Consagración a la Sangre Preciosísima de Nuestro Señor Jesucristo.
Consciente de mi nada y de tu Grandeza, misericordiosísimo Salvador, postrado ante tus pies, te agradezco tantas gracias, hechas a mí, criatura ingrata, particularmente porque por medio de tu Preciosísima Sangre, me has liberado de la potestad de las tinieblas satánicas y me has trasladado a tu Reino.
En presencia de la Madre de Dios, del Ángel de mi guarda y de mis patronos y de toda la corte celestial, yo me consagro, oh mi Jesús, con corazón sincero y libremente, a la Preciosísima Sangre, con la que tú redimiste al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Yo te prometo, con el auxilio de tu gracia y según mis fuerzas, hacer revivir la devoción a tu Preciosísima Sangre, en loor de nuestra redención, y propagarla, a fin de que tu adorable y Preciosísima Sangre sea honrada y glorificada por todos. De esta manera quiero reparar mi infidelidad hacia tu Preciosísima Sangre y expiar las profanaciones cometidas contra ella.
Mírame aquí mi Jesús, yo te ofrezco el amor y las adoraciones ofrecidas por tu Santísima Madre, tus discípulos fieles y de todos los santos a tu Preciosísima Sangre. No recuerdes más mi infidelidad y frialdad y perdóname todas las ofensas hechas a ti.
Rocíame, oh Divino salvador, con tu Sangre Preciosísima, para que te ame, amor Crucificado desde ahora para siempre, para ser digno del precio de Nuestra Redención.
En presencia de la Madre de Dios, del Ángel de mi guarda y de mis patronos y de toda la corte celestial, yo me consagro, oh mi Jesús, con corazón sincero y libremente, a la Preciosísima Sangre, con la que tú redimiste al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Yo te prometo, con el auxilio de tu gracia y según mis fuerzas, hacer revivir la devoción a tu Preciosísima Sangre, en loor de nuestra redención, y propagarla, a fin de que tu adorable y Preciosísima Sangre sea honrada y glorificada por todos. De esta manera quiero reparar mi infidelidad hacia tu Preciosísima Sangre y expiar las profanaciones cometidas contra ella.
Mírame aquí mi Jesús, yo te ofrezco el amor y las adoraciones ofrecidas por tu Santísima Madre, tus discípulos fieles y de todos los santos a tu Preciosísima Sangre. No recuerdes más mi infidelidad y frialdad y perdóname todas las ofensas hechas a ti.
Rocíame, oh Divino salvador, con tu Sangre Preciosísima, para que te ame, amor Crucificado desde ahora para siempre, para ser digno del precio de Nuestra Redención.