Las Beatas Mártires de Orange en 2 Minutos - El Santo del Día - 9 de Julio padrejosédejesús
32 beatas mártires de Orange
Virgenes y Mártires
Por: Xavier Villalta | Fuente: Catholic.net

La historia del martirio de 32 religiosas francesas es parte de la gran masacre efectuada en la Revolución Francesa, y en concreto durante el período conocido como "el terror", que duró, en toda Francia, desde el otoño de 1793 hasta el verano 1794.

En este periodo, actuaron algunos tribunales extraordinarios, de los cuales uno de los más crueles era el de la ciudad de Orange, en el sureste de Francia, en el Vaucluse. Sus actividades se iniciaron el 17 de junio 1794 y finalizaron el 5 de agosto del mismo año.

En estos dos meses, persiguió ferozmente a sacerdotes, monjas y religiosos, al clero "refractario" que se habían negado a realizar el juramento de "libertad-igualdad" a la Constitución Civil del Clero, que por sus principios restrictivos a la autoridad espiritual de Roma acabó siendo condenada por el Papa Pío VI.

El tribunal especial en Orange juzgó en esos dos meses a 595 personas, de las cuales 332 fueron condenadas a la guillotina. Entre ellas se encontraban 36 sacerdotes y 32 religiosas.

Las hermanas encontradas en la región de la llanura de Ródano fueron llevados a la prisión de Orange, llamado "La Cure". Eran dos Cistercienses, una Benedictina, dieciséis Ursulinas, congregación que tenía varias casas en la región, y trece Sacramentinas, congregación fundada en el siglo XVII por el padre Antonio Lequieu.

Las Ursulinas y Sacramentinas fueron detenidos en Bollène (comuna francesa situada en el departamento de Vaucluse, al centrosur de Francia) el 22 de abril de 1794 y luego trasladada a Orange el 2 de mayo. En la cárcel, todas juntas, continuaron la práctica de su vida monástica.

Después de unas semanas, las hermanas, condenadas a muerte por odio a la fe, comenzaron a ser ejecutadas a partir del 6 de julio de 1794, y día tras día, en grupos pequeños, subieron a la horca bajo el redoble de tambor y entre gritos de "Viva la Nación", "Viva la República", ante la multitud que se reunía para ver las ejecuciones a la puesta del sol.

Las hermanas tuvieron un comportamiento excepcionalmente heroico atestiguado por los que escaparon de la matanza. Este acto heroico era mayor a medida que su número disminuía, las hermanas, después de saludar a los que allí se hallaban, eran injusta y violentamente asesinadas.

Las que aún no eran llamadas recitaban las oraciones por los moribundos y, permaneciendo de rodillas y en silencio, esperaban que finalicen las ejecuciones, y cuando creían que todo había terminado, homenajeaban a sus familias religiosas con el canto del "Te Deum" y "Laudate Dominum", exhortándose mutuamente a enfrentar su muerte al día siguiente.

Las ejecuciones se prolongaron durante tres semanas, hasta al último, murió la Madre Superior de las Ursulinas. Sus cuerpos fueron enterrados en el campo Gabet, cerca de Orange, en la confluencia del Ródano y Leygues, y desde el primer día el lugar del entierro se convirtió en lugar de peregrinación de personas atraídas por la fama de gran santidad de las religiosas.