Es hora de reivindicar caracter católico.
Nos cuentan los capitulos de la Historia que Europa fue invadida por musulmanes con la pretensión de quedarse por y para siempre.
Ya una vez, empujando desde Francia y luego desde la Península echamos a los moros y otras tribus de nuestro territorio cristiano.
Paso el tiempo y ahora nos están ocupando por la geta, sí por la cara, haciéndose los buenos. Y de vez en cuando demostraciones de violencia extrema en nombre de quien dicen ser su dios. Nosotros consentimos, los gobiernos consienten. Nosotros por un mal entendido sentido de la bondad, he leído varias veces en el Antiguo Testamento que si el pueblo de Israel era atacado los israelitas clamaban a Dios para que pusiese remedio.
Los gobiernos no gobiernan, tan sólo miran sus bolsillos y conveniencias para colocar a parientes y amigos en puestos clave para comer de la olla grande.
No exijimos a los gobiernos que nos libren de los asesinos que nos matan con casi total impunidad. No rezamos a Dios, clamamos, para que castigue a los infieles que hacen daño a su pueblo los cristianos (católicos).
Ya es hora de reivindicar que al igual que el Rosario de Ferraz, es preciso clamar todos en conjunto, los cristianos-católios, a Nuestro creador para que imponga castigo a los infieles.
Ahora bien, hay un elemento que al parecer cada vez escasea más y más, La Fe, la Fe inquebrantable en que si se pide con fervor, fe y devoción, Dios intervendrá para librarnos tanto de la "pasiva" invasión musulmana como de los gobiernos que lo consienten y alientan la venida de más y más infieles.
Ya una vez, empujando desde Francia y luego desde la Península echamos a los moros y otras tribus de nuestro territorio cristiano.
Paso el tiempo y ahora nos están ocupando por la geta, sí por la cara, haciéndose los buenos. Y de vez en cuando demostraciones de violencia extrema en nombre de quien dicen ser su dios. Nosotros consentimos, los gobiernos consienten. Nosotros por un mal entendido sentido de la bondad, he leído varias veces en el Antiguo Testamento que si el pueblo de Israel era atacado los israelitas clamaban a Dios para que pusiese remedio.
Los gobiernos no gobiernan, tan sólo miran sus bolsillos y conveniencias para colocar a parientes y amigos en puestos clave para comer de la olla grande.
No exijimos a los gobiernos que nos libren de los asesinos que nos matan con casi total impunidad. No rezamos a Dios, clamamos, para que castigue a los infieles que hacen daño a su pueblo los cristianos (católicos).
Ya es hora de reivindicar que al igual que el Rosario de Ferraz, es preciso clamar todos en conjunto, los cristianos-católios, a Nuestro creador para que imponga castigo a los infieles.
Ahora bien, hay un elemento que al parecer cada vez escasea más y más, La Fe, la Fe inquebrantable en que si se pide con fervor, fe y devoción, Dios intervendrá para librarnos tanto de la "pasiva" invasión musulmana como de los gobiernos que lo consienten y alientan la venida de más y más infieles.