No debemos obedecer a Bergoglio porque él está desobedeciendo a Dios

Laicos Unidos en Cristo
Bergoglio no cumple las funciones de un Papa sino que sigue su agenda marxista anticatólica
Durante la entrevista de Bergoglio con la mexicana Valentina Alazraki, reveló que no sabía si le habían hecho tomar el juramento de fidelidad a la Iglesia.
“Me preguntaron si aceptaba. Dije que sí. No sé si me hicieron jurar algo, no me acuerdo”. Fuente: Noticieros Televisa 12. Mar. 2015

Aquí vemos que Bergoglio nunca tuvo la intención de ser fiel ni a Dios ni a la Iglesia. Por eso Bergoglio, en lugar de cumplir las funciones de un Papa, que es proteger y defender el depósito de la Fe, se rebela contra las leyes de Dios y contra las enseñanzas de la Iglesia.

Santo Tomás de Aquino comentando el credo en el artículo1 dice: "Asimismo, todos aquellos que obedecen a los reyes más que a Dios o en aquellas cosas que no deben obedecer, lo constituyen dioses suyos".

Santo Tomás Cayetano, O.P. (1469-1534)
Teólogo y cardenal

Señaló que el famoso axioma «Ubi Petrus, ibi Ecclesia» (donde está el Papa, está la Iglesia) es válido sólo cuando el Papa actúa y se comporta como el Papa, porque Pedro «está sujeto a los deberes del Oficio» de lo contrario, «ni la Iglesia está en él, ni él está en la Iglesia».

Bergoglio desobedece a Dios y se rebela conta las enseñanzas inmutables de la Iglesia católica.
Bergoglio está remplazando el catolicismo por el bergoglianismo que es apostasía pura y peor aun está suplantando a Dios.

Santo Tomás de Aquino enseña que los pecados contra Fe están entre los más grandes de los pecados.

El réprobo Martín Lutero por medio de blasfemias negó los dogmas católicos, negó el purgatorio, el papado, negó la comunión de los santos, el Santo Sacrificio de la Misa, los sacramentos, los votos religiosos, etc.

Quien obedece a Bergoglio se rebela contra Dios. Quien obedece a un hereje desobedece a Dios.

San Vicente Ferrer: «Prestando obediencia a uno que no es papa y tributándole honores papales, se quebranta el primer precepto de la primera tabla»

San Bernardo: “Hacer el mal, sea quien fuere el que lo mande, no tanto será obediencia, cuanto desobediencia -porque se falta a lo que debemos a Dios”.

Bergoglio no vela por la salvación de las almas sino por la destrucción de las almas. Bergoglio no es un pastor sino un asesino de almas.
San Agustín:

“El obispo que no sirve a los fieles (predicando, guiando) es solamente foenus custos (guardian de paja), un espantapájaros colocado en los viñedos para que los pájaros no coman las uvas”. ( Miscel. Agust., Roma 1930, 1, 568).

"El Romano Pontífice tiene la potestad sagrada de enseñar la verdad del Evangelio, administrar los sacramentos y gobernar pastoral-mente la Iglesia en nombre y con la autoridad de Cristo, pero esa potestad no incluye en sí misma ningún poder sobre la ley divina, natural o positiva". (Juan Pablo II, discurso a los Prelados auditores de la Rota Romana, 21 de enero de 2000)

PAPA BENEDICTO XVI: LOS PAPAS NO PUEDEN CAMBIAR LA LITURGIA ARBITRARIAMENTE
«Incluso la suprema autoridad en la Iglesia no puede cambiar la liturgia arbitrariamente».

“El catecismo, al mencionar la limitación de los poderes de la autoridad suprema en la Iglesia con respecto a la reforma, recuerda cuál es la esencia de la primacía tal y como se esboza en los Concilios Vaticano I y II: El Papa no es un monarca absoluto cuya voluntad es la ley, sino que es el guardián del depósito de la fe y la auténtica tradición, por tanto, el principal garante de la obediencia. No puede hacer lo que le plazca y por lo tanto puede oponerse a aquellas personas que por su parte quieren hacer lo que se les ha venido a su cabeza. Su gobierno no es el del poder arbitrario, sino el de la obediencia en la fe. Por eso, con respecto a la liturgia, él tiene la tarea de un jardinero, no de un técnico que construye máquinas nuevas y lanza las viejas en la basura.

Ese es precisamente el punto que hizo Benedicto XVI al comienzo de su pontificado:

"El Papa no es un monarca absoluto cuyos pensamientos y deseos son ley. Al contrario: el ministerio del Papa es una garantía de obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino unirse constantemente a sí mismo y a la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, ante cada intento de adaptarla o diluirla, y toda forma de oportunismo." [Cfr. Homilía para la misa por posesión del presidente del obispo de Roma, 7 de mayo de 2005]

Sandro Magister: Francisco, Papa. No hay nadie más infalible que él. Se muestra dispuesto a rediscutir el dogma de la infalibilidad. Pero en realidad concentra en sí la plenitud de los poderes...Y actúa como un monarca absoluto.

Ningún papa puede hacer lo que le da la gana porque un papa no es un monarca absoluto sino que un siervo de Dios que debe ser ejemplo de obediencia a las leyes de Dios, no de rebelión contra Dios como ha hecho Bergoglio desde Argentina.
Por eso Bergoglio estaba descalificado para ser papa porque en Argentina ya era un hereje, un cismático y un apostata que se había desviado de la fe.
El artículo de La Enciclopedia Católica sobre el «Anticristo» indica que San Bernardo creía que el Anticristo sería un antipapa.

“(…) San Bernardo habla en el pasaje del antipapa [como la Bestia del Apocalipsis].”

Bto. Joaquín (m. 1202): “Hacia el fin del mundo, el Anticristo va a derrocar al papa y usurpar su sede.”
San Gregorio Magno:

“Todo aquel que se proclame obispo de la Iglesia universal es el precursor del Anticristo.”

•Padre Sylvester Berry (1921): ‘Satanás establecerá una Iglesia falsa’
•Mgr. Fulton Sheen (1950): ‘Satanás establecerá una contra-iglesia
Padre Pío: "Satanás vendrá a gobernar una falsa Iglesia"

Padre Gobbi, Milán, Italia, 1972:

Mi Iglesia será sacudida por el viento impetuoso de la apostasía y de la incredulidad, mientras aquel que se opone a Cristo entrará en su interior, llevando así a cumplimiento la abominación de la desolación que os ha sido predicha por la Divina Escritura. Mi adversario se jactará un día de cantar completa victoria sobre el mundo, sobre la Iglesia, sobre las almas.

MI SECRETO Fátima
11/03/1995:
«Por esto hoy, en el mismo lugar donde me aparecí, quiero manifestaros mi secreto. Mi secreto concierne a la Iglesia. En la Iglesia se llevará a cabo la gran apostasía, que se difundirá por todo el mundo; el cisma se realizará en el general alejamiento del Evangelio y de la verdadera fe. En ella entrará el hombre de iniquidad, que se opone a Cristo, y que llevará a su interior la abominación de la desolación, dando así cumplimiento al horrible sacrilegio del cual habló el profeta Daniel (Mt. 24,15). Mi secreto concierne a la humanidad. La humanidad llegará al culmen de la corrupción y de la impiedad, de la rebelión contra Dios y de la abierta oposición a su Ley de amor. Ella conocerá la hora de su mayor castigo, que ya os predijo el profeta Zacarías. (Zac. 13, 79).»

S.S. BENEDICTO XVI

«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch 5, 29)
San Pedro está ante la suprema institución religiosa, a la que generalmente se debería obedecer, pero Dios está por encima de esta institución y Dios le ha dado otro «ordenamiento»: debe obedecer a Dios. La obediencia a Dios es la libertad, la obediencia a Dios le da la libertad de oponerse a la institución.

Y aquí los exegetas llaman nuestra atención sobre el hecho de que la respuesta de san Pedro al Sanedrín es casi hasta ad verbum idéntica a la respuesta de Sócrates en el juicio del tribunal de Atenas. El tribunal le ofrece la libertad, la liberación, pero a condición de que no siga buscando a Dios. Pero buscar a Dios, la búsqueda de Dios es para él un mandato superior, viene de Dios mismo. Y una libertad comprada con la renuncia al camino hacia Dios dejaría de ser libertad. Por tanto, no debe obedecer a esos jueces —no debe comprar su vida perdiéndose a sí mismo— sino que debe obedecer a Dios. La obediencia a Dios tiene la primacía.

Aquí es importante subrayar que se trata de obediencia y que es precisamente la obediencia la que da libertad. El tiempo moderno ha hablado de la liberación del hombre, de su plena autonomía; por tanto, también de la liberación de la obediencia a Dios. La obediencia debería dejar de existir, el hombre es libre, es autónomo: nada más. Pero esta autonomía es una mentira: es una mentira ontológica, porque el hombre no existe por sí mismo y para sí mismo, y también es una mentira política y práctica, porque es necesaria la colaboración, compartir la libertad. Y, si Dios no existe, si Dios no es una instancia accesible al hombre, sólo queda como instancia suprema el consenso de la mayoría. Por consiguiente, el consenso de la mayoría se convierte en la última palabra a la que debemos obedecer. Y este consenso —lo sabemos por la historia del siglo pasado— puede ser también un «consenso en el mal».

Así, vemos que la llamada autonomía no libera verdaderamente al hombre. La obediencia a Dios es la libertad, porque es la verdad, es la instancia que se sitúa frente a todas las instancias humanas. En la historia de la humanidad estas palabras de Pedro y de Sócrates son el verdadero faro de la liberación del hombre, que sabe ver a Dios y, en nombre de Dios, puede y debe obedecer no tanto a los hombres, sino a Dios y así liberarse del positivismo de la obediencia humana. Las dictaduras siempre han estado en contra de esta obediencia a Dios. La dictadura nazi, al igual que la marxista, no pueden aceptar a un Dios que esté por encima del poder ideológico; y la libertad de los mártires, que reconocen a Dios, precisamente en la obediencia al poder divino, es siempre el acto de liberación con el cual nos llega la libertad de Cristo.

Hoy, gracias a Dios, no vivimos bajo dictaduras, pero existen formas sutiles de dictadura: un conformismo que se convierte en obligatorio, pensar como piensan todos, actuar como actúan todos, y las sutiles agresiones contra la Iglesia, o incluso otras menos sutiles, demuestran que este conformismo puede ser realmente una verdadera dictadura. Para nosotros vale esto: se debe obedecer a Dios antes que a los hombres. Pero esto supone que conozcamos realmente a Dios y que queramos obedecerle de verdad. Dios no es un pretexto para la propia voluntad, sino que realmente él es quien nos llama y nos invita, si fuera necesario, incluso al martirio. Por eso, ante esta palabra que inicia una nueva historia de libertad en el mundo, pidamos sobre todo conocer a Dios, conocer humilde y verdaderamente a Dios y, conociendo a Dios, aprender la verdadera obediencia que es el fundamento de la libertad humana.

Benedicto XVI, Homilía 15-04-2010

«Ustedes estarán a mi lado, a pesar de que para el mundo permanezca oculto» SS. Papa Benedicto XVI

«Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él»

A los que han abandonado la Iglesia católica para unirse a la secta apostata bergogliana les espera el castigo eterno.
Los que se han dejado sellar el intelecto y obran la iniquidad en contra de la doctrina moral de la Iglesia católica ya no pertenecen a la Santa Iglesia católica sino a la anti iglesia del anticristo liderada por el falso papa Bergoglio.

Papa León XIII, Satis Cognitum (# 5), 29 de junio de 1896: “Quien se separa de la Iglesia para unirse a una esposa adúltera, renuncia a las promesas hechas a la Iglesia. Quien abandona a la Iglesia de Cristo no logrará las recompensas de Cristo.”
la verdad prevalece
El italiano Francesco Filipazzi explica que los graves errores de Bergoglio en la enseñanza herética sobre el matrimonio y el apoyo del concubinato, están causando gran confusión hasta el grave punto de anular el pecado mortal concluyendo: "Por tanto, si no hay más pecado, no hay necesidad de arrepentirse, no hay necesidad de perdón, no hay necesidad de salvación. Por lo tanto, ya no se necesita …Más
El italiano Francesco Filipazzi explica que los graves errores de Bergoglio en la enseñanza herética sobre el matrimonio y el apoyo del concubinato, están causando gran confusión hasta el grave punto de anular el pecado mortal concluyendo: "Por tanto, si no hay más pecado, no hay necesidad de arrepentirse, no hay necesidad de perdón, no hay necesidad de salvación. Por lo tanto, ya no se necesita la Cruz y Jesús ya no es necesario (ya ni siquiera se necesita el Papa)."