LA VERDADERA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS EL TRIUNFO DE LA INMACULADA. Al comenzar este apartado me viene el recuerdo de las respuestas que me daba Petrilla, cuando cada año la felicitaba en la mañana …Más
LA VERDADERA DEVOCIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS EL TRIUNFO DE LA INMACULADA.

Al comenzar este apartado me viene el recuerdo de las respuestas que me daba Petrilla, cuando cada año la felicitaba en la mañana de Pascua por haber Resucitado el Señor.
Eran respuestas, que en algunas ocasiones iban acompañadas con un sencillo comentario en el que se entendía que Jesús Glorioso ya la había visitado. Comentario obligado por su sinceridad y sencillez, al tener que responder a la anterior insinuación que un servidor la hiciera acerca de las visitas que ese día tan señalado hacía el Señor a sus “amigos de verdad”, siendo tan pocos los que tiene, a decir de Santa Teresa. Contestaciones sencillas, llenas de paz, pero que tanto en su voz al comunicarme con ella por teléfono, como en su semblante cuando la visité, mostraba una sensación de pena oculta, que a mí me parecía que el motivo era el no poder compartir que el inmenso regalo de ver al Señor Glorioso, estaba íntimamente unido a su inmenso amor a la Cruz; que no solamente no se olvida con la noticia de la Resurrección, sino que lleva a la más inmensa soledad para participar íntimamente con la Pasión del Señor. Confirmación y algo más, la que el Señor nos da a través de Conchita Cabrera, como ya
indiqué al principio de estos escritos:
“Al encarnar en tu corazón llevo mis fines, transformarte en MÍ DOLOROSO. Debes vivir de MI VIDA y ya sabes que el VERBO encarnó para SUFRIR, no como Verbo, SINO EN MI NATURALEZA HUMANA Y EN MI SANTÍSIMA ALMA.”… …."En cierto sentido eres altar y sacerdote al mismo tiempo, pues tienes
contigo a la sacrosanta VÍCTIMA DEL CALVARIO Y DE LA EUCARISTÍA, la cual puedes ofrecer constantemente al eterno Padre por la salvación del mundo… Y ella misma nos aclara el deseo más profundo de su corazón al final de su misión: …"Debo imitar a María en su soledad" "Dios me quiere sola, mi papel ahora es el de la soledad. Debo acompañar a María, imitar a María en su soledad, en la
última parte de su vida"… …La Soledad es la participación de la Pasión íntima del Corazón de Cristo y ES LA CONSECUENCIA DE LA ENCARNACIÓN MÍSTICA.”
Ratificación de un amor y una cruz de almas viviendo en total “soledad de lo creado, con la memoria puesta en el Creador, atendiendo a su interior, para estarse amando al amado”, como tan santa y sabiamente indicara San Juan de la Cruz en una de sus cautelas. 50 Amor, cruz y soledad íntimamente unidos y ofrecidos para ayudar a los Sagrados Corazones de Jesús y María a que las almas no se pierdan eternamente.
Y ese dolor por la salvación de las almas, es el que nos va a estremecer al leer la escena que María Valtorta nos describe con su carisma de invitada cómo “víctima, mística y periodista de honor” en la vida del Señor. Es el dolor del Redentor por quien no quiere ser redimido: …“Es el Último momento de gracia que aún se nos concede para impedir tu ruina... …Piensa, amigo: el Cielo asiente a mi oración; tú, tú... ¿me dejarás orar en vano? Piensa que delante de ti, orando, tienes al Mesías de Israel, al Hijo del Padre... ¡Judas, escúchame!... ¡Detente mientras puedes!...
…El llanto de Jesús-Dios cae entre los cabellos de Judas, pero la boca de Judas permanece cerrada. No dice la palabra requerida. No dice ni siquiera "perdón" cuando Jesús le susurra entre sus cabellos… ……Y afligidísimo alza su rostro y su alma al Padre gimiendo: …¡Padre! ¡Padre mío! ¡Te lo suplico!: acelera la hora de las tinieblas, la hora del Sacrificio, porque demasiado atroz me es vivir junto al amigo que no quiere ser redimido... ¡EL MAYOR DOLOR! – ...¡Padre, ayúdame! ¡Un germen de arrepentimiento en ese corazón!... …¡Oh, Padre mío! …¡Ah, estoy delirando! ¡Es el Hombre el que quiere esperar esto! ¡El Dios que está en el Hombre, el Dios hecho Hombre no se puede hacer ilusiones! …

Y ahora, otra escena. Esta se desarrolla en Fátima, y ante tres aterrorizados espectadores, que manifestaron que siguieron vivos después de lo que habían visto, gracias a una protección especial de La Virgen del Rosario. Fue un 13 de julio de 1917 cuando la Virgen abrió de nuevo las manos, y los tres niños nos dicen por boca de Lucía que acaban de ver el infierno y que “asustados y como pidiendo
socorro levantamos la vista a Nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza”: -Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. PARA SALVARLAS Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón… Tres espectadores que por su corta edad parece incomprensible para la razón humana que el Cielo les manifieste tales acontecimientos. Podríamos decir que son absoluta y políticamente incorrectas. Podríamos decirlo, porque ignoramos totalmente lo que cuesta salvar un alma, y más en nuestros días, en los que ya no existe el pecado, siendo además de
locos creer en la existencia del infierno, ¡Y es que Jesús y María saben muy bien que todo el dolor de este mundo no es nada comparado con el de un alma que se aleja de Dios para siempre!.
Y al próximo mes, el 19 de agosto, festividad de San Juan Eudes, primer apóstol de los Corazones …