DIOS NOS HA DADO UN ESPÍRITU DE VALENTÍA Y NO DE COBARDÍA

El Padre mandó a su propio Hijo amado para rescatarnos de la maldad, para mostrar el Poder Divino, la fuerza espiritual, que consuela a los afligidos, cansados y angustiados y así nos enseña a sostener la verdad de su Hijo Jesús en todo tiempo, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, siendo testigos de la Verdad de Dios.

Dios da el soplo de vida permanente y el aliento del bien para sostenernos en Él y mostrar obras de bien.

Uno de los medios para llegar a ÉL es por medio de la oración de profundidad, de devoción, que como perfume de aroma celestial se eleva a los altares del Cielo.

Muchos que han tenido experiencia espiritual conocen de esta realidad cuando Jesús muestra su presencia y sentir con su aroma de amor hecho fragancia para confirmar algo. Ese grato perfume celestial nos está identificando que lo que hemos pensado, o hablamos y hacemos es Voluntad de Dios.

Es igual, una oración que se hace en espíritu y verdad elevada al Cielo llega con ayuda de nuestro Ángel custodio, como aroma de perfume expandido a las Alturas.