fedeaim
60
NOVENA DEL ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS. DÍA NOVENO “Nuestras obras de caridad no son otra cosa que el rebosar de nuestro amor por Dios que surge de nuestro interior. Por lo tanto, aquel que está …Más
NOVENA DEL ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS.

DÍA NOVENO

“Nuestras obras de caridad no son otra cosa que el rebosar de nuestro amor por Dios que surge de nuestro interior. Por lo tanto, aquel que está más unido a Él ama más a su prójimo”. “Nuestra actividad es verdaderamente apostólica sólo en la medida en que permitimos que él actué en y por medio de nosotros –con su poder, con su deseo, con su amor. Debemos ser santos, no porque queremos sentirnos santos, sino porque Cristo debe ser capaz de vivir su vida plenamente en nosotros”. “Consumámonos con él y por él. Déjale ver con tus ojos, hablar con tu lengua, trabajar con tus manos, caminar con tus pies, pensar con tu cabeza y amar con tu corazón. ¿No es esto la unión perfecta, una continua oración amorosa? Dios es nuestro padre amoroso. Permite que tu luz de amor brille tanto ante los hombres que al ver tus buenas obras (lavar, barrer, cocinar, amar a tu marido ya tus hijos) puedan glorificar al Padre”. “Sé santo. La santidad es el camino más fácil para saciar la sed de Jesús, la suya por ti y la tuya por él”.

Pensamiento del día:
“La caridad hacia los demás es el camino más seguro para una gran santidad”.
Pide la gracia de ser santo.

Oración a la Santa Teresa de Calcuta
Santa Teresa de Calcuta, tú permitiste que el amor sediento de Jesús en la cruz se convirtiese en una llama viva dentro de ti, y así te hiciste la luz de su amor para todos. Intercede ante el Corazón de Jesús (Menciona aquí el favor que deseas obtener). Enséñame cómo dejar que Jesús penetre en mí y posea por completo todo mi ser para que mi vida también pueda irradiar su luz y amor a para los demás. Amén. Corazón Inmaculado de María, Causa de Nuestra Alegría, ruega por mí. Beata Teresa de Calcuta, ruega por mí.

Cada vez que le pedían a la Madre Teresa que hablara, ella siempre repetía con firme convicción: “La santidad no es el lujo de unos pocos, sino un sencillo deber para ti y para mí”. Esta santidad es una íntima unión con Cristo: “Cree que Jesús, y sólo Jesús, es vida –y la santidad no es otra cosa que Jesús mismo viviendo íntimamente en ti. Viviendo en esta íntima unión con Jesús en la Eucaristía y en los pobres “24 horas al día”, como ella solía decir, la Madre Teresa se convirtió en una auténtica contemplativa en el corazón del mundo. “Por lo tanto, haciéndolo con él, estamos orando el trabajo: pues, haciéndolo con él, haciéndolo por él y haciéndoselo a él, nosotros lo estamos amando. Y al amarlo entramos más y más en esa unión con él, permitiéndole vivir su vida en nosotros. Y esta vida de Cristo en nosotros es la santidad”.