La visita de Joe Biden al Vaticano. Por el arzobispo Carlo Maria Viganò
Incluso si las declaraciones de Biden se corresponden perfectamente con los exabruptos inapropiados de Jorge Mario Bergoglio -que llamó "gran italiana" a [Emma Bonino] una notoria abortista radical-, está claro que tales declaraciones son un escándalo sin precedentes, porque no condenan las posiciones de una figura política a favor del aborto. Desmienten la posición invariable del Magisterio de la Iglesia y suenan como una descarada invitación a cometer sacrilegio y a profanar la Santísima Eucaristía recibiéndola en estado de pecado público y manifiesto.
Exhorto a los fieles a que, en la fiesta instituida por Pío XI en honor del Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo, recen a la Divina Majestad para que la Iglesia de Cristo sea la primera sociedad, entre las afligidas por la crisis actual, en la que vuelva a reinar Jesucristo, ahora sustituido por los ídolos de la ideología globalista.