johnreynolds
176
MARÍA, EL ORGULLO DE DIOS Lo primero de todo, vamos a empezar saludando a María, a mamá. Cierra los ojos, imagínatela, sonriente, mirándote, dale los buenos días, ¡Qué maravilla, que guapa es!! Dile …Más
MARÍA, EL ORGULLO DE DIOS

Lo primero de todo, vamos a empezar saludando a María, a mamá. Cierra los ojos, imagínatela, sonriente, mirándote, dale los buenos días, ¡Qué maravilla, que guapa es!! Dile lo mucho que la quieres y las ganas que tienes de acercarte a ella para acercarte así también a Jesús.
Que afortunados somos de poder llamarla mamá, de estar cerca de ella y de poder honrarla como lo que es, como la verdadera madre de Dios. Como dice una canción que me gusta mucho: “El regalo más preciado que a los hombres da el Señor, es a su madre y el regalo de su Amor.”, así que no seamos tontos y acojamos con los brazos abiertos este regalo tan tan grande que nos da Dios. Comprometámonos a tratar más a mamá, que como ella mismo dijo a Juan Diego: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”. Con estas palabras María nos dice que ella esta aquí siempre, y por su amor de madre nunca nos va a dejar solos y siempre nos va a ayudar en nuestras necesidades.
Y que mejor manera de acercarse a ella que rezando el Santo Rosario, que tanto nos insiste en cada una de sus apariciones. Durante muchos años, yo pensaba que la Virgen era un poco egocéntrica pidiendo este rezo, ya que ella decía que concedía favores si la gente lo rezaba, ¡pero que equivocado estaba! El Santo Rosario es la oración más teocéntrica que existe, ella no la quiere para sí, sino para la honra del Señor. No tengo duda de que es la oración favorita de nuestro Dios, ya que no paramos de repetir una y mil veces lo bendita que es su madre, lo mucho que la queremos y lo mucho que la honramos. Es lógico que Jesús no pueda resistirse a semejante muestra de amor a la mujer que más quiere en el mundo, que por algo eligió madre y coronó como Reina de los Cielos.
Por ello, no abandones esta oportunidad, este regalazo, y reza el rosario tanto como puedas, acordándote de que con esta oración no solo honras a María, sino también a Dios.
Y cuando te digan que solo hemos de dar gloria a Dios y que venerar a María es apartar el foco de lo realmente importante, acuérdate de que, honrando a María adoras a Dios, y que nada le puede hacer más feliz a Él que el hecho de que quieras a su madre. Acaso, ¿no te haría a ti ilusión que tu novia o novio quisiese a tu madre con todo su corazón? ¿creerías que por ello te ama menos a ti?