"Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío". Tú que vives al amparo del Altísimo 1 y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: “Mi refugio y mi baluarte, 2 mi Dios, en quien confío”. …Más
"Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío".
Tú que vives al amparo del Altísimo
1 y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: “Mi refugio y mi baluarte,
2 mi Dios, en quien confío”.
Él te librará de la red del cazador
3 y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
4 y hallarás un refugio bajo sus alas.
No temerás los terrores de la noche,
5 ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que acecha en las tinieblas,
6 ni la plaga que devasta a pleno sol.
Aunque caigan mil a tu izquierda
7 y diez mil a tu derecha,
7 tú no serás alcanzado:
7 su brazo es escudo y coraza.
Con sólo dirigir una mirada,
8 verás el castigo de los malos,
porque hiciste del Señor tu refugio
9 y pusiste como defensa al Altísimo.
No te alcanzará ningún mal,
10 ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque Él te encomendó a sus ángeles
11 para que te cuiden en todos tus caminos.
Ellos te llevarán en sus manos
12 para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
13 pisotearás cachorros de león y serpientes.
“Él se entregó a mí,
14 por eso, yo lo libraré;
14 lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
15 Estaré con él en el peligro,
15 lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
16 y le haré ver mi salvación”.
Salmo 91 (90)
Tú que vives al amparo del Altísimo
1 y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: “Mi refugio y mi baluarte,
2 mi Dios, en quien confío”.
Él te librará de la red del cazador
3 y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
4 y hallarás un refugio bajo sus alas.
No temerás los terrores de la noche,
5 ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que acecha en las tinieblas,
6 ni la plaga que devasta a pleno sol.
Aunque caigan mil a tu izquierda
7 y diez mil a tu derecha,
7 tú no serás alcanzado:
7 su brazo es escudo y coraza.
Con sólo dirigir una mirada,
8 verás el castigo de los malos,
porque hiciste del Señor tu refugio
9 y pusiste como defensa al Altísimo.
No te alcanzará ningún mal,
10 ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque Él te encomendó a sus ángeles
11 para que te cuiden en todos tus caminos.
Ellos te llevarán en sus manos
12 para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
13 pisotearás cachorros de león y serpientes.
“Él se entregó a mí,
14 por eso, yo lo libraré;
14 lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
15 Estaré con él en el peligro,
15 lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
16 y le haré ver mi salvación”.
Salmo 91 (90)