Los cardenales: “Tiempo para entender la crisis” 02/22/2013 Los cardenales: “Tiempo para entender la crisis” EL INFLUYENTE CARDENAL SODANO Muchos purpurados prefieren que no se anticipe el Cónclave …Más
Los cardenales: “Tiempo para entender la crisis”
02/22/2013
Los cardenales: “Tiempo para entender la crisis”
EL INFLUYENTE CARDENAL SODANO
Muchos purpurados prefieren que no se anticipe el Cónclave. Los que llegan del extranjero quieren informarse sobre los escándalos
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
La fecha del Cónclave podría ser anticipada por los cardenales, gracias al anunciado “Motu Proprio” de Benedicto XVI, pero hay muchos purpurados que están llegando a Roma para la despedida del Papa que abandona el Pontificado y no parecen tener ninguna prisa.
Quieren tomarse el tiempo necesario para discutir profundamente sobre las principales necesidades de la Iglesia y estudiar bien las opciones. Pero, sobre todo, quieren conocerse mejor y conocer mejor la situación real en la que se encuentra la Curia romana.
Ninguno, por ahora, considera que habrá una “elección relámpago” como la que hubo hace 8 años, que concluyó después de cuatro votaciones y menos de un día de Cónclave. No hay un candidato fuerte con autoridad universalmente reconocida como la había hace ocho años cuando fue elegido Joseph Ratzinger. Muchos de los “grandes electores” de 2005, que tratarán de influir en la votación con su experiencia, no estarán en la Sixtina por razones de edad.
Cuando vinieron a Roma para el Consistorio de febrero de 2012, cuando estaba empezando el escándalo de los “vatileaks”, algunos cardenales extranjeros de relieve se preguntaban sobre el estado de la Curia romana y sobre la imagen que surgía al leer los documentos reservados que el ex ayudante de cámara de Benedicto XVI había filtrado al exterior. La idea que se hicieron, intercambiando opiniones por los pasillos vaticanos, fue que el caso de los “vatileaks” era una historia demasiado italiana y muy curial. A pesar de que las listas de “papables” incluyan varios nombres de cardenales italianos, en este momento no parecen tan fuertes ni seguros.
No todos los problemas que caracterizaron el Pontificado de Joseph Ratzinger se pueden atribuir a los ataques de “enemigos externos de la Iglesia”, como repiten algunos colaboradores del Papa propensos a atribuir las responsabilidades a los medios de comunicación o a los grupos anti-católicos y nunca a sus propios errores. Hay un malestar evidente y difundido en el Vaticano, falta coordnación y en muchas ocasiones el Papa se encontró en una situación expuesta y solitaria.
Claro, la realidad de la Curia romana no corresponde a la imagen que la representa como corroída por luchas de poder. Pero es igualmente ingenua la “leyenda rosa” que muchos querrían atribuir a los medios de comunicación.
Los cardenales quieren tener el tiempo necesario para discutir sobre todo lo que ha sucedido en los últimos años. No será fácil que acepten atajos, candidatos prefabricados, ni las influencias de los que pretenden perpetrar el propio poder.
Una reforma de la Curia, proyectos que muchos esperaban de Benedicto XVI, ya no puede postergarse. No es una casualidad que en estos momentos “grandes electores” como el ex Secretario de Estado, Angelo Sodano, o el ex presidente de los obispos italianos, Camilo Ruini (ambos exlcluidos del Cónclave pero con la capacidad de orientar la votación) estén reconsiderando la hipótesis italiana o vean con buenos ojos las candidaturas extranjeras, sobre todo provenientes de Brasil y de los Estados Unidos.
02/22/2013
Los cardenales: “Tiempo para entender la crisis”
EL INFLUYENTE CARDENAL SODANO
Muchos purpurados prefieren que no se anticipe el Cónclave. Los que llegan del extranjero quieren informarse sobre los escándalos
ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO
La fecha del Cónclave podría ser anticipada por los cardenales, gracias al anunciado “Motu Proprio” de Benedicto XVI, pero hay muchos purpurados que están llegando a Roma para la despedida del Papa que abandona el Pontificado y no parecen tener ninguna prisa.
Quieren tomarse el tiempo necesario para discutir profundamente sobre las principales necesidades de la Iglesia y estudiar bien las opciones. Pero, sobre todo, quieren conocerse mejor y conocer mejor la situación real en la que se encuentra la Curia romana.
Ninguno, por ahora, considera que habrá una “elección relámpago” como la que hubo hace 8 años, que concluyó después de cuatro votaciones y menos de un día de Cónclave. No hay un candidato fuerte con autoridad universalmente reconocida como la había hace ocho años cuando fue elegido Joseph Ratzinger. Muchos de los “grandes electores” de 2005, que tratarán de influir en la votación con su experiencia, no estarán en la Sixtina por razones de edad.
Cuando vinieron a Roma para el Consistorio de febrero de 2012, cuando estaba empezando el escándalo de los “vatileaks”, algunos cardenales extranjeros de relieve se preguntaban sobre el estado de la Curia romana y sobre la imagen que surgía al leer los documentos reservados que el ex ayudante de cámara de Benedicto XVI había filtrado al exterior. La idea que se hicieron, intercambiando opiniones por los pasillos vaticanos, fue que el caso de los “vatileaks” era una historia demasiado italiana y muy curial. A pesar de que las listas de “papables” incluyan varios nombres de cardenales italianos, en este momento no parecen tan fuertes ni seguros.
No todos los problemas que caracterizaron el Pontificado de Joseph Ratzinger se pueden atribuir a los ataques de “enemigos externos de la Iglesia”, como repiten algunos colaboradores del Papa propensos a atribuir las responsabilidades a los medios de comunicación o a los grupos anti-católicos y nunca a sus propios errores. Hay un malestar evidente y difundido en el Vaticano, falta coordnación y en muchas ocasiones el Papa se encontró en una situación expuesta y solitaria.
Claro, la realidad de la Curia romana no corresponde a la imagen que la representa como corroída por luchas de poder. Pero es igualmente ingenua la “leyenda rosa” que muchos querrían atribuir a los medios de comunicación.
Los cardenales quieren tener el tiempo necesario para discutir sobre todo lo que ha sucedido en los últimos años. No será fácil que acepten atajos, candidatos prefabricados, ni las influencias de los que pretenden perpetrar el propio poder.
Una reforma de la Curia, proyectos que muchos esperaban de Benedicto XVI, ya no puede postergarse. No es una casualidad que en estos momentos “grandes electores” como el ex Secretario de Estado, Angelo Sodano, o el ex presidente de los obispos italianos, Camilo Ruini (ambos exlcluidos del Cónclave pero con la capacidad de orientar la votación) estén reconsiderando la hipótesis italiana o vean con buenos ojos las candidaturas extranjeras, sobre todo provenientes de Brasil y de los Estados Unidos.