la verdad prevalece

Prevost distorsiona el Evangelio, para promover un falso cristo socialista, como Judas el Traidor, rechaza a Cristo como Redentor

Arzobispo Fulton Sheen
LAS TENTACIONES DE CRISTO: ¡SÉ UN TEÓLOGO DE LA LIBERACIÓN!: “La primera tentación de nuestro Señor fue la de convertirse en una especie de reformador social y dar pan a las multitudes del desierto que no pudieran encontrar en él más que piedras. La visión del mejoramiento social sin una regeneración espiritual ha constituido una tentación a la que han sucumbido por completo muchos hombres importantes de la historia”.

“El maligno espíritu le estaba diciendo: “¡Empieza con la primacía de lo económico! ¡Olvida todo lo referente al pecado!” Todavía sigue diciendo lo mismo con diferentes palabras...”

“Nuestro Señor no estaba negando que los hombres deban ser alimentados, o que deba predicarse la justicia social, sino que aseguraba que estas cosas no son lo primero de todo. En realidad, estaba diciendo a Satán: “Me estas tentando para que establezca una religión que suprima las necesidades; tú quieres que yo sea un panadero en vez de un salvador; un reformador social en vez de un redentor. Me estás tentando para que me aleje de mi cruz, sugiriéndome que yo sea un caudillo barato del pueblo, llenando sus vientres en vez de llenar sus almas. Quisieras que yo comenzara con la seguridad en vez de terminar con ella; quisieras que yo trajera la abundancia externa en vez de la santidad interior”.

“¡Yo sé que es el hambre humana! Yo mismo he pasado cuarenta días sin comer nada. Pero rehúso convertirme en un mero reformador social que se limita a abastecer el vientre. No puedes decir que me desentienda de la justicia social, porque en este momento estoy sintiendo el hambre del mundo".
"¡Apártate, Satán! Yo no soy como un obrero social que nunca ha sentido hambre él mismo, sino uno que dice: “¡Yo rechazo cualquier plan que prometa hacer más ricos a los hombres sin hacerlos más santos!” ¡Recuérdalo! Yo, que digo: “¡No sólo de pan!”, ¡no he probado el pan desde hace cuarenta días!”.

Fulton J. Sheen, Vida de Cristo, Ed. Herder, Barcelona 1996, p .63-64


Dijo el Arzobispo Fulton Sheen que Jesús fue acusado de ser demasiado religioso "Porque Él era demasiado religioso, Él no era lo suficientemente político. Los jueces religiosos dijeron que Él no tenía ninguna preocupación por el hecho de que los romanos eran sus amos, y que podrían expúlsalos de su país (Juan 11: 47-48). Al hablar de un reino espiritual, una ley moral superior, y su divinidad, y al convertirse en el líder de una cruzada espiritual, Él fue acusado de ser indiferente a las necesidades de los pueblos y el bienestar de las naciones .”

Catecismo 675:
Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22)

Lucas 18:8 Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe
sobre la tierra?»

En la Catena Áurea de Santo Tomás de Aquino, vemos que los Padres de la Iglesia nos enseñaron que, en la parábola del Buen Samaritano, el hombre en el camino fue abatido por el ladrón, el Diablo, con pecado mortal. Y el Buen Samaritano es el mismo Jesús, a quien los judíos rechazaron como su Redentor.

Catena Aurea:

San Agustín, De quaest. Evang. 2, 19

Este hombre representa a Adán y a todo el género humano. Jerusalén, ciudad de la paz, representa la Jerusalén celestial, de cuya felicidad había caído. Jericó quiere decir luna, y significa nuestra mortalidad, porque nace, crece, envejece y muere.

San Agustín, Hypognosticon lib. 3

O Jerusalén, que se interpreta visión de la paz, representa el paraíso; porque antes que el hombre pecara, estaba en la visión de la paz, esto es, en el paraíso. Todo lo que veía era paz y alegría; pero bajó de allí (como humillado y abatido por el pecado) hacia Jericó, esto es, al mundo, en donde todo lo que nace, desaparece como la luna.

Crisóstomo

En primer lugar debemos deplorar la desgracia de este hombre, que, solo e indefenso, cae en manos de los ladrones, y que, despreocupado e incauto, eligiera aquel camino, donde no podía evadir las manos de los ladrones; pues no podía ahuyentar el inerme a los armados, el imprevisor a los malvados, el incauto a los bandidos. Tanto más, cuanto que la malicia siempre está armada de engaños, cercada de crueldad, fortificada de artificios y dispuesta a la perversidad de hacer daño.

San Ambrosio

¿Quiénes son esos ladrones sino los ángeles de la noche y de las tinieblas, en manos de los que no hubiera caído, de no exponerse a su encuentro, apartándose de los mandamientos celestes?

Crisóstomo

Al principio, pues, del mundo, empleó el demonio su astucia en tentar al hombre, contra quien ejerció el virus del engaño e hizo el blanco de su malicia.

San Agustín, ut sup

Cayó, pues, en poder de los ladrones, esto es, del diablo y sus ángeles, que por la desobediencia del primer hombre despojaron al género humano del ornato de la inocencia; y le hirieron, incapacitándolo para el buen uso de su libre albedrío. Por esto sigue: "Los cuales le despojaron, y, después de haberle herido, se fueron". Le hicieron una llaga, induciéndole al pecado; y a nosotros más, porque al pecado que hemos contraído añadimos muchos pecados.

San Agustín, De quaest. Evang., lib. 2, q. 19

O despojaron al hombre de la inmortalidad; y, cubriéndolo de llagas (inclinándolo al pecado), lo dejaron medio muerto, porque por la parte que puede entender y conocer a Dios es hombre vivo; mas por la parte que sucumbe y es oprimido por el pecado es hombre muerto; y esto es lo que se añade: "Dejándole medio muerto".

San Agustín, Hypognosticon lib. 3

Estaba medio muerto el movimiento vital (esto es, el libre albedrío), herido el cual no era suficiente para volver a la vida eterna que había perdido. Por esto se encontraba tendido, porque no le bastaban sus propias fuerzas para levantarse, sino que necesitaba un médico para sanar (esto es, a Dios).

Teofilato

O se dice medio muerto el hombre después del pecado, porque su alma es inmortal, pero su cuerpo mortal; de modo que la mitad del hombre sucumbe a la muerte. O porque la naturaleza humana esperaba conseguir la salvación en Cristo, y así no morir enteramente. O porque la muerte, que había entrado en el mundo por el pecado de Adán, debía ser vencida por la redención de Cristo.

San Ambrosio

O nos despojan de los vestidos de la gracia espiritual, que hemos recibido, y después nos hieren; porque, si guardamos íntegros los vestidos que hemos recibido, no podremos sentir las llagas de los ladrones.

San Basilio

Puede entenderse también que le robaron después de haberlo herido. Las heridas siempre se hacen antes del despojo, para que conozcamos que el pecado precede siempre a la pérdida de la gracia.

Beda

Los pecados se llaman heridas, porque por ellos se destruye la integridad de la naturaleza humana. Se marcharon, no cesando de poner acechanzas, sino ocultando el fraude de sus insidias.

Crisóstomo

Este hombre, a saber, Adán, estaba tendido sin auxilio saludable, traspasado por las heridas de sus pecados, a quien ni el sacerdote Aarón, pasando, pudo socorrer con el sacrificio. Pues sigue: "Y aconteció que pasaba por el mismo camino un sacerdote, y cuando le vio, pasó de largo", etc. Ni aun su hermano, que era levita, pudo curarle por medio de la ley. Por esto sigue: "Y así mismo, un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, también pasó de largo".

San Agustín, ut sup

En el sacerdote y en el levita se representan los dos tiempos, el de la Ley y el de los Profetas; en el sacerdote la ley, por la cual se instituyeron el sacerdocio y los sacrificios; en el levita los vaticinios de los profetas, en cuyo tiempo no pudo curarse la humanidad, porque la ley daba a conocer los pecados, pero no los perdonaba.

Teofilato

Dice: "Pasó", porque la ley vino y duró hasta el tiempo ya marcado; y no pudiéndole curar pasó. Nótese también que la ley no había sido dada en la previsión de que curase al hombre, porque al principio el hombre no podía recibir el misterio de Cristo; por eso dice: "Aconteció, pues, que cierto sacerdote", como acostumbramos a decir de aquellas cosas que no se hacen premeditadamente.

San Agustín, De Verbo Dom., serm. 37

O porque el hombre, que bajaba de Jerusalén a Jericó, era israelita; y entonces puede entenderse que el sacerdote que pasó cerca de él era su prójimo por la raza y que el levita que le despreció era también de su raza.

Teofilato

Acaso el primer pensamiento de ellos fue de compasión, pero después, vencidos por la dureza, retrocedieron; esto significa lo que dijo: "Pasó de largo".

San Agustín ut sup

Pero un samaritano, lejano por la raza, próximo por la misericordia, hizo lo que sigue: "Mas un samaritano, que iba su camino, llegó a él", etc. Nuestro Señor Jesucristo quiso ser representado por ese samaritano. En efecto, samaritano quiere decir guarda, y de El se dice: "No dormitará ni dormirá el que guarda a Israel" ( Sal 120,4), porque resucitando de entre los muertos ya no muere ( Rom 6,9). Finalmente, cuando se le dijo: "Porque samaritano eres, y tienes demonio" ( Jn 8,48); negó que tuviese demonio, puesto que expulsaba a los demonios; pero no negó que era el guarda del enfermo.

Griego

Cristo se llama aquí samaritano oportunamente; porque hablando a un legista, que se enorgullecía con la ley, quiso manifestar que ni el sacerdote, ni el levita, ni los que vivían en la ley, cumplían las prescripciones de la misma, pero que El vino a consumarlas.

San Ambrosio

Este samaritano también bajaba: "¿Quién es, pues, el que baja del cielo y que sube al cielo, sino el Hijo de Dios que está en el cielo?" ( Jn 3,13).

Teofilato

Dice "yendo de camino", como para especificar que había venido a curarnos.

San Agustín Hypognosticon lib. 3

Vino en semejanza de carne de pecado ( Rom 8,3), por tanto cerca de él, para semejarse a él.

Griego

O vino junto al camino, porque fue verdaderamente viador, no desviador, bajando a la tierra para nuestro bien.

San Ambrosio

Viniendo, pues, se hizo nuestro prójimo, tomando nuestra naturaleza; y nuestro vecino, por el don de la misericordia. De donde sigue: "Y cuando le vio se movió a compasión", etc.

San Agustín ut sup

Viéndole tendido, sin fuerzas y sin movimientos, se movió a compasión. No halló mérito alguno en él, que le hiciese digno de ser curado; pero él condenó el pecado en la carne del pecado; por esto sigue: "Y acercándose, le vendó las heridas, echando en ellas aceite", etc.

San Agustín de verb. Dom. serm 37

¿Qué cosa más distante, ni más apartada que Dios de los hombres, el inmortal del mortal, el justo de los pecadores, no lejos no por el espacio, sino por la desemejanza? Como tenía en sí dos bienes (la justicia y la inmortalidad), y nosotros dos males (la injusticia y la mortalidad), si hubiese tomado dos males, sería nuestro igual, y hubiera tenido necesidad de libertador para nosotros. Para ser, pues, no lo que nosotros, sino estar cerca de nosotros, no se hizo pecador como nosotros, sino que se hizo mortal como nosotros; tomando sobre sí la pena, no la culpa, y borrando la pena y la culpa.

San Agustín, de quaest. evang. 2, 19

El vendaje de las heridas representa la represión de los pecadores; el óleo es el consuelo de la buena esperanza, dada por el perdón para la reconciliación de la paz; el vino es exhortación para obrar fervientemente en el Espíritu.

San Ambrosio

O liga nuestras heridas con una ley más austera; así como con el óleo reanima, perdonando el pecado, y con el vino excita el arrepentimiento, anunciando el juicio.

San Gregorio, 20, Moral., cap. 8 super Job 29, 25

O el vino es el rigor de su justicia y el óleo la dulzura de la misericordia. El vino baña las llagas corrompidas, el óleo reanima las que deben curarse. Debe, pues, mezclarse la dulzura con la severidad y temperar la una con la otra, para que no se llenen de úlceras los súbditos con la excesiva aspereza, ni se relajen con la excesiva benignidad.

Teofilato

O de otro modo: El óleo representa su naturaleza humana y el vino su naturaleza divina, la cual sola nadie podría soportar; por eso obró ciertas cosas como hombre y otras como Dios, y derramó el óleo y el vino, salvándonos con su humanidad y divinidad.

Crisóstomo

También derramó el vino (esto es, la sangre de su pasión), y el óleo (esto es, la unción del crisma), para que se nos diese el perdón por medio de su sangre y se confiriese la santificación por medio de la unción del crisma. El Médico celestial liga las heridas abiertas, que reteniendo en sí mismas la medicina, por sus efectos saludables se restituyen a su salud primera. Derramado que hubo el vino y el óleo, lo colocó sobre un jumento; por ello sigue: "Y poniéndole sobre su jumento", etc.

San Agustín, De quaest. Evang., lib. 2, cap. 19

Su jumento es la carne en la que se dignó venir a nosotros. Ser puesto sobre el jumento es creer en la encarnación de Cristo.

San Ambrosio

O nos pone sobre la bestia, cargando con nuestros pecados y sufriendo por nosotros ( Is 53); porque el hombre se había hecho semejante a la bestia ( Sal 48). Nos puso sobre su jumento a fin de que no seamos ya como el caballo o el mulo ( Sal 31); y así, por la asunción de nuestro cuerpo, destruyó la enfermedad de nuestra carne.

Teofilato

También puede entenderse que nos colocó sobre su bestia, esto es, sobre su cuerpo, porque nos hizo miembros suyos y participantes de su cuerpo. La ley no admitía a todos, porque se dice: "Los mohabitas y ammonitas no entrarán en la Iglesia de Dios" ( Dt 23,3); mas ahora todo el que teme a Dios en toda nación es recibido por El, queriendo creer y formar parte de la Iglesia; por esto dice que lo llevó a un hospedaje.

Crisóstomo

La Iglesia es un hospedaje, colocado en el camino de la vida, que recibe a todos los que vienen a ella, cansados del viaje o cargados con los sacos de sus culpas, en donde, dejando la carga de los pecados, el viajero fatigado descansa, y, después que ha descansado, se repone con saludable alimento. Y esto es lo que dice con aquellas palabras: "Y tuvo cuidado de él". Todo lo que es contrario, perjudicial y malo está fuera, mientras que dentro del hospedaje se halla el descanso completo y toda salubridad.

Beda

Y se díce bien que puesto sobre el jumento lo llevó al hospedaje, porque ninguno entrará en la Iglesia si no se une al cuerpo de Cristo por medio del santo Bautismo.

San Ambrosio

Mas como este samaritano no podía permanecer mucho en la tierra, debía volver al lugar de donde había bajado. Por eso sigue: "Y al día siguiente sacó dos denarios", etc. ¿Cuál es este día siguiente, sino acaso el de la resurrección del Señor, del que se ha dicho: "Este es el día que hizo el Señor" ( Sal 117,24)? Los dos denarios representan los dos Testamentos, que llevan impresa en sí la imagen del Rey inmortal, con cuyo precio se curan nuestras heridas.

TEÓFILO; Y lo trajo ligero colocado sobre su bestia, ya que nadie, a menos que esté unido al cuerpo de Cristo por el bautismo, puede entrar en la Iglesia.

La falsa misericordia de Prevost deja al hombre herido por el pecado morirse en el camino el mismo se ha convertido en ese sacerdote infiel que pasa y lo deja morirse en el Estado de Pecado Mortal.

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Prevost no predica el Evangelio de Jesucristo sino que promueve las falacias de Bergoglio Las falacias del ambiguo Francisco

George Soros, enemigo de Cristo y de la humanidad, utilizó la misma manipulación emocional de "Fui Forastero" para promover la desestabilización de países con el plan izquierdista de
fronteras abiertas.
Cubierto en una fachada de supuesta ayuda a …

6 más comentarios de la verdad prevalece

Tristemente, presenciamos a diario que Prevost sigue el mismo camino de destrucción que su mentor, Bergoglio. Su obstinada rebelión contra Dios y la Iglesia está representada por el sello de la Bestia en su Intelecto (frente) y Obras (manos). Solo puede salvarse si se arrepiente antes de morir. Cuantos más cómplices tiene, más enemigos tiene su alma. Pobre desgraciado, prefiere el aplauso de quienes se rebelan contra Dios a caer de rodillas, implorar perdón y enmendarse.

"Lucas fue inicialmente médico del cuerpo; por eso habla más que el otro evangelista de la misericordia de nuestro Salvador, que sana y libera a los hombres de las enfermedades del alma". Padre Francisco Javier Weninger, 1876

Quizá no tenga pan con que socorrer al necesitado; pero quien tiene lengua dispone de un bien mayor que puede distribuir; pues vale más el reanimar con el alimento de la palabra al alma que ha de vivir para siempre, que saciar con el pan terreno al cuerpo, que ha de morir. Por lo tanto, hermanos, no neguéis al prójimo la limosna de vuestra palabra. (S. GREGORIO MAGNO, Hom. 4 sobre los Evang.).

Podemos afirmar muy bien, que la Pasión que los judios hicieron sufrir a Cristo era casi nada, comparada con la que le hacen soportar los cristianos con los ultrajes del pecado mortal [. . . ]. ¡Cuál va a ser nuestro horror cuando Jesucristo nos muestre las cosas por las cuales le hemos abandonado! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el pecado).

¡Cuán ciego es el hombre al dejar perder tantos bienes y atraer sobre sí tantos males, permaneciendo en pecado! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la conversión).

El Hijo de Dios vino a destruir las obras del diablo (PECADO). 1Jn 3,9.

No se puede poner más cuidado en distribuir el pan material que el pan del cielo
Los apóstoles, encargados de predicar el Evangelio por todo el mundo y de distribuir el pan del cielo a las almas, creyeron, muy acertadamente, que habrían obrado mal si se hubiesen distraído de este santo ejercicio para practicar la virtud de socorrer a los pobres,
aunque esta virtud sea muy excelente. Cada vocación tiene necesidad de practicar alguna especial virtud: unas son las virtudes del prelado, otras las del príncipe, otras las del soldado, otras las de una mujer casada, otras las de una viuda; y, aunque todos han de tener todas las virtudes, no todos, empero, las han de practicar igualmente, sino que cada uno ha de ejercitarse, particularmente, en aquellas que exige el género de vida a que ha sido llamado. (San Francisco de Sales. Introducción a la vida devota, parte III, cap. 1)