La sangre Preciosísima de Jesús nos alimenta en la Santísima Comunión
I. Cuando hubo llegado la hora de partir de este mundo y de volver a su Eterno Padre, el tierno Corazón de Jesucristo no podía determinarse a dejar a sus discípulos huérfanos y abandonados; por esta razón después de haber celebrado la Pascua según el rito de la ley de Moisés, instituyó el Santísimo Sacramento de la Eucaristía