Subida al Podbro y rezo del Santo Rosario junto a la vidente Marija Pavlovic Lunetti
Tras subir la colina rezando el Santo Rosario, la vidente Marija nos estuvo hablando de los primeros días de las apariciones y contó algunas anécdotas ocurridas en esos primeros días. Fue impresionante el testimonio de Marinko, un hombre al que Marija le cedió la gentilmente la palabra.
Marinko fue testigo directo de los primeros días de las apariciones de la Gospa en Medjugorje. Lo que nos contó no solamente fue impactante, sino que a muchos de nosotros nos emocionó hasta el punto de hacernos caer lágrimas. El señor Marinko tenía 45 años cuando comenzaron las apariciones de la Gospa en Medjugorje. Su testimonio fue impresionante.... El tercer día de las apariciones se encontraba con los seis videntes justo donde ahora está la estatua de la Gospa.
Marinko relató que él fue testigo de cómo se abrió el cielo, bajó una inmensa luz que se posicionó justo en este lugar, y que al tocar el suelo, esa inmensa luz explosionó y llenó todo de estrellas. Se hizo un enorme agujero en el suelo, y esa luz permaneció allí durante un tiempo.
Los videntes, que si veían a la Gospa, pidieron permiso para que los parroquianos pudieran tocarla, a lo que Ella dijo que sí. Marija en concreto, ese 27 de junio de 1981, agarró las manos del señor Marinko y las acercó hasta esa inmensa luz, hacia donde estaba la Gospa. Marinko nos comentó que sintió un enorme calor, después frío y como un golpe eléctrico, algo que no había sentido nunca jamás en su vida. Y después paz, mucha paz.
Los videntes durante esa aparición pudieron también observar que algunos parroquianos tenían grandes manchas en sus ropas. Le preguntaron a la Gospa y les dijo que esas manchas eran los pecados de la gente.
Marinko dijo bromeando a Marija que él, pese a sus 80 años, tiene más memoria que todos los videntes juntos. Marija le devolvió la broma diciéndole que él se está preparando para ir al Paraíso.... a lo que Marinko contestó que sí, que ya estaba muy preparado para partir hacia la Casa del Padre.
Es hermoso y esclarecedor, además de un enorme privilegio, poder escuchar el testimonio de estos hombres y mujeres de Medjugorje, ya ancianos, pero con una mirada muy especial y una sabiduría que solo puede venir del Espíritu Santo y de la enorme gracia de haber sido testigos de los primeros tiempos de las apariciones de la Virgen María en Medjugorje.
No lo puedo describir con palabras, pero si miran directamente los ojos de Marinko, como lo hice yo ayer, lo pueden entender todo.
Dios bendiga a Marinko y a todos los parroquianos que han sido dichosos de tan maravilloso regalo. Expreso, a su vez, mi verdadera admiración por esta gente, por este pueblo, que tienen una FE enorme, muchas veces basada en el sufrimiento, pero que como ven en estas imágenes, cuando rezan lo hacen con un respeto y devoción que me emociona. Gente humilde... pero gente sabia y con un corazón que no les cabe en sus cuerpos.
Esto para mí se llama estar tocados por la gracia del Espíritu Santo.
Autor: Emilio Ferrando
ROSAS PARA LA GOSPA
