adeste fideles
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Esta Podría ser la última Oportunidad para obtener esta EXTRAORDINARIA INDULGENCIA PLENARIA

SE APROXIMA LA GRAN INDULGENCIA PLENARIA OFRECIDA POR JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR EL DOMINGO DE LA FIESTA DE SU DIVINA MISERICORDIA.

“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese* y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas… Que ningún alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados sean como escarlata”, dijo el Señor en una promesa que hizo a Santa Faustina Kowalska en una de las apariciones místicas que le concedió.

*Nuestro Señor en atención a las dificultades que podrían tener los fieles para acceder a la confesión sacramental (especialmente aquellos que por tener en su haber pecados de suma gravedad han incurrido en excomunión latae sententiae y requieren la absolución por un Obispo o bien un Canónigo penitenciario) concedió que la confesión para dicha Indulgencia pueda realizarse a partir de este Lunes de Octava de Pascua y hasta el Día de la Fiesta de Su misericordia (Domingo 07 de Abril del 2024). Es menester si se confiesan con varios días de anticipación procurar en todo momento conservarse en Gracia para que ese día lleguen con el alma limpia de pecado a la Santa Misa y comulguen en honor a la Misericordia Divina con la intención de ganar la indulgencia plenaria prometida por Jesús Nuestro Señor.

Indulgencia plenaria: ¿para qué sirve?

Cuando un cristiano comete un pecado y se arrepiente, Dios perdona sus pecados, por medio del sacramento de la confesión. Aun así, queda una responsabilidad pendiente por las consecuencias que el pecado haya tenido para la misma persona o para otras, o incluso para la sociedad en general. Esta consecuencia se llama, pena temporal y es una deuda que persiste y que hay que pagar.

La Indulgencia plenaria le ofrece al pecador arrepentido (con firme propósito de enmienda) y correctamente confesado, el beneficio de suprimir plenamente la pena que se debe pagar por los pecados cometidos y confesados hasta ese momento. De no existir la indulgencia plenaria, esta pena, se pagaría solo de dos formas: con los sufrimientos y obras buenas de esta vida o con un tiempo en el purgatorio.