Bottega
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Nicolaítas

El Mesías encarnado instituyó los sacramentos, entre los cuales está el orden sacerdotal.

Los apóstoles, agobiados por la cantidad de conversos y el crecimiento milagroso del Cristianismo, nombraron ayudantes, que se conocieron como diáconos o “servidores”, una institución Apostólica, No divina.


Nicolás era uno de los “siete hombres de gran reputación” escogidos por los Apóstoles para atender las mesas y servir, con él los diáconos adquieren gran autoridad y poder sobre la congregación, sin ser ordenados sacerdotes y estar en algunos casos casados…

Ya para el año 100 San Juan, el apóstol virgen, menciona en el Apocalipsis su sentimiento hacia la derivación que estaba tomando este poder “Mas tienes esto a tu favor, que aborreces las obras de los Nicolaítas como las aborrezco yo”. Apo 2:6

Hacia el año 320 inicia la iglesia el “desmonte” del diaconado laico, gracias a la fundación de las órdenes religiosas, con san Benito a la cabeza, el diaconado pasó a ser un compás de espera, para probar a los novicios, previo al sacerdocio; no una jerarquía dentro de la iglesia, sino una prueba que hay que verificar para acceder al ministerio.

El concilio de Trento No los menciona como jerarquía porque solo eran servidores en prueba…

“Al ángel de la Iglesia de Pérgamo escribe: Esto dice el que tiene la espada, la espada de dos filos, la aguda: Conozco dónde moras, donde está el trono de Satán… donde Satán habita”. Apo 2:12-13


Este trono, desenterrado el siglo pasado, se encuentra actualmente en la ciudad Alemana de Berlín.

El término Nicolaítas viene del griego y significa «los seguidores de Nicolás». Muy conocidos en las ciudades de Éfeso y Pérgamo.

Ireneo, “contra los herejes”, menciona como el fundador de esa secta a Nicolás, uno de los siete diáconos designados para que cuidaran de la administración de la iglesia primitiva, “prosélito de Antioquía”, quien buscaba adaptarse a las normas sociales y religiosas del imperio pagano, con una relajación de costumbres que iba contra el espíritu cristiano, tentaba a la aceptación de los ritos religiosos paganos, una forma de ecumenismo una verdadera prostitución religiosa.

Tertuliano, Hilario, Gregorio Niseno y Epifanio concuerdan en el tal Nicolás, Diacono.

Nicolaíta también proviene del griego NICO que significa dominio o conquista y LAOS que significa laico. La composición NICOLAOS viene a ser algo así como DOMINIO LAICO. Nicolaíta sería persona que pervierte las costumbres morales y religiosas.

Los Nicolaítas servían a Cristo y Al mundo a la vez, participando de rituales religiosos que no les eran propios, casados y “sacerdotes” a la vez.

“Ojalá fueras frío o caliente, más porque eres tibio y no eres caliente ni frío, estoy para vomitarte de mi boca”. Apo 3:16

San Beda afirma que Nicolás permitió a otros hombres casarse con su esposa.

Santo Tomás de Aquino creía que Nicolás apoyaba la práctica de compartir las esposas…

Nicolas se vanaglorió o se envaneció, usando su Jerarquía religiosa, cometió abusos que hicieron mucho daño a la iglesia y que quizá nunca sabremos hasta donde llegaron, porque como laico estaba a cargo de dinero y poder, además al no tener voto de castidad, quizá fue motivo de escándalo dentro y fuera de la comunidad, y estos errores se regaron tanto, que se llegaron a conocer como la Herejía Nicolaita, que Dios Aborrece.

“Como hubo en el pueblo profetas falsos, así habrá falsos doctores, que introducirán sectas perniciosas, llegando hasta negar al Señor que los rescató, y atraerán sobre sí una repentina ruina… En efecto: Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que al arrojarles en el infierno los entregó a las cavernas tenebrosas, donde están guardados para el juicio” 2Pe 2,1-4