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Efraín
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"Algunos prodigios ocurridos en la huida a Egipto", Visión y Revelación escrita de la Beata Ana Catalina Emmerick. La Beata Ana Catalina Emmerick nos habla de su Visión y Revelación escrita: "Algunos …Más
"Algunos prodigios ocurridos en la huida a Egipto", Visión y Revelación escrita de la Beata Ana Catalina Emmerick.

La Beata Ana Catalina Emmerick nos habla de su Visión y Revelación escrita: "Algunos prodigios ocurridos durante la huida a Egipto", de cómo la sagrada familia presenció, además de las molestias e incomodidades del viaje, varios prodigios de Dios, en su ruta de la región Judea a Egipto, cuando salieron de Belén prevenidos por el ángel del Señor porque herodes quería matar al divino Niño. Se habían extraviado al entrar a un lugar desolado y Dios quiso mostrarles la ruta a seguir haciendo brotar y crecer a ambos lados del camino, por todo el desierto, la rosa llamada de Jericó.

Al llegar a Lep la Sagrada Familia tuvo que que atravesar el arroyo en balsas, junto con el asno. Fueron ayudados por hombres del lugar que ofrecían el servicio a los viajeros. En la primera población pagana egipcia ni se detuvieron al ver a los habitantes tan altaneros y soeces. Ahí se cumplían 20 días de viaje desde la salida de Belén. En territorio egipcio tuvieron que refugiarse en un corral porque nadie les ofreció comida ni agua, el Niño apenas podía ser alimentado por María. Tuvieron que esperar a que llegaran unos pastores que le dieron algo de agua a José de un pozo cerrado. Más tarde, atravesaron un bosque que en la salida tenía un datilero muy alto. María alzó al divino Niño y rezó una oración. Al instante el alto árbol se inclino hacía ellos para que pudieran recoger su abundante fruta. Después eran seguidos por mucha gente del lugar y María repartía dátiles a todos los niños desnudos que los seguían. Llegaron a un sicómoro de grandes dimensiones y para ocultarse de la gente ocurrió otro suceso milagroso: el árbol abrió su tronco y se metieron dentro de él, ya que estaba vacío en su interior, así pasaron la noche ocultos.

Al día siguiente iban por un arenal sin agua y al llegar a un montículo María oró fervorosamente. Al momento surgió un manantial de agua abundante que regaba un trecho bastante largo del camino, hasta cierto punto fluía sobre la superficie y después se resumía en la tierra. Esas aguas hicieron el lugar muy fecundo y pronto se llenó de vegetación y árboles de bálsamo. José hizo un hoyo grande para represar el agua y así pudieron lavarse y satisfacer sus necesidades de agua. Más tarde se establecieron ahí varias personas, entre ellas la madre del niño leproso que fue curado milagrosamente. Plantaron en ese lugar jardines y huertas que regaban con el agua mezclada de una noria y el agua del manantial de María.

Después de descansar y tomar alimentos se dirigieron a una ciudad muy grande y bien construida, Heliópolis. Atravesaron la ciudad y llegaron a una plazoleta, en donde había un ídolo muy grande. La Sagrada familia descansó bajo la sombra de un árbol muy alto y frondoso. No tenían ahí mucho tiempo cuando la tierra tembló y el ídolo cayó a tierra. Mucha gente acudió a ver el suceso y se enfureció contra ellos. Pero, entonces volvió a templar, el árbol se desplomó y esa área se hundió haciéndose pantanosa; varios hombres de la multitud enfurecida también se hundieron en el lodo. La Sagrada familia pudo continuar su viaje y se albergaron en un gran edificio deshabitado donde encontraron sitios desocupados.

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"Algunos prodigios ocurridos en la huida a Egipto", Visión y Revelación de la Beata Ana Catalina Emmerick.