El objetivo de todas estas movilizaciones es el anuncio pacífico y festivo del EVANGELIO DE LA VIDA que como iglesia seguiremos enseñando, promoviendo y difundiendo. La Vida humana, el matrimonio y la familia son tesoros preciosos que nos enorgullecen y debemos cuidar.

Estamos convencidos de que la vida humana es sagrada, la debemos respetar, cuidar, proteger y amar; la vida humana es el primero de los derechos que hay velar.La familia se funda en el matrimonio, surge cuando un hombre y una mujer, movidos por el amor, deciden formar un hogar juntos para compartir sus vidas; el matrimonio da estabilidad, pertenencia, complementariedad y estabilidad. Hombre y mujer, unidos en matrimonio, tienen la posibilidad de generar la vida y con ello preservar la especie humana. En la Iglesia, el matrimonio tiene la dignidad de ser un sacramento. La familia es una comunidad de vida y de amor, tiene como noble misión la de “custodiar, revelar y comunicar el amor”, Cfr. Familiaris Consortio n. 17. La Familia es el ámbito propio donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada y puede desarrollarse según las exigencias de un auténtico crecimiento humano.

La protección de la vida humana, el Matrimonio y la Familia es un imperativo que es necesario observar. Estos tres valores son fundamentales para la reconstrucción del tejido social. Estamos frente a tres realidades importantes para que nuestra sociedad se sostenga y progrese por el camino del bien.

Pbro. José Manuel Suazo Reyes

Director

Oficina de Comunicación Social

Arquidiócesis de Xalapa