles de personas cada día. Según un estudio
sobre la deuda internacional publicado hace dos años, once millones de niños menores de cinco años de
edad mueren cada año en el mundo sobre todo a causa de la falta de comida y de asistencia sanitaria para
enfermedades evitables. Con la actual tendencia a la globalización, la situación de los pobres empeora
cada vez más. Pequeñas industrias se cierran dejando a miles de personas sin un empleo remunerado;
como parte del programa de regulación estructural, se reducen los gastos públicos para las necesidades
básicas de los pobres; los pobres cada vez están más marginados y llevados a la desesperación. Se
convierten en víctimas fáciles de los políticos y de los fundamentalistas. ¿Tenemos un mensaje de
esperanza para ellos, no sólo en palabras si no también en programas de acción concreta?
La situación estadística de la pobreza en el tercer milenio es estremecedora. Con casi un billón de
personas analfabetas en el mundo, más de ciento diez millones de niños en edad escolar que no
frecuentan la escuela, casi 1.3 mil millones de personas que no tienen acceso al agua potable y casi la
mitad de la población mundial, sin acceso a una asistencia sanitaria adecuada.
Hay una frase aterradora en el Concilio Vaticano II (Gaudium et spes) del Decreto de Graciano: “Da de
comer al que muere de hambre, porque si no le diste de comer le mataste”. Es un caso de asesinato por
omisión.
Hay suficientes recursos hoy en el mundo para toda la gente, pero no son suficientes para su codicia.
¿No deberíamos adoptar una opción clara con y para los pobres y contra el sistema en el que ellos no
cuentan nada? Sería parte de nuestro compromiso para una cultura de la vida y una civilización del
amor.
“La peor forma de terrorismo: los mecanismos económicos y financieros”.
El Arzobispo puso énfasis en el hecho de que los ataques terroristas del 11 de septiembre hicieron
mucho ruido en el mundo, pero que estos continuaron en silenciar otro tipo de terrorismo que produce
cada día miles de víctimas, y el cuál parece ser no digno de atención por parte de los gobiernos. El
Arzobispo Concessao se refería a los mecanismos económicos y financieros que gobiernan el globo y
que de acuerdo a las estadísticas, son más letales que el terrorismo en su interpretación más común.
“Vivimos en un estado de injusticia social escandalosa” manifestó “y la tendencia va hacia una
severidad de la situación. Por lo tanto la Iglesia debe luchar por la justicia social, sin la cual, la paz y la
armonía no pueden existir.