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Dejó la fe católica y fue misionera mormona... hasta que defendió al Papa frente a su jefe. Yasmin Oré Ramírez, hoy con 28 años de edad, nació y creció en Lima, Perú, en una familia de tradición …Más
Dejó la fe católica y fue misionera mormona... hasta que defendió al Papa frente a su jefe.

Yasmin Oré Ramírez, hoy con 28 años de edad, nació y creció en Lima, Perú, en una familia de tradición católica... hasta que una amiga le invitó a los mormones.

Recogemos su testimonio en primera persona, tal como lo cuenta a ReL
, porque explica cual es el proceso por el que se entra en este grupo, cómo captan nuevos miembros, cómo les entrenan y los envían a calles y casas.

»Mi familia era católica, aunque mis padres no estaban entonces casados por la iglesia, por unos problema de partidas de bautismo quemadas o perdidas. Dejaron el tema y se casaron por lo civil. Me dieron una educación católica: hice la secundaria en el colegio Presentación de María, de religiosas, recibí los sacramentos, la comunión y la confirmación. A los 19 años estudiaba derecho, iba a misa e incluso cantaba en el coro, pero mi formación y mi fe era muy superficial.

»Yo había oído hablar de sectas demoníacas y satanistas, y mi papá me prevenía contra los Testigos de Jehová que tocaban a menudo a la puerta. Pero nadie me había hablado de los mormones

La amiga y la acogida
»Yo tenía una amiga en mi colegio de monjas que era mormona. Me dijo: "acompáñame un domingo a ver mi iglesia". Así que un domingo me salté la misa para ir con ella a ver su iglesia. Y me gustó. La gente era muy acogedora: todos lo eran, las señoras, las chicas de mi edad, los chicos.
»Tenían reuniones para jóvenes en las que hablaban sobre las virtudes. A otros jóvenes quizá les parecería aburrido, pero yo era una chica con pocas amistades. No me gustaba salir de fiesta, las fiestas no me llenaban. En cambio, esta gente, que parecía tan pura, virtuosa e inocente, sí que me llenaba.
»Hoy que soy católica y adulta sé que tenemos que enfrentar el mal que hay en el mundo y en nuestras vidas, pero entonces, con 19 años, yo no quería enfrentarme a la realidad, no quería embarrarme. Yo quería protección, un entorno seguro, un grupo acogedor y virtuoso que me protegiese. Los mormones me ofrecían eso.

Dos chicos jóvenes hablando de Dios
»Ellos me enviaron dos jóvenes misioneros a visitarme a mi casa y darme charlas dos días por semana. Eran dos chicos de mi edad, de 19 años, uno peruano y otro de EEUU. Yo les decía a mis padres que eran cristianos y amigos de mi amiga y que venían a hablar de Cristo y de Dios. Ellos, demasiado confiados, nos dejaban solos en el salón.
»Yo estaba impresionada de que dos chicos de 19 años, de mi edad, me hablasen de Dios con pasión. Más aún, estaban dedicando 2 años de su vida joven sólo a eso, a hablar de Dios. Me sorprendía y admiraba: no conocía a nadie en la Iglesia católica que hiciese eso.

Mr. Smith y el "verdadero" cristianismo
»En las primeras charlas, te hablan del Libro de Mormón. Te dicen que la enseñanza plena cristiana se había perdido desde la muerte del apóstol Juan, y que no se ha recuperado hasta que un ángel revela al profeta Joseph Smith, hacia 1830, dónde está el Libro de Mormón con todas las enseñanzas perdidas.
»Usan siempre las mismas citas de la Biblia para apoyar al Libro de Mormón. Los mormones enseñan, según su libro, que Jesús, al resucitar, se apareció y enseñó a los pobladores de América. Eso lo apoyan en la Biblia cuando Jesús dice: "tengo otras ovejas que no son de este redil". Para justificar que además de la Biblia esté el Libro de Mormón citan Ezequiel 37, 15-17, que habla de "un palo de Judá" y "un palo de José, o Israel", que Dios ha de unir. Ellos dicen que esos dos palos son dos libros: la Biblia y las escrituras de Mormón. Y sobre el profeta Smith citan Amós 3,7: "el Señor no hará nada sin revelar sus secretos a sus siervos los profetas".

Hacer preguntas es bueno
»Yo en esa época escribía un diario, que aún conservo. Y apunté una idea que se me pasó por la cabeza: "si ese Libro de Mormón es otro testamento, ¿por qué no hay pruebas arqueológicas, por qué no hay papiros de él o pergaminos de él, como con la Biblia?" Ellos enseñan que el ángel se llevó el libro de láminas de oro que José Smith había leído y traducido al inglés. Pero ¿por qué Dios hizo algo tan distinto a lo que hizo con la Biblia? Me daba vergüenza preguntarles eso porque ¡ellos eran tan amables!
»A la pregunta de por qué no tenemos los textos que el ángel reveló a José Smith, ellos responden citando a San Pablo: "la fe es certeza de lo que no vemos", y también citando su propio libro: "hay muchas cosas de Dios que no las vas a ver".
»En realidad, como comprobé después siendo misionera mormona, a los jóvenes misioneros mormones no les enseñan muchas respuestas a las objeciones. Muy pronto responden a todo con esta frase: "Te invitamos a que ores a Dios esta noche y que Él te hable y verás que es verdad lo que enseñamos".
»Y oré esa noche. Y no sentí nada, Dios no me dijo nada. Y lo escribí así en mi diario, sinceramente.

»Pero a ellos, sugestionada o por lo que sea, les dije: "sí, siento que es verdad". Yo quería pertenecer a ellos. Sólo me pedían ser buena, y yo quería ser buena, y pensaba que la Iglesia verdadera sería simplemente la obediente a las cosas buenas, virtuosas, y parecían ser ellos.

»Era 2005, se acababa de morir Juan Pablo II, salía Benedicto XVI como nuevo Papa, y algunos me decían que si era feo, que vaya aspecto, que cómo iba a seguir yo en la Iglesia Católica.

Rebautizada mormona
»En fin, en esa fase, después de 4 o 5 charlas, te invitan a bautizarte como mormón. Para eso, te hacen antes una entrevista previa. Has de decir que crees en el Libro de Mormón y que aceptas al profeta Joseph Smith. También te preguntan si has matado a alguien, si has abortado, si has tenido relaciones sexuales. Creo que ellos no quieren aceptar a cualquiera, a gente que ha tenido una vida muy poco virtuosa, excepto si son parientes de alguien. Pueden rechazarte. Me parece que a las personas con inclinaciones homosexuales las rechazan a todas o casi todas, por ejemplo.
»A mí me aceptaron y organizamos mi bautismo mormón. Mi papá no vino: les dijo que éramos católicos "de la Virgen y del Señor de los Milagros". De mi familia solo vino mi mama ¡y mi madrina del bautismo católico! Hoy digo ¿qué barbaridad, no? Mi madre lloraba: "hija, pero si yo te di los sacramentos en la Iglesia católica". Y yo le respondía: "¿prefieres que me vaya de discoteca cada sábado, por ahí?" Con eso la presionaba. Ellos me veían feliz, y veían que los jóvenes mormones parecían gente buena. Era una falsa elección: o ellos, o el mundo de la noche y las discotecas.
»En el bautismo mormón entras en una piscinita de cuerpo completo, con una túnica blanca. Tú escoges qué hombre te bautiza: yo escogí a los dos misioneros que conocía. Te echan para atrás, como hacen los baptistas y otros protestantes, y te sumergen y dicen: "en el nombre del padre, del hijo y del espiritu santo", pero, atención, porque ellos no piensan que es un único Dios; para ellos son 3 dioses distintos. A Joseph Smith se le aparecieron el Padre y el Hijo en un bosque, hay un dibujo típico que lo ilustra, como dos cuerpos distintos. Cada vez que en el Antiguo Testamento se dice que Moisés vio la cara de Yavé, o que Dios señaló con su dedo, o dio la espalda al pueblo, etc... ellos interpretan que Dios Padre tiene cuerpo, con dedos, cara, espalda, etc...
»En cuanto empiezas a ir a los mormones te animan a pasar con ellos mucho tiempo. Te hacen estar cómodo, es como tener otra familia. Ellos no creen que Dios habita en ti y te transforma y hace santo. No, ellos creen que por sus propias fuerzas serán perfectos, que ya lo están siendo, porque cada uno va a ser un dios. Y claro, esa perfección es imposible, pero esa es la fachada que intentan dar.
»Son muy exigentes en el control de la sexualidad: cualquier encíclica católica sobre el tema es mucho más humana, más comprensiva. Ellos son más tajantes, te controlan demasiado, como un robot. A las chicas las animan a estudiar, sí, pero lo ideal que plantean es que enseguida se casen y que tengan muchos hijos.

Muchos manuales para estudiar
»Una vez bautizado, te dan muchos manuales para estudiar, algo que haces cada domingo en su escuela dominical. Mi experiencia, y lo vi con otra gente poco dada a los estudios, es que los primeros meses al menos hay mucho interés y se leen los libros. Ellos ofrecían también un servicio para ayudar a encontrar y ayuda a la gente.
»Enseguida te dan un "llamamiento", que es un cargo, en mi casi era una función con jóvenes. Un año después me hicieron misionera de barrio: a tus ratos libres acompañas a los misioneros en sus visitas a las personas interesadas, que en su vocabulario se llaman "investigadores". Los acompañantes sirven para hacerse amigos de los "investigadores" (es decir, las personas no mormonas), invitarles, tender lazos, etc...
»También aprendí a rezar al estilo mormón, siguiendo un tríptico que lo explicaba. Hay que hacer una breve oración al levantarte, otra al acostarte y otra en cada comida. La estructura es siempre igual: "Padre Celestial, te damos gracias por tal cosa, te pedimos tal otra, en el nombre de Jesucristo". En las comidas, das gracias por la comida. Se dice siempre "Padre Celestial", no "Padre nuestro".

El culto mormón
»El domingo hay una reunión de unas tres horas. La llaman "reunión sacramental". Se juntan todos los miembros de una zona. No hay un oficiante sino un par de conferenciantes o discursante, los que les toque ese día. Uno habla del ayuno, otro del diezmo (un tema muy insistente). Otro día pueden hablar del bautismo de los muertos o del "sellamiento", como llaman al matrimonio. Al final, siempre alguien "da testimonio", pero eso no consiste en contar su experiencia sino simplemente en exponer, de una forma muy repetitiva, que dé seguridad, semana tras semana, que crees en Joseph Smith, en el Libro de Mormón y en su iglesia.
»Después me tocó ser misionera en el extranjero. Es algo que todos han de hacer: 2 años los hombres; uno y medio, las mujeres. Se realiza poco antes de acabar tus estudios. Te mirarían muy mal si no lo haces. Normalmente uno se casa …
Dominio público