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El niño Jesús con los doctores de La Ley. Gloria al Padre, Al Hijo, Y al Espíritu Santo. Como era en el principio, Ahora y Siempre, Y por los siglos de los siglos. Amén La escalera al cielo: Sin …Más
El niño Jesús con los doctores de La Ley.

Gloria al Padre, Al Hijo, Y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
Ahora y Siempre,
Y por los siglos de los siglos. Amén

La escalera al cielo:

Sin obediencia no hay virtud;
sin virtud no hay bien.
Sin bien no hay amor.
Sin amor no hay Dios.
Y sin Dios no hay Paraíso.


Esto forma como una escalera, si falta un peldaño uno se cae.
El anhelo de la paz eterna es legitimo y santo, pero debe ser moderado para una total resignación a los designios del Altísimo: más vale cumplir la Voluntad Divina en este mundo, que gozar en el Paraíso."Sufrir y no morir" era el ‘leit-motiv’ de Santa Teresa. El Purgatorio es un lugar de delicias, cuando se lo soporta por voluntaria elección de amor.

Amor a mis hijos espirituales:
La caridad es la reina de las virtudes. Como el hilo entrelaza las perlas, así la caridad a las otras virtudes; cuando se rompe el hilo caen las perlas. Por eso cuando falta la caridad, las virtudes se pierden.
La caridad es la medida con la que el Señor nos juzgará a todos
La humildad y la caridad van de la mano. La primera glorifica, la otra santifica.
Amo a mis hijos espirituales tanto como a mi alma y aun más.
Al final de los tiempos me pondré en la puerta del paraíso y no entraré hasta que no haya entrado el último de mis hijos.