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La Suma de Teología de Santo Tomás de Aquino volumen 1

PREGUNTA 76 — LA UNIÓN DEL ALMA CON EL CUERPO

- 1. ¿El principio pensante se une al cuerpo como una forma?
- 2. ¿Hay tantos principios inteligentes como cuerpos, o hay una sola inteligencia para todos los hombres?
- 3. En un cuerpo que tiene por forma un principio inteligente, ¿hay otra alma?
- 4. ¿Hay en él otra forma sustancial?
- 5. ¿De qué naturaleza debe informarse un cuerpo por un principio inteligente?
- 6. ¿Está el alma unida a tal cuerpo por disposiciones accidentales?
- 7. ¿O mediante otro organismo?
- 8. ¿Está el alma enteramente en cada parte del cuerpo?

Artículo 1: ¿Se une el principio pensante al cuerpo como forma?

Objeciones:

1.
Para Aristóteles, “el intelecto está separado” y no es acto de ningún cuerpo. Por tanto, no puede unirse a él como forma.

2. Toda forma está determinada por la naturaleza de su materia; de lo contrario, no habría necesidad de una proporción entre materia y forma. Pero si el entendimiento estuviera unido al cuerpo como forma, como todo cuerpo tiene una naturaleza determinada, el entendimiento también tendría que tener una naturaleza determinada. Entonces ya no podría conocer todas las cosas que hemos establecido anteriormente. Lo cual iría en contra de la naturaleza misma del intelecto. Luego el entendimiento no está unido al cuerpo como forma.

3. Todo poder receptor que es acto de un cuerpo recibe forma en modo material e individual; porque la forma se recibe según el modo de existencia de quien la recibe. Sin embargo, la forma de la realidad intelectualmente conocida no es recibida en la inteligencia del modo que acabamos de decir, sino, al contrario, de modo inmaterial y universal. De lo contrario, la inteligencia no conocería lo inmaterial y lo universal, sino sólo lo singular, como lo hace el sentido. Luego el entendimiento no está unido al cuerpo como forma.

4. El poder de actuar y la acción pertenecen a la misma realidad; de hecho, es el mismo ser el que puede actuar y el que actúa. Ya sabemos que la actividad intelectual no pertenece a ningún organismo. Por tanto, el poder intelectual no será el poder de un cuerpo. Y como ninguna potencia puede estar más alejada de la materia o más simple que la esencia de la que procede, la esencia misma de la que procede la facultad intelectual no puede unirse al cuerpo como forma.

5.Lo que posee el ser por sí mismo no debe unirse con el cuerpo como forma. Porque la forma es "aquello por lo cual" existe una realidad y, por tanto, estrictamente hablando, el ser de la forma no es el de la forma en sí, sino el del compuesto del que es forma. Ahora bien, el principio pensante posee el ser por sí mismo y es subsistente, como queda dicho. Por tanto, no se une al cuerpo como forma.

6. Lo que pertenece en sí mismo a una realidad está siempre ahí. Ahora bien, pertenece a la forma estar unido por sí mismo a la materia. No es accidental, sino en esencia, que es acto de una materia, de lo contrario la unión de materia y forma no daría un todo esencial, sino un todo accidental. Por tanto, la forma no puede existir sin su propia materia. Ahora bien, el principio pensante, que es incorruptible como hemos demostrado, continúa existiendo sin estar unido a un cuerpo, cuando el cuerpo es destruido. Por tanto, no está unido a él como forma.

En sentido contrario , para Aristóteles la diferencia específica de una realidad debe tomarse de su forma. Ahora bien, en el hombre esta diferencia es lo "racional", debido al principio inteligente que está en él. Este principio es, por tanto, la forma del hombre.

Respuesta:

Es necesario afirmar que el alma intelectual, principio de la actividad intelectual, es "forma" en cuanto humana. El principio inmediato de funcionamiento de un ser es la forma de ese ser a la que se atribuye una actividad; así, el principio inmediato de la curación del cuerpo es la salud; la del conocimiento en el alma es ciencia. Por tanto, la salud es forma para el cuerpo y la ciencia forma para el alma. En efecto, el ser actúa en cuanto está en acto, y aquello por lo que actúa es aquello mismo por lo que está en acto. Ahora bien, el principio inmediato de la vida del cuerpo es el alma. Y como la vida se revela a través de actividades que varían según el grado de ser de los vivientes, el principio inmediato de cada una de las actividades vitales en ellos es el alma. El alma es el principio que nos hace desarrollarnos físicamente, sentir, movernos en el espacio y también pensar. Este principio de nuestro pensamiento, ya sea que lo llamemos inteligencia o alma intelectual, es, por tanto, la forma del cuerpo. Ésta es la demostración de Aristóteles.

Pero si quisiéramos sostener que el alma intelectual no es la forma del cuerpo, tendríamos que mostrar cómo el acto de pensar puede pertenecer a un hombre particular. Todo el mundo sabe por experiencia que es él mismo quien piensa. - Ahora bien, según Aristóteles, la acción se atribuye a un ser de tres maneras: "O este ser actúa según todo lo que es, así cura el médico; o según una parte de sí mismo, así el hombre ve con sus ojos; o por accidente, entonces decimos que el hombre blanco construye, porque sucede que el arquitecto es blanco "Entonces, cuando decimos que Sócrates o Platón actúan como inteligentes, no se los atribuimos. Esto por accidente sino como son hombres. , es decir en virtud de su esencia. Por tanto, debemos admitir que Sócrates piensa según todo lo que es, según la concepción platónica según la cual el hombre es el alma intelectual. O admitir que la inteligencia es sólo una parte de la realidad de Sócrates. La primera opinión es insostenible, porque hemos demostrado que es el mismo hombre el que tiene conciencia tanto del sentimiento como del pensamiento. Sin embargo, el sentimiento no puede realizarse sin el cuerpo, que por tanto debe ser parte del hombre. Por lo tanto, la inteligencia con la que Sócrates piensa es parte de su ser, de modo que la inteligencia está unida de algún modo a su cuerpo.

El comentarista sostiene que esta unión se logra mediante las “especies inteligibles”. Esto se encontraría tanto en el intelecto posible como en las imágenes que dependen de los órganos corporales. Así, la continuidad entre el intelecto posible y el cuerpo de tal o cual hombre estaría asegurada por las especies inteligibles. Pero una continuidad, una unión de este tipo no puede hacer que la acción del intelecto sea verdaderamente una acción de Sócrates. Una comparación tomada del orden de las sensaciones (punto de partida de las investigaciones de Aristóteles sobre la inteligencia) arrojará luz sobre el problema. Las imágenes tienen para la inteligencia la misma relación que los colores con la vista. Las “especies” que provienen de las imágenes están, por tanto, en el intelecto posible, lo mismo que las “especies” sensitivas de los colores están en la facultad de ver. Pero del hecho de que los colores cuyas semejanzas se ven se encuentren en una pared, no se sigue que la acción de ver se atribuya a la pared; preferiríamos decir que se ve. Asimismo, de que las especies que proceden de las imágenes estén en el entendimiento posible, no se sigue que Sócrates, quien posee estas imágenes, piense a sí mismo, sino que él o sus imágenes sean comprendidos por el entendimiento.

Según otros filósofos, el intelecto está unido al cuerpo como principio motor, de modo que el intelecto y el cuerpo forman un solo ser, lo que permite atribuir a este todo la acción del intelecto. Pero esta teoría carece de valor por varias razones: 1. El intelecto sólo puede dar movimiento al cuerpo por medio de la afectividad. Pero el movimiento afectivo presupone un acto intelectual. Por tanto, Sócrates no piensa por un impulso del intelecto; más bien es porque Sócrates cree que está recibiendo un impulso del intelecto. - 2. Sócrates es un ser individual, cuya esencia, compuesta de materia y forma, es una; si el intelecto no es su forma, no pertenecerá a su esencia. El intelecto estará, por tanto, con Sócrates en la relación de un principio motor con lo que se pone en movimiento. Pero el pensar es una actividad inmanente, que tiene su término en el sujeto, y no transitiva, que tiene su término en otro, como la acción de calentar. Por tanto, no podemos atribuir el acto de inteligencia a Sócrates porque recibiría un impulso del intelecto. - 3. La acción de una causa motriz sólo pertenece al móvil como a un instrumento, como la acción del carpintero sobre la sierra. Si a Sócrates le conviene pensar en función de la actividad de su causa motriz, será sólo un instrumento. Conclusión contraria al pensamiento de Aristóteles, para quien el pensamiento no se realiza mediante un instrumento corporal. - 4. La acción de la parte se atribuye al todo, como la del ojo al hombre; sin embargo, nunca se atribuye a otra parte del mismo ser, salvo quizás por accidente. No diremos que la mano ve, porque el ojo ve. Luego, si la unidad del intelecto y Sócrates sólo se realiza como acabamos de decir, la acción del intelecto no puede atribuirse a Sócrates. Por otra parte, si Sócrates es un todo compuesto del intelecto y de los demás elementos que constituyen a Sócrates, y si el intelecto sólo está unido a él como causa motora, se sigue que Sócrates no es absolutamente un todo, y por tanto que no es absolutamente un ser; pues toda realidad posee el ser del mismo modo que posee la unidad.

Lo único que queda es la solución de Aristóteles: este hombre piensa porque el principio pensante es su forma. Es, pues, el acto intelectual el que permite probar que el principio del pensamiento es la forma del cuerpo.

Todavía podemos mostrarlo desde la esencia de la especie humana. La naturaleza de una realidad se revela por su funcionamiento. La operación propia del hombre es pensar; porque por eso es superior a todos los animales. Y Aristóteles estableció en esta actividad la felicidad perfecta, como algo propiamente humano. Por tanto, la especie del hombre debe determinarse según el principio de esta actividad. Y como la especie se determina según la forma propia del ser, se sigue que el principio de la actividad intelectual es para el hombre esta forma propia.

Hay que considerar aquí que cuanto más elevada es la forma, más influencia tiene sobre la materia corporal, menos "incrustada" en ella y más la supera mediante su actividad o su potencia. Así, la forma de un cuerpo compuesto posee una actividad que no es causada por cualidades elementales. Y cuanto más ascendemos en la escala de los seres, más encontramos que la virtud de la forma excede a la materia elemental: el alma vegetal la supera más que la forma del metal, el alma sensitiva más que el alma vegetativa. Ahora bien, el alma humana es la forma más elevada en perfección. Su poder excede tanto a la materia corporal que posee una actividad y una facultad en las que esta materia no entra de ninguna manera. Esta facultad es la inteligencia.

Finalmente, debemos ver claramente que si diésemos el alma como un compuesto de materia y forma, no podría ser en absoluto la forma del cuerpo. La forma es acto, la materia es sólo poder; Por tanto, un compuesto de materia y forma no puede ser, según todo lo que es, la forma de otro sujeto. Si este compuesto es forma sólo según una parte de su ser, esta parte se llamará "alma", y el sujeto de la forma se llamará "primero animado", como dijimos anteriormente.

Soluciones:

1.
La forma más perfecta en la que se detiene la investigación del filósofo de la Naturaleza, es decir el alma humana, "es ciertamente una forma separada, pero unida a la materia" según Aristóteles; y lo prueba por el hecho de que “el hombre es generado de la materia por el hombre y por el sol”. De hecho, está separado como principio de intelección; porque la facultad intelectual no es virtud de un órgano corporal, como la facultad de ver es el acto del ojo. Pensar, de hecho, es un acto que no puede ser ejercido por un órgano corporal como "ver". Sin embargo, el alma que posee esta potencia intelectual está unida a la materia, en cuanto que es forma del cuerpo y término de la generación humana. De ahí esta afirmación en el tratado Sobre el alma de que la inteligencia es una forma separada, porque no es la “virtud” de un órgano corporal.

2 y 3. Por consiguiente, para que el hombre pueda comprenderlo todo mediante su inteligencia y captar lo inmaterial y lo universal, basta que esta facultad intelectual no sea acto del cuerpo.

4 . El alma humana, por su perfección, no es una forma enterrada en la materia, totalmente absorbida por ella. Nada impide que una de sus potencias no sea acto de un cuerpo. Pero el alma, considerada según su esencia, es la forma del cuerpo.

5 . El alma comunica a la materia corpórea el ser por el cual es realidad subsistente, así el alma intelectual forma con esta materia un solo ser, de modo que este ser que es el de todo el compuesto es también el ser del alma. Esto no ocurre con las formas que no son subsistentes. En consecuencia, el alma humana conserva su ser, siendo el cuerpo destruido, lo que no ocurre con las otras formas.

6 . Es inherentemente apropiado que el alma esté unida a un cuerpo, así como que el cuerpo de luz esté en lo alto. El cuerpo de luz sigue siendo ligero cuando se separa de su lugar natural, pero conserva una tendencia, una inclinación a regresar allí. Asimismo el alma humana conserva su ser cuando está separada del cuerpo, aunque tiene una aptitud, una inclinación natural a unirse con la materia.

Artículo 2 - ¿Hay tantos principios del intelecto como cuerpos?

Objeciones:

1.
Parece, por el contrario, que sólo hay una inteligencia para todos los hombres. No existe más de una sustancia inmaterial por especie. El alma humana es una sustancia inmaterial, ya que no está compuesta de materia y forma. Por tanto, no puede haber varios en una misma especie y todos los hombres pertenecen a una sola. Por tanto, sólo puede haber una inteligencia para todos ellos.

2. Eliminando la causa, eliminamos el efecto. Si el número de almas dependiera del número de cuerpos, una vez destruidos estos, no quedaría multitud de almas, sino un solo ser. Lo cual es herético, porque eliminaría premios y castigos.

3. Si mi inteligencia es distinta de la vuestra, entonces son dos inteligencias individuales. Los individuos son en realidad seres que se distinguen numéricamente dentro de una misma especie. Ahora bien, lo que se recibe en el sujeto se recibe según el modo del ser que lo recibe. Las especies inteligibles de las cosas serán, pues, recibidas en nuestras dos inteligencias de modo individual. Pero va en contra de la naturaleza de la inteligencia, que conoce lo universal.

4.Lo que se percibe intelectualmente se encuentra en la inteligencia activa. Si mi inteligencia es diferente a la tuya, el objeto del pensamiento debe ser, por tanto, diferente en cada una de nuestras inteligencias. De este modo será contado como una cosa individual y sólo potencialmente inteligible. Aún será necesario abstraer un concepto universal de ambos, porque cuando tratamos con cualquier pluralidad, podemos abstraer un aspecto inteligible común. Pero va contra la naturaleza de la inteligencia, que, en esta hipótesis, ya no se distinguiría de la imaginación. Por tanto, debemos admitir que existe una sola inteligencia para todos los hombres.

5. Cuando el alumno recibe conocimiento de su maestro, no podemos decir que la ciencia del maestro sea la causa generadora de la ciencia del alumno, o de lo contrario la ciencia sería una forma activa, como el calor, lo cual es evidentemente falso. La ciencia que se transmite al estudiante parece, pues, numéricamente la misma ciencia que la del alcalde. Lo que requiere una única inteligencia para ambos. El maestro y el alumno tienen, por tanto, la misma inteligencia y, en consecuencia, todos los hombres.

6. San Agustín escribe: “Si tan solo afirmara que hay varias almas humanas, me reiría de mí mismo. Pero la unidad del alma aparece con especial claridad en la inteligencia”. Por tanto, existe una sola inteligencia para todos los hombres.

En sentido contrario , existe la misma relación, según Aristóteles, entre causas universales y su efecto universal, y entre causas particulares y su efecto particular. Sin embargo, es imposible que un alma, única en su especie, pertenezca a seres vivos de especies diferentes. Es, pues, imposible que un alma intelectual, numéricamente única, pertenezca a varios seres particulares.

Respuesta:

Que la inteligencia sea única para todos los hombres es absolutamente imposible. Y esto es evidente, en primer lugar, en la posición platónica, donde admitimos que el hombre es inteligencia. Si Sócrates y Platón no son más que un intelecto, forman un solo hombre y sólo se distinguen entre sí por los elementos añadidos a su esencia. No habría más diferencia entre Sócrates y Platón que entre el hombre vestido con túnica y el mismo hombre vestido con capa, lo cual es perfectamente absurdo.

Esto vuelve a ser evidente con la posición aristotélica, donde la inteligencia es una parte, una facultad del alma que es la forma del cuerpo. Es imposible que haya una sola forma para varias realidades numéricamente distintas; así como les es imposible tener un solo ser. Porque el principio del ser es la forma.

Misma conclusión, cualquiera que sea el modo de unión que imaginemos entre la inteligencia y tal o cual individuo. Supongamos una única causa principal y dos causas instrumentales. Habrá un solo ser activo, absolutamente hablando, pero habrá dos acciones; por ejemplo, si un hombre toca varios objetos con ambas manos, sólo habrá uno que esté tocando, sino dos toques. Por el contrario, si hay un solo instrumento y varias causas principales, habrá varios seres activos, pero una sola acción. Por ejemplo, si varios hombres tiran de un barco con un solo cable, habrá varios seres tirando, y sólo una acción de tirar. Si finalmente la causa principal y el instrumento son únicos, habrá un solo ser activo y una sola acción. Así, cuando el herrero golpea con su martillo, sólo golpea uno, y de un solo golpe. - Cualquiera que sea el modo de unión de la inteligencia con tal o cual hombre, es evidente que tiene superioridad sobre las demás facultades, porque las potencias sensitivas le obedecen y están a su servicio. Supongamos que dos hombres tienen varias inteligencias y un solo sentido, por ejemplo si dos hombres tienen un solo ojo, habría varios videntes y una sola visión. Pero, por el contrario, si sólo hay una inteligencia, podemos multiplicar tanto como queramos el número de instrumentos a su servicio, Sócrates y Platón formarán un solo ser inteligente.

Añádase que el acto mismo de pensar, que es acción de la inteligencia, no se realiza con la ayuda de ningún otro instrumento que la inteligencia misma. De ahí una nueva consecuencia: habrá un solo ser que actúe y una sola acción. Es decir que todos los hombres formarían un solo ser inteligente, y habría un solo acto intelectual, es decir: hacia un mismo objeto de pensamiento.

Mi acto intelectual podría distinguirse del tuyo por la distinción de nuestras imágenes, porque la imagen de la piedra en mí no es la misma que su imagen en ti. Pero para ello sería necesario que la imagen, en cuanto específica de cada uno de nosotros, fuera la forma del entendimiento posible. Pues un mismo ser, actuando de diversas formas, produce diversas acciones; asimismo, diversas formas en realidad producen varias sensaciones visuales en el mismo ojo. Ahora bien, la forma del entendimiento posible no es la imagen, sino las especies abstractas e inteligibles de las imágenes. Una sola inteligencia abstrae de varias imágenes del mismo tipo una sola especie inteligible. Además, puede haber varias imágenes de piedra en la misma conciencia humana y, sin embargo, sólo se abstraerá una especie inteligible de piedra. A través de él, la inteligencia de un solo hombre comprende en un solo acto la naturaleza de la piedra, a pesar de la multiplicidad de imágenes. Por tanto, admitiendo que sólo hay una inteligencia para todos los hombres, la diversidad de imágenes en varios individuos no podría provocar la diversidad de actos intelectuales en cada uno de ellos, como imagina el Comentarista, al menos en el Libro III del tratado Del alma. - Es, pues, absolutamente imposible e inaceptable admitir una sola inteligencia para todos los hombres.

Soluciones:

1.
El alma intelectual, como el ángel, no proviene de la materia; sin embargo, es la forma de cierta materia, que no conviene al ángel. Son, pues, las divisiones de la materia las que fundaron la multiplicidad de almas en una misma especie; pero es absolutamente imposible que haya varios ángeles de la misma especie.

2 . La unidad de una cosa es función de su modo de ser; por tanto, debemos juzgar por su capacidad de multiplicarse. Ahora bien, el alma intelectual, considerada en su ser, está unida al cuerpo como forma; y sin embargo continúa existiendo, una vez que el cuerpo es destruido. Asimismo, la multiplicidad de las almas es relativa a la de los cuerpos, y sin embargo, cuando los cuerpos son destruidos, las almas siguen siendo una multitud de seres.

3.Que el ser inteligente o sus especies inteligibles estén individualizados no excluye el conocimiento de lo universal; o bien las inteligencias puras, que son realidades subsistentes y por tanto individuales, no podrían conocer lo universal. Este impedimento sólo puede provenir de la materialidad del sujeto cognoscente o de la especie que es su medio de conocer. La acción, en efecto, corresponde al modo de la forma del ser actuante: la acción de calentar, de calentar; y el conocimiento, a la especie por la que se conoce. - Ahora bien, una esencia universal se encuentra dividida en una multiplicidad de seres por los principios de individuación que provienen de la materia. Por lo tanto, si la forma, que es el medio del conocimiento, es material y no está abstraída de las condiciones de la materia, representará la esencia del género o de la especie, pero sólo en la medida en que esta esencia esté diversificada por los principios de individuación. ; y en consecuencia la esencia no será conocida en su universalidad. Pero si la especie se abstrae de las condiciones de la materia individual, será una semejanza de la esencia, abstraída de aquello que funda la multiplicidad. Así conocemos lo universal. Poco importa aquí si hay varias inteligencias o no; porque, aunque fuera una sola, esta inteligencia y su especie inteligible tendrían que ser algo individual.

4.Ya sea que haya una o varias inteligencias, el objeto del pensamiento es uno. Este objeto no es él mismo en la inteligencia sino sólo su semejanza. “No es la piedra lo que está en el alma, sino la representación de la piedra”. Y, sin embargo, el objeto del pensamiento es la piedra y no la “representación” de la piedra, a menos que esa inteligencia no se refleje en sí misma. De lo contrario no habría ciencia de las realidades, sino sólo de nuestras representaciones. Sin embargo, sucede que varios sujetos cognoscentes son asimilados a una misma realidad mediante formas diferentes. Y, debido a que el conocimiento se logra mediante la asimilación del sujeto cognoscente a la realidad conocida, el mismo objeto puede ser conocido por varios individuos. Así, en la sensación, muchos ven el mismo color a través de varias “especies”. Asimismo, varias inteligencias pueden comprender una misma realidad. La diferencia entre sentido e inteligencia, en la doctrina de Aristóteles, consiste en que la realidad es percibida por el sentido según el modo que posee fuera del alma, es decir en su existencia concreta; pero que la esencia de la realidad captada por la inteligencia está indudablemente fuera del alma, pero no existe en el modo en que es captada. De hecho, la esencia universal se conoce independientemente de los principios de individuación. Pero, de este modo, no existe fuera de la mente. - En la teoría de Platón, la realidad inteligible es tanto fuera de la mente como dentro, porque admitía que las esencias de las cosas tenían una existencia separada de la materia.

5. Los conocimientos del alumno no son los mismos que los del maestro. Más adelante explicaremos cómo uno es causa del otro.

6. S. Agustín quiere decir que la pluralidad de almas no impide que pertenezcan a la misma especie.

Artículo 3: ¿Hay en el hombre otras almas además del alma intelectual?

Objeciones:

1.
Parece que hay en el hombre otras almas además del alma intelectual, a saber, el alma sensitiva y el alma vegetativa. Porque la misma sustancia no puede ser a la vez corruptible e incorruptible; pero el alma intelectual no puede corromperse, mientras que las demás almas sí, como antes se dijo. Por tanto, no puede haber en el hombre una esencia única para estas tres almas.

2. Aunque el alma sensitiva sea incorruptible, podemos objetar lo siguiente: según Aristóteles, "lo corruptible no es de la misma especie que lo incorruptible". Pero el alma sensible del caballo, del león y de otros animales es perecedera. Si no está en el hombre, no pertenecerá en él al mismo género que en la bestia. El animal se define por su alma sensible, la animalidad no formará un género común al hombre y a las bestias.Lo cual es inaceptable.

3. Según Aristóteles, el embrión es animal antes que hombre. Esto sería imposible si el alma sensitiva tuviera la misma esencia que el alma intelectual. Porque es animal por el alma sensitiva y hombre por el alma intelectual. Por tanto, no hay en el hombre la misma esencia para las dos almas.

4. Según Aristóteles, el género se determina según la materia y la diferencia específica según la forma. Lo "razonable", que es esta diferencia en el hombre, es relativo al alma intelectual. En cuanto al género “animal”, le conviene porque tiene un cuerpo dotado de un alma sensible. El alma intelectual está con ésta en la relación de la forma con la materia; por tanto, no es idéntica en esencia al alma sensitiva, sino que la presupone como sujeto material.

Por el contrario , leemos en el libro de los Dogmas de la Iglesia: "No decimos, como Santiago y otros autores sirios, que hay dos almas en un solo hombre, un solo animal que vivifica el cuerpo y se mezcla con la sangre. , la otra espiritual que está al servicio de la razón pero decimos que hay en el hombre una y la misma alma, que vivifica el cuerpo por su presencia, y se regula por la razón "

Respuesta:

Platón admitió la existencia de varias; almas en un solo cuerpo. Los distinguió según los órganos y les atribuyó las diversas funciones vitales: facultad nutritiva en el hígado, afectiva en el corazón, cognoscitiva en el cerebro.

Aristóteles rechaza esta opinión con respecto a aquellas partes del alma que utilizan órganos corporales para su funcionamiento. La prueba es que los animales que pueden vivir después de haber sido cortados en pedazos, presentan en cada una de sus secciones las diversas operaciones del alma, como el sentido y la afectividad. Esto sería imposible si los diferentes principios de operación, que serían de diferente esencia, estuvieran distribuidos en varias regiones del cuerpo.

En cuanto al alma intelectual, parece que Aristóteles no determina con certeza si se distingue de las demás partes del alma sólo por su naturaleza o también por su ubicación.

La teoría de Platón puede sostenerse si admitimos que el alma está unida al cuerpo, no como forma, sino como causa motora, como él mismo admite. No hay contradicción en que un único móvil sea puesto en movimiento por varios motores, especialmente si el movimiento se ejerce sobre diferentes partes del móvil. Pero si admitimos que el alma está unida al cuerpo como forma, es absolutamente imposible que en un mismo cuerpo haya varias almas de diferente esencia.

La primera razónes que el animal no sería perfectamente uno si tuviera varias almas. Esta unidad perfecta proviene de la forma que da existencia a la realidad. Es el mismo principio que da ser y unidad a una cosa. Pero lo que se designa con varias formas no es perfectamente una, por ejemplo un hombre blanco. Por tanto, si el hombre viviera gracias a una primera forma que sería el alma vegetativa; si era animal por una segunda forma, el alma sensitiva; y finalmente, si fuera hombre a través de una tercera, el alma racional, se seguiría que el hombre no posee la unidad perfecta. Aristóteles presenta un argumento análogo, contra Platón: si existiera una idea de animal, y otra idea de bípedo, no tendríamos un animal bípedo de unidad rigurosa. Pour le même motif, au livre I du traité De l'Âme s'opposant aux philosophes qui admettent plusieurs âmes pour le corps, il demande quel est le principe qui les enveloppera toutes, c'est-à-dire qui en fera un seul estar. No podemos responder que es la unidad del cuerpo, porque es el alma la que contiene el cuerpo y le da su unidad, y no al revés.

Una segunda razón que hace insostenible esta posición proviene del modo de atribución. Puede haber una atribución accidental entre predicados tomados de diversas formas, siempre que no estén esencialmente ordenados entre sí, por ejemplo: el blanco es suave. Pero si tienen este orden entre sí, habrá una atribución por esencia per se del segundo modo, donde el sujeto entra en la definición del predicado. Así, la extensión es anterior al color; por tanto, cuando decimos que un cuerpo extendido está coloreado, este será el segundo modo de atribución per se. Supongamos que atribuimos a un ser el predicado “animal” por una determinada forma, y por otra forma el predicado “hombre”; nos encontramos entonces con la siguiente alternativa: o bien estas dos formas no están ordenadas entre sí por esencia, y sólo tenemos una atribución accidental; o una de las dos almas es anterior a la otra, y tenemos per se atribución del segundo modo. Sin embargo, ambas hipótesis son evidentemente falsas: “animal” se atribuye al hombre en virtud de su esencia y no de manera accidental; en cambio "hombre" no entra en la definición de animal, sino que es todo lo contrario. Por lo tanto, es a través de una misma forma que un ser es animal y es hombre. De lo contrario, el hombre no poseería realmente todo lo que constituye el animal; por eso es necesaria la atribución de "animal" al "hombre".

Tercera prueba : cuando una actividad del alma es muy intensa, impide ejercitar otras. Esto no sucedería si el principio de estas actividades no fuera esencialmente uno.

El alma, sensitiva, intelectual y vegetativa, forma, por tanto, en el hombre sólo una y la misma alma. Comprenderemos fácilmente cómo se puede hacer esto al considerar las diferentes especies o formas de seres en la naturaleza.

Se distinguen unos de otros por grados de perfección creciente; Los seres animados son más perfectos que los seres inanimados, los animales más que las plantas, los hombres más que los animales. Y todavía hay grados dentro de cada uno de estos géneros. Por eso Aristóteles, en el libro VIII de la Metafísica, compara las especies en los seres con números que cambian de especie según se suma o se resta una unidad; En el libro II del tratado Sobre el alma compara las distintas almas con figuras geométricas, una de las cuales contiene a la otra como el pentágono contiene al cuadrado y tiene mayor número de lados. El alma intelectual contiene, por tanto, en su perfección toda la realidad del alma sensitiva de los animales y del alma vegetativa de las plantas. Una superficie de cinco lados no tiene dos figuras, la de un pentágono y la de un cuadrado; porque la figura de cuatro lados sería inútil ya que está prácticamente contenida en la que tiene cinco. Asimismo, Sócrates no es hombre por un alma y animal por otra, sino por una y la misma alma.

Soluciones:

1
. Si el alma sensitiva es incorruptible, no es tan sensitiva. Es como intelectual a quien se le debe la incorruptibilidad. Cuando el alma es sólo sensitiva, puede ser destruida, pero cuando también es intelectual, es incorruptible. El principio sensitivo no da la incorruptibilidad, pero tampoco puede hacer que se pierda en lo que es también principio de intelección.

2. No son las formas las que se clasifican en géneros y especies, sino los seres compuestos. El hombre es corruptible, como los demás animales. Distinguimos lo corruptible de lo incorruptible por la diferencia de formas; Esto no diferencia al hombre en género de otros animales.

3. El embrión inicialmente sólo tiene un alma sensible. Ésta desaparece y la sucede un alma más perfecta, que es a la vez sensible e intelectual. Diremos esto con más detalle más adelante.

4.No debemos concebir que los seres de la naturaleza sean distintos del mismo modo que las abstracciones lógicas que se relacionan con nuestra forma de entender. Porque la razón puede comprender una misma realidad utilizando varios conceptos. Se ha dicho que el alma intelectual contiene prácticamente toda la realidad del alma sensitiva y algo más. Por tanto, la razón puede considerar separadamente lo que pertenece al alma sensitiva como elemento material e imperfecto. Señala que este elemento es común al hombre y a los animales, y forma el concepto de género. En cuanto al grado de perfección en que el alma intelectual es superior al alma sensitiva, lo considera como el elemento formal que completa al ser humano, y forma a partir de él la diferencia específica del hombre.

Artículo 4 - ¿Existe en el hombre otra forma sustancial que el alma intelectual?

Objeciones:

1
. El Filósofo describe el alma como "el acto de un cuerpo natural que tiene vida en potencia". Por tanto, entre el alma y el cuerpo existe la relación de la forma con la materia. Pero el cuerpo mismo tiene una forma sustancial que lo convierte en cuerpo. Luego, antes del alma, hay una forma sustancial en el cuerpo.

2. El hombre, como cualquier animal, se mueve solo. “Toda realidad de este tipo se divide en dos elementos, uno móvil y otro móvil”, dice Aristóteles. La fuerza impulsora del hombre es el alma. Por tanto, el otro elemento debe ser de tal naturaleza que pueda ponerse en movimiento. Pero la materia primaria no puede existir, porque es pura potencia, según Aristóteles. Además, todo lo que se pone en movimiento es un cuerpo. Por tanto, debe haber en el hombre y en cada animal una forma sustancial especial que constituya el cuerpo.

3. La jerarquía de las formas se establece en relación con la materia prima. Un orden siempre se determina en función de un determinado punto de partida. Si no hubiera en el hombre otra forma sustancial que el alma intelectual, pero ésta estuviera en relación inmediata con la materia primera, pertenecería a la clase de las formas más imperfectas, porque ésta es su característica.

4. El cuerpo humano es una combinación de elementos. Esta combinación no se consigue sólo según su material: entonces sólo tendríamos corrupción. Por tanto, las formas elementales deben permanecer en el cuerpo compuesto. Pero éstas son formas sustanciales. Por tanto, además del alma intelectual, existen otras formas en el cuerpo humano.

Por el contrario, para cada realidad sólo existe un ser sustancial. Ahora bien, es la forma sustancial la que da este ser. Por tanto, existe sólo una forma para cada realidad. En el hombre, es el alma la que es esta forma. Por tanto, no puede haber en él otra cosa que el alma intelectual.

Respuesta:

Se podría suponer que el alma intelectual no está unida al cuerpo como forma, sino que, según la teoría platónica, es sólo una causa motriz; Entonces deberíamos conceder que hay en el hombre una forma sustancial especial que daría su ser al cuerpo capaz de recibir movimiento del alma. - Pero si, como queda dicho, el alma intelectual es la forma del cuerpo, no puede haber en el hombre otra forma sustancial que esta alma.

Probémoslo: una forma sustancial se distingue de una forma accidental en que ésta no da el ser pura y simplemente, sino un cierto modo de ser. Por tanto, el calor sólo hace que el sujeto al que afecta se sienta caliente. Cuando se produce una forma accidental, no decimos que un ser se produzca de manera absoluta, sino que tal ser recibe tal modalidad, tal manera de ser. Por el contrario, cuando desaparece la forma accidental, no hay destrucción del ser en absoluto, sino sólo en una determinada relación. La forma sustancial da el ser absolutamente. En consecuencia, su presencia es causa de una producción pura y simple del ser, y su desaparición es causa de la destrucción absoluta. Lo que explica la opinión de los antiguos “físicos”; para ellos la materia prima era una realidad real: el fuego, el aire o algún otro elemento. Así que no admitieron que alguna vez hubo producción o destrucción pura y simple, sino que todo devenir era un cambio cualitativo. - Si además del alma intelectual preexistiera en la materia alguna forma sustancial que diera al sujeto del alma el ser actual, tendríamos que concluir: el alma no da el ser absoluto en modo alguno; no es una forma sustancial; no hay generación pura y simple, cuando desaparece, sino sólo en un cierto aspecto. Pero todo esto es evidentemente falso.

Por tanto, hay que decir que no existe en el hombre otra forma sustancial que el alma intelectual. Éste contiene por su virtud el alma sensitiva y el alma vegetativa, pero además todas las formas inferiores; y sólo ella hace todo lo que las formas menos perfectas logran en otros seres. - Lo mismo debe decirse del alma sensitiva de los animales, y del alma vegetativa de las plantas, y en general de todas las formas más perfectas, en comparación con las imperfectas.

Soluciones:

1
. Aristóteles no dice sólo que el alma es "el acto de un cuerpo", sino "el acto de un cuerpo natural organizado, que tiene vida en potencia", y que este poder "no rechaza al alma fuera de sí misma". En lo que llamo cuerpo está incluida el alma, como acto suyo, así como el calor es acto del objeto caliente, y la luz, acto del cuerpo luminoso. Lo cual no quiere decir que el cuerpo sea luminoso sin luz, sino que es luminoso a través de la luz. Y si definimos el alma como arriba, es porque el alma permite ser cuerpo, y organizarse, y tener vida en potencia. El primer acto (que es el ser) está en potencia con relación al segundo acto u operación. Pero una potencia de este tipo "no rechaza", es decir, no excluye de sí el acto del alma.

2 . El alma no pone en movimiento el cuerpo por su ser, es decir, en cuanto está unida a él como forma, sino por la facultad motriz cuya actividad implica que el cuerpo ya está realizado en acto por el alma. Así, por esta virtud motriz, el alma es la que da el movimiento, y el cuerpo animado es el móvil.

3 . Podemos distinguir, según la materia, distintos grados de perfección: ser, vivir, sentir, pensar. Sin embargo, la forma superior superañada es siempre más perfecta que la anterior. Lo que da a la materia el primer grado de perfección es el menos perfecto; aquello que da al mismo tiempo lo primero, lo segundo, lo tercero y así sucesivamente, es lo más perfecto; y sin embargo se une inmediatamente con la materia.

4 . Para Avicena, las formas sustanciales de los elementos conservan su integridad en el cuerpo mixto y la combinación de los elementos consistiría en un estado medio de sus cualidades contrarias. - Pero es imposible. Las diferentes formas de los elementos sólo pueden existir en las distintas partes de la materia. Se trata de dimensiones cuantitativas, sin las cuales la materia no es divisible. Esa materia es corpórea. Sin embargo, no pueden existir varios cuerpos en el mismo lugar. En consecuencia, los elementos del cuerpo mixto se distinguirían por su posición en extensión. Entonces ya no tendremos una combinación verdadera, que resulte en un todo verdadero; será una combinación aparente, que consiste en una yuxtaposición de partes muy pequeñas.

Para Averroes, las formas de los elementos son, por su imperfección, intermedias entre las formas accidentales y las formas sustanciales. Son susceptibles a más y menos. Por eso la intensidad de sus cualidades disminuye en la combinación; se encuentran reducidos a un estado medio y componen así una forma única. Pero esta solución es aún menos admisible. El ser sustancial de toda realidad consiste en un grado indivisible de ser. Todo lo que se le suma o se le resta produce un cambio de especie, como ocurre con los números. Por tanto, una forma sustancial no es capaz de más ni de menos. Es igualmente imposible admitir una realidad intermedia entre la sustancia y el accidente.

La verdadera solución es la de Aristóteles: las formas de los elementos permanecen en el compuesto, no realmente, sino virtualmente. Sus cualidades se mantienen, aunque atenuadas; en ellos reside la virtud de las formas elementales. Este modo de combinación constituye la disposición adecuada para recibir la forma sustancial del cuerpo compuesto, ya sea la de una piedra o la de un alma de cualquier especie.

Artículo 5. ¿A qué clase de cuerpo convenía que se uniera el alma intelectual?

Objeciones:

1.
Parece anormal que el alma intelectual esté unida a tal cuerpo. De hecho, el material debe ser proporcional a la forma. Ahora bien, el alma intelectual es una forma incorruptible. Por tanto, no debe unirse a un cuerpo corruptible.

2. El alma intelectual es una forma de la más pura inmaterialidad. La prueba es que tiene un funcionamiento independiente de la materia corporal. Ahora bien, cuanto más sutil es un cuerpo, menos materia tiene. Por tanto, el alma debe estar unida al cuerpo más sutil, al fuego, por ejemplo, y no a un cuerpo mixto, donde domina el elemento terrenal.

3. La forma es el principio constitutivo de la especie. Además, las diferentes especies no derivan de una sola forma. Ahora bien, el alma intelectual es una forma única. Por tanto, no debe unirse a un cuerpo compuesto de partes pertenecientes a especies diferentes.

4. Cuanto más perfecta sea la forma, más perfecto debe ser el sujeto receptor. Ahora bien, el alma intelectual es la más perfecta de las almas. Por otra parte, los animales tienen cuerpos provistos de medios naturales de protección, por ejemplo pelo para vestir, pezuñas para zapatos; también tienen armas naturales, garras, colmillos, cuernos. Parece, pues, que el alma intelectual no debería haberse unido a un cuerpo imperfecto, por estar privado de tales medios.

En sentido opuesto , Aristóteles define el alma: “El acto de un cuerpo físico organizado que tiene vida en potencial”

.

No es la forma la que se ordena a la materia, sino más bien la materia la que se ordena a la forma; y corresponde a la forma explicarnos por qué la materia es de un tipo particular, y no al revés. Ahora bien, el alma intelectual se encuentra, como ya hemos dicho, en el grado más bajo de las sustancias espirituales; porque ella no tiene un conocimiento innato de la verdad, como los ángeles, sino que, con la ayuda de los sentidos, debe recogerla de la multiplicidad de las cosas, como muestra Dionisio. - La naturaleza no niega a ningún ser lo necesario. Era, pues, necesario que el alma intelectual poseyera no sólo la facultad de pensar, sino también la de sentir. Sin embargo, los sentidos no pueden funcionar sin un órgano corporal. Era, pues, necesario que el alma intelectual estuviera unida a un cuerpo capaz de servir como órgano de los sentidos. Ahora bien, todos los sentidos derivan del tacto, y el órgano del tacto debe presentar una combinación media de opuestos, como calor y frío, húmedo y seco, etc., que el tacto pueda percibir. Ésta es la razón por la que este sentido tiene potencial para los opuestos y puede conocerlos. Además, cuanto más se acerque el órgano del tacto a esta combinación media, más fino será el tacto. Ahora bien, el alma intelectual posee en el más alto grado de perfección la facultad de sentir; porque las cualidades del ser inferior se encuentran en un modo superior en el ser superior; Es Dionisio quien lo dice. Era, pues, necesario que el cuerpo al que está unida el alma intelectual fuera, entre todos los demás, el que presentara esta combinación media de opuestos de la forma más perfecta posible. - Por esta razón, el hombre es el de todos los animales que tiene el tacto más fino; y, entre los hombres, los que tienen el mejor tacto son los de inteligencia más penetrante. Aristóteles da esta pista: “Aquellos que tienen carne delicada tienen una mente relajada



.
Quizás intentemos evitar esta objeción diciendo que el cuerpo humano era incorruptible antes del pecado original. - La respuesta parece insuficiente. Porque antes del pecado el cuerpo del hombre era inmortal no por naturaleza, sino por don de la gracia divina. De lo contrario, no habría perdido su inmortalidad; no más que el demonio lo perdió. - La verdadera solución es la siguiente: encontramos dos clases de condición en la materia: una que se elige porque proporciona la materia a la forma, la otra [que no se elige] pero que se sigue necesariamente de esta primera condición. Por ejemplo, para obtener una forma de sierra, el trabajador elige el hierro, es decir un material que pueda cortar cuerpos duros; pero el hecho de que los dientes de la sierra puedan volverse desafilados y cubiertos de óxido se debe a las condiciones necesarias de este material. Asimismo, el alma intelectual necesita un cuerpo que presente una combinación media de elementos, pero que sea corruptible se debe a las necesidades de dicha materia. - Si quisiéramos afirmar que Dios podría haber evitado esta necesidad, debemos responder con San Agustín, que la estructura de las realidades físicas no debe apreciarse según el poder divino, sino según lo que conviene a la naturaleza de las cosas. Sin embargo, Dios ha provisto un remedio para la muerte mediante el don de la gracia.

2. El alma intelectual no necesita cuerpo si consideramos sólo su actividad racional, sino por las facultades sensitivas que requieren órganos donde los elementos estén en iguales proporciones. Era, pues, necesario que el alma intelectual estuviera unida a un cuerpo específico, y no a un elemento simple, ni a un cuerpo compuesto donde habría una cantidad excesiva de fuego; la combinación ya no estaría bien proporcionada debido a la excesiva actividad del fuego. Pero el cuerpo que posee esta proporción en los elementos tiene un grado de existencia bastante elevado, porque no está compuesto de opuestos, en los que tiene cierta semejanza con los cuerpos celestes.

3. Partes del cuerpo de animales, como ojos, manos, carne, huesos, etc. no pertenecen a una especie específica; es el animal entero el que es de una determinada especie. Así que no podemos decir, estrictamente hablando, que sean de especies diferentes, sino que corresponden a disposiciones diferentes. Tal diversidad conviene al alma intelectual: esta alma es, en efecto, una en esencia, pero múltiple en sus facultades; y sus diferentes operaciones requieren disposiciones variadas en el cuerpo al que está unido. Por esto observamos una mayor diversidad de órganos en los animales perfectos que en otros, y en éstos que en las plantas.

4.El alma intelectual es capaz de realizar una infinidad de actos, porque puede captar esencias universales. Por tanto, no era posible establecer para él juicios instintivos específicos, ni siquiera medios especiales de defensa o protección, como ocurre con los animales, cuyo conocimiento y actividad están determinados para ciertos fines particulares. En lugar de todos estos instrumentos, el hombre posee por naturaleza una razón, y la mano, que es "el órgano de los órganos", porque puede proporcionarle herramientas de infinidad de modelos y para infinidad de usos.

Artículo 6: ¿Está unida el alma a tal cuerpo por disposiciones accidentales?

Objeciones:

1.
Toda forma está unida a una materia que le es propia y que tiene determinadas disposiciones. Estos son accidentes. Es, pues, necesario admitir ciertos accidentes en la materia antes de que se una a la forma sustancial y, por consiguiente, antes de su unión con el alma.

2. Para varias formas pertenecientes a una misma especie se requieren diversas partes de materia. Esta distinción de partes no puede concebirse sin dimensiones en extensión. Hay, pues, dimensiones en la materia antes de su unión con las formas sustanciales, cuando hay varias formas en una misma especie.

3. Un ser espiritual actúa sobre un cuerpo mediante el contacto de su virtud. Ahora bien, la virtud o potencia del alma son sus potencias. Parece, pues, que el alma está unida al cuerpo por una potencia, es decir, por un accidente.

En sentido contrario , “el accidente es posterior a la sustancia, tanto en el tiempo como por la naturaleza”, dice Aristóteles. Por tanto, no podemos suponer una forma accidental en la materia, anterior al alma, que es una forma sustancial.

Respuesta:

Si el alma estuviera unida al cuerpo sólo como causa motriz, nada impediría, mucho mejor, sería necesario, que entre el alma y el cuerpo existieran disposiciones intermedias: una facultad, de parte del alma, para mover el cuerpo; una cierta aptitud, del lado del cuerpo, para que pueda recibir su movimiento del alma.

Pero si, como queda dicho, el alma intelectual está unida al cuerpo como forma sustancial, es imposible que se produzca una disposición accidental entre el alma y el cuerpo o entre cualquier forma sustancial y su materia. En efecto, la materia es capaz de recibir todos los actos en un cierto orden: el acto que es primero en sí mismo (entre todos los actos) también lo será en la materia. Este primer acto está siendo. Por tanto, no podemos concebir que la materia esté caliente o cuantificada antes de entrar en acción. Pero el ser en acto proviene de la forma sustancial, que da el ser absolutamente, como ya se dijo. Por tanto, ninguna disposición accidental puede preexistir en la materia antes de su unión con la forma sustancial y, por consiguiente, antes de su unión con el alma.

Soluciones:

1.
La forma más perfecta contiene prácticamente todas las perfecciones de las formas inferiores, como ya hemos mostrado. Por tanto, una misma forma da a la materia sus diferentes grados de perfección. Es por la misma forma que el hombre es ser activo, cuerpo, ser vivo, animal y hombre. Ahora bien, a cada uno de estos géneros le corresponden formas accidentales que le son específicas. Por consiguiente, podemos concebir la materia como perfecta en su ser, antes de concebirla como corpórea, y así sucesivamente; de la misma manera, los accidentes propios del ser pueden concebirse antes que la corporalidad. Así, en la materia, las disposiciones pueden considerarse como presupuestas a la forma, no a todo lo que la forma hace, sino a lo último y más perfecto de ella.

2. Las dimensiones son accidentes propios de la corporalidad, que conviene a toda materia. Cuando la materia ha sido concebida como determinada por la corporalidad con sus dimensiones, entonces podemos concebirla como distinta en varias partes; de esta manera, puede concebirse en diversas formas correspondientes a diferentes grados de perfección. En efecto, aunque es una misma forma la que da a la materia estos diferentes grados, podemos, sin embargo, distinguir varios de ellos por abstracción.

3 . Una sustancia espiritual que estuviera unida a un cuerpo sólo como causa motriz, lo estaría por mediación de su poder o virtud. Pero el alma intelectual está unida al cuerpo como forma y, por tanto, por su ser; sin embargo, lo gobierna y lo pone en movimiento por su poder activo.

Artículo 7: ¿Se une el alma al cuerpo por otro cuerpo?

Objeciones:

1.
Parece que sí, porque, dice San Agustín: "El alma gobierna el cuerpo por medio de la luz (es decir, del fuego) y del aire, elementos que más se parecen a la mente. "Pero estos elementos son cuerpos. Por tanto, es a través de ciertos cuerpos que el alma se une al cuerpo humano.

2. Cuando la unión de dos realidades se destruye por la supresión de un determinado elemento, es porque ese elemento sirvió de intermediario. Ahora bien, cuando falta el espíritu vital, el alma se separa del cuerpo. El espíritu vital, que es un cuerpo sutil, es, por tanto, intermedio entre el cuerpo y el alma.

3. Seres muy diferentes en esencia sólo pueden unirse a través de un intermediario. Ahora bien, el alma intelectual es muy diferente del cuerpo porque es incorpórea y porque es incorruptible. Por tanto, debe estar unida a él por un intermediario corpóreo e incorruptible. Será una luz celestial, capaz de armonizar los elementos y unirlos en un todo.

Por el contrario , para Aristóteles "no debemos preguntarnos si el alma y el cuerpo son uno, como tampoco nos preguntamos sobre la cera y su huella". Sin embargo, la impresión se une a la cera sin intermediario. Lo mismo ocurre con el alma y el cuerpo.

Respuesta:

Si, como quieren los platónicos, el alma estuviera unida al cuerpo a modo de causa motriz, tendríamos que admitir cuerpos intermedios entre el alma y el cuerpo del hombre o de cualquier animal. De hecho, es apropiado que la causa motriz ponga en movimiento a un ser distante de ella a través de intermediarios más cercanos.

Pero si el alma está unida al cuerpo como forma, como se ha dicho, es imposible que esté unida a él mediante otro cuerpo. La razón es que la unidad es siempre una función del ser. Ahora bien, la forma misma da el ser actual a una realidad, ya que es por esencia acto; y no da el ser por intermediario. También la unidad de un compuesto de materia y forma es el hecho de la forma misma, la cual, según todo, está unida a la materia como acto suyo. Y no hay otra causa unificadora que la que da a la materia existencia actual, como dice Aristóteles.

Por tanto, es manifiestamente falsa la opinión de quienes admiten intermediarios corporales entre el alma y el cuerpo del hombre. Entre ellos, los platónicos afirmaban que el alma intelectual posee un cuerpo incorruptible, que está naturalmente unido a ella, del que nunca se separa, y por medio del cual se une al cuerpo humano corruptible. - Según otros, esta unión se realiza mediante un “espíritu” material. - Según otros, el alma está unida al cuerpo por medio de la luz, que para ellos es corpórea, y de la naturaleza de la "quinta esencia", de modo que el alma vegetativa está unida al cuerpo por la luz del cielo de las estrellas; el alma sensitiva, por la del cielo cristalino; y el alma intelectual, por la del cielo empíreo. Todo esto es imaginario y ridículo, porque la luz no es un cuerpo; la “quinta esencia” no puede entrar en composición en un cuerpo mixto de manera material, porque es inalterable, sino que sólo se une a él a través de su poder activo; finalmente el alma se une inmediatamente al cuerpo como la forma a su materia.

Soluciones:

1
. San Agustín habla del alma en cuanto pone en movimiento el cuerpo: por eso utiliza la palabra “gobierno”. También es cierto que mueve las partes más densas del cuerpo por medio de las más sutiles. El primer instrumento de la facultad motriz es el “espíritu vital”, según Aristóteles.

2 . L'" esprit vital " disparaissant, l'union de l'âme et du corps cesse, mais ce n'est pas parce qu'il joue le rôle d'intermédiaire, c'est parce que la disposition favorable à l'union disparaît con él. El “espíritu vital” es, sin embargo, intermediario del movimiento, como primer instrumento de la facultad motriz.

3. En efecto, el alma es muy distinta del cuerpo, en cuanto a las características propias de ambos. Si ambos existieran por separado, tendrían que intervenir muchos intermediarios. Pero el alma, como forma del cuerpo, no tiene un ser distinto del ser del cuerpo; ella se une inmediatamente a él por su ser. Podríamos decir, del mismo modo, que cualquier forma, considerada como acto, está muy alejada de la materia, que es sólo un ser potencial.

Artículo 8 - ¿Está el alma enteramente en cada parte del cuerpo?

Objeciones:

1.
Esto no parece admitirlo Aristóteles: “No es necesario que el alma esté en cada parte del cuerpo, sino que, estando en un determinado punto inicial del cuerpo, dé vida a las demás partes”. . Porque cada uno de ellos es capaz por naturaleza de ejecutar un movimiento propio."

2.El alma está en el cuerpo del que es acto. Pero es el acto de un organismo organizado. Por lo tanto, sólo se encuentra en un cuerpo organizado, lo que no ocurre en todas las partes del cuerpo humano. Luego el alma no está enteramente en cada parte del cuerpo.

3. Según el tratado Del alma, la relación que existe entre una parte del alma y una parte del cuerpo, por ejemplo la vista y la pupila del ojo, se encuentra del mismo modo entre el alma y el cuerpo. tomados en su totalidad. Si toda el alma está en cada parte del cuerpo, cada parte del cuerpo tendrá que ser un animal.

4. Todas las facultades del alma tienen su principio en su esencia. Luego, si el alma está enteramente en cada parte del cuerpo, allí también se encontrarán todas las facultades del alma, como la vista en el oído, el oído en los ojos. Lo cual es inaceptable.

5. Si el alma entera estuviera en cada parte del cuerpo, cada uno de ellos dependería inmediatamente del alma. En este caso, no habría ninguna parte dependiente de otra, ni ninguna parte más importante que otra. Lo cual es evidentemente falso. Luego el alma no está enteramente en cada parte del cuerpo.

Por el contrario , según San Agustín, "el alma se encuentra enteramente en la totalidad del cuerpo, y enteramente en cada parte".

Respuesta:

Si el alma estuviera unida al cuerpo sólo como causa motriz, se podría admitir que no está en ninguna parte del cuerpo, sino sólo en una de ellas, por la cual podría mover las demás. Pero como el alma está unida al cuerpo como forma, es necesario que se encuentre en todo el cuerpo y en cada una de sus partes, porque no es forma accidental, sino sustancial. Ahora bien, la forma sustancial constituye no sólo la perfección del todo, sino también de cada parte. En realidad, el todo está compuesto de partes, cuando la forma del todo no da el ser a las diversas partes del cuerpo, sino que consiste en un simple conjunto u orden de partes, como ocurre, por ejemplo, en la forma de una casa. Pero tal forma es accidental, mientras que el alma es una forma sustancial; debe ser, por tanto, forma y acto no sólo del todo, sino también de cada una de las partes. Por consiguiente, cuando el alma sale del cuerpo, ya no hablamos de animal ni de hombre, salvo del modo equívoco con que hablamos de un animal pintado o esculpido; y lo mismo ocurre con la mano o el ojo, la carne y los huesos. Una pista es que ninguna parte del cuerpo tiene actividad cuando ya no hay alma; y, sin embargo, todo lo que posee las características de una especie debe conservar la actividad específica de esa especie. - Pero el acto debe encontrarse en el sujeto que actúa; Por tanto, el alma debe estar en todo el cuerpo y en cada una de sus partes.

Y ahora que está completamente ahí, así es como podemos establecerlo. Un todo es aquello que es divisible en partes. Habrá, pues, tres clases de totalidad, según las tres clases de división: 1. Un todo puede ser divisible en partes cuantitativas, como el todo de una línea, de un cuerpo. 2. Un todo puede dividirse lógica o efectivamente en partes de la esencia: por ejemplo, el objeto definido se divide según las partes de la definición, el compuesto se descompone en materia y forma. 3. Está también el todo potencial, que es divisible desde el punto de vista de la extensión de su virtud en potencia de acción.

El primer modo de totalidad sólo puede aplicarse a las formas de manera indirecta, e incluso a formas que pueden estar indiferentemente en un todo cuantitativo o en sus partes. Así, el color blanco, ya sea en toda la superficie o en uno de los segmentos de esta superficie, es esencialmente el mismo. Luego se divide de forma indirecta, cuando se divide la superficie. Pero una forma que requiere partes constituidas de diversas maneras, como el alma, especialmente en los animales perfectos, no está en la misma relación con el todo y con las partes. Por tanto, no es divisible, ni siquiera indirectamente, es decir, por división cuantitativa. Por tanto, el primer modo de totalidad no puede atribuirse al alma, ni esencial ni indirectamente. Por el contrario, el segundo modo de totalidad, el de definición y esencia, es propio y esencialmente adecuado a las formas. Es lo mismo para todo potencial ya que la forma es el principio de las actividades.

Podríamos entonces preguntarnos si el color blanco está íntegramente en la superficie total y en cada una de sus partes. Tendríamos entonces que distinguir varios casos: si hablamos de la extensión total que indirectamente posee el color blanco, no se encontrará íntegramente en cada parte de la superficie. Lo mismo debería decirse del todo potencial, pues la blancura que cubre toda la superficie produce una impresión más viva en la vista que la que cubre sólo una parte de ella. Pero si se trata de toda la especie y esencia, el color blanco se encuentra íntegramente en cualquier parte de la superficie.

Sin embargo, el alma no posee, ni por sí misma ni indirectamente, una totalidad cuantitativa. Basta, pues, admitir que está íntegramente en cualquier parte del cuerpo, con relación a la totalidad de la esencia y de la perfección; pero no según la totalidad de su virtud. Porque no está en todo su poder en cada parte del cuerpo; al contrario, la facultad de ver está en el ojo, la de oír, en el oído, etc.

Es de notar, sin embargo, que el alma, al necesitar partes organizadas de manera diferente, no está en la misma relación con el todo y con las partes; está en relación con el todo, en primer lugar y por sí mismo, como con un sujeto propio y bien adaptado al que da su perfección; se relaciona con las partes, secundariamente, en cuanto están ordenadas al todo.

Soluciones:

1.
El Filósofo habla en este lugar de la facultad motriz del alma.

2. El alma es el acto de un cuerpo organizado en cuanto el cuerpo es su sujeto proporcionado e inmediatamente capaz de ser perfeccionado por él.

3. El animal se compone del alma y de todo el cuerpo, que es su sujeto inmediato y proporcionado. En este sentido, el alma no se encuentra en todas partes. Por tanto, no es necesario que cada parte del animal sea un animal.

4. Hay potencias que posee el alma en cuanto su excelencia excede la capacidad del cuerpo: éstas son la inteligencia y la voluntad. En consecuencia, estos poderes no se encuentran en ninguna parte del cuerpo. Las demás facultades pertenecen tanto al alma como al cuerpo. No es necesario entonces que cada uno de ellos se encuentre en cada parte del cuerpo, sino sólo en aquel que está adaptado a la actividad de este poder.

5. Se dice que una parte del cuerpo es más capital que otra debido a las diversas potencias de las que son órganos. Lo que es órgano del poder principal es la parte principal del cuerpo, o lo que es su instrumento principal.

Ahora debemos considerar las potencias del alma, primero en general (q. 77), luego en detalle (q. 78).