El Papa preside el Vía Crucis en el Coliseo.

Un Vía Crucis en el escenario del Coliseo de Roma bajo la lluvia, dedicado a todos los que sufren por la fe. Sin Jesucristo la cruz es insoportable, y sin la cruz no se camina con Jesús, dice el cardenal Joseph Zen Ze-Kiun, obispo de Hong Kong y autor de las meditaciones de este año. Miles de personas de Italia y otros lugares se unieron a Benedicto XVI, al cardenal vicario Camillo Ruini y a todos los que llevaron la cruz durante las 14 estaciones. La llamada, dijo el Papa al finalizar el Vía Crucis, nos tiene que alejar de las preocupaciones de cada día, a veces fútiles. La llamada de Jesús libera a toda la humanidad del odio y la violencia sin distinción de raza. No tenemos que tener miedo de la salvación que nos da Jesús ya que –ha concluido el Papa—en la cruz el Redentor nos ha hecho hijos adoptivos de Dios.

Benedicto XVI: "El sufrimiento y la angustia que nuestro Salvador ha tenido que soportar en la hora del gran dolor que ha marcado el ápice de su misión en la tierra".