Dos " padres " no hacen una madre ...
imagen tomada de eugeniaroccella.it
por Juanjo Romero
La secuencia fotográfica en la que dos hombres, una pareja gay de Canadá, sostienen en brazos, un bebé aún manchado de líquido amniótico, ha dado la vuelta al mundo, publicada con titulares que apelan explícitamente a la emoción del lector.
La emoción está ahí, pero no es empática. Transmite una perturbación bastante indefinible que puede captar cualquier mujer que vea a los dos en la foto, que, sin camisa, toman al bebé piel con piel. En la toma ampliada, en el borde, se puede ver de perfil la expresión de una mujer perdida y sufriente; es la mujer que llevó al bebé en su vientre durante nueve meses, que acaba de dar a luz, y que, de inmediato, debe entregarlo según el contrato que ha firmado.
Se le pagó por ello, ha hecho su trabajo. En las siguientes fotos desaparece. Deja de ser una madre, es sólo una prestadora de servicios, al igual que la otra, la desconocida que ha proporcionado los ovocitos de pago; porque quien «encarga fabricar» un niño como un objeto para ser envasado, no quiere estar relacionado biológicamente con una sola mujer, prefiere que haya dos madres, una ‘genética’ (de la que se toman los ovocitos) y otra gestacional (a la que se le alquila el útero). Luego, por supuesto, a esas madres las hacen desaparecer, ya no habrá ninguna madre.
Las lágrimas del hombre que finalmente ha capturado al bebé en sus brazos son comprensibles, pero también terribles. No es la emoción de un padre testigo del parto, que ha agarrado la mano de su compañera, que ha vivido con ella el embarazo.
Hay un padre, pero que no puede ser una madre. La mujer está excluida, negada, apenas aparece en una sola imagen de la que se la borra para poder construir la gran ficción de una paternidad sin carne, sin sexo o relaciones naturales. Ese niño no podrá escuchar, arrullada por su madre, cerquita de su corazón, los latidos que le han acompañado en útero, un sonido habitual y reconfortante. No sentirá el olor de su madre, el dulce aroma de la suave piel y de la leche materna. Ese niño ha sido obtenido en el nuevo mercado de la fabricación de hijos
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