Esta semana, el Ministerio de Sanidad ha publicado los datos de abortos en España correspondientes al año 2022: 98.316. Esta cifra indica el asesinato de 8.127 hijos por nacer más que en 2021, un "éxito" del que se sentirá satisfecha una izquierda que ha hecho de esta monstruosidad una de sus banderas ideológicas. La tasa de abortos ha llegado a su máxima cifra desde 2013: 11,68 por cada 1.000 mujeres.
Los votantes tienen también una gran responsabilidad en esto. Una responsabilidad que no se puede ocultar y que debería ser motivo de una seria reflexión.
Por supuesto, a muchos votantes de izquierdas les da igual que haya un alto número de abortos en España. Décadas de mentiras y de propaganda proaborto han hecho estragos en las conciencias de muchas personas que sienten más pena por una foca muerta que por la matanza anual de seres humanos no nacidos. Es ridículo que la izquierda se considere moralmente superior al resto mientras sostiene posiciones tan aberrantes como ésa.
En cuanto a los votantes de centro-derecha, es triste ver como muchos de ellos han arrinconado la defensa de la vida, votando a partidos proaborto como el PP o Ciudadanos, como si este tema no les afectase en absoluto a la hora de votar. Esto ocurre también entre muchos católicos, y no sólo por falta de formación y de conciencia sobre este asunto, sino también por el lamentable papel de una Conferencia Episcopal que sostiene unos medios, COPE y 13TV, que apoyan abiertamente al PP a pesar de sus posiciones abiertamente anticristianas en cuestiones como el aborto o la ideología de género.
