visita de las reliquias de Juan Pablo II en Zamora Michoacan Mexico
El Sol de Zamora
23 de octubre de 2011
Sergio Alejandro Becerra Ibarra
Zamora, Michoacán.- Se desbordó la fe católica ante el gran recibimiento que dio el pueblo zamorano a las reliquias del beato Juan Pablo II que consisten en una cápsula de sangre, las cuales estuvieron en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe hasta las 5 de la mañana de este domingo, cuyo recinto religioso se abarrotó de fieles durante todo el día, noche y parte de la madrugada que asistieron para estar de cerca al papa viajero. A su paso los asistentes coreaban ¡Juan Pablo Segundo te Quiere Todo el Mundo!
Fue una gran fiesta católica la que se vivió ayer sábado en Zamora, en donde los fieles portaban banderines de colores amarillo y blanco, así como globos con la imagen del beato que invadieron la avenida 5 de Mayo y surcaron el cielo, mientras que las campanas del templo de San Francisco y del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe repicaban a su paso.
El obispo Javier Navarro Rodríguez expresó: "estamos muy contentos porque el recibir las reliquias de un beato como Juan Pablo II estimula nuestra fe y nos anima a imitar virtudes que él en vida practicó en grado heroico, la justicia, la caridad por los creyentes y no creyentes".
Desde temprana hora comenzaron a arribar al santuario de Nuestra Señora de Guadalupe cientos de fieles católicos procedentes de diferentes municipios de la Diócesis de Zamora, quienes portando banderines de color amarillo y blanco es como dieron la bienvenida a las reliquias del beato Juan Pablo II.
El recibimiento se realizó en la esquina que forman las avenidas Ferrocarril y 5 de Mayo, en donde cientos de personas se dieron cita y donde se contó con la presencia del obispo Javier Navarro, así como del rector del Santuario Guadalupano Raúl Ventura Navarro quienes encabezaron la peregrinación.
Una vez que arribaron a Zamora, las reliquias fueron acompañadas por los Tlahualiles del municipio de Sahuayo, así como de la banda de guerra del Colegio Colón, quienes comenzaron el camino sobre la avenida 5 de Mayo en donde se formó una valla humana para mantener el orden.
La avenida estuvo repleta de niños, jóvenes, mujeres de todas las edades e incluso resaltó la participación de estudiantes de diferentes escuelas, quienes con gritos y porras aclamaban las reliquias del beato en su trayecto al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
Al ver pasar a la comitiva cargando las reliquias, la gente rezaba, algunos gritaban y otros aplaudían con los banderines que portaban de color blanco y amarillo.
Así pues, los zamoranos se unieron con gozo y alegría, como cada vez que el papa Juan Pablo II visitó México y ahora con lágrimas en los ojos es como recibieron las reliquias que consisten en una cápsula de sangre.
En entrevista el Obispo Javier Navarro Rodríguez, dijo que el beato Juan Pablo II era de los íntimos de Jesucristo y esto no es para guardarse, sino para ir y compartirlo de lo que él hizo recorriendo los continentes.
Señaló que fue un promotor incansable de la paz y recordó que incluso fue víctima de la violencia cuando en aquel 13 de mayo de 1981 sufrió un atentando.
Navarro Rodríguez rememoró que el Papa Juan Pablo II lo nombró obispo en el año de 1968 y después en el 99, él mismo lo trasladó a la sede de San Juan de Los Lagos, quien dijo que pudo platicar algunos segundos con el beato quien proyectaba la paz y la armonía.
Destacó que México se le entregó desde su primer viaje apostólico en enero de 1979, lo que demuestra que fue muy querido por los mexicanos.
Asimismo, explicó que a México fueron cinco las visitas las que realizó el beato Juan Pablo II, quien sigue atrayendo a miles de seguidores, lo que quedó constatado ayer en esta ciudad, donde a su llegada era más que imposible acercarse a las reliquias, ante la gran cantidad de personas que acudieron a recibirlo y estar de cerca.
Refirió: "nosotros hoy podemos rezarle e inspirarnos en sus buenos ejemplos de vida que fueron muchos, quien ofreció su paternidad y su corazón de hermano y amigo".
Por la tarde, monseñor Javier Navarro presidió una ceremonia eucarística en el Santuario Guadalupano que estuvo abarrotado de fieles católicos que se mantenían para estar de cerca de las reliquias del beato Juan Pablo II que fueron despedidas durante la madrugada para continuar su camino hacia el estado de Jalisco.
