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Irapuato
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11 Sept. B. -Beato Francesco Giovanni Bonifacio, Presbítero y Mártir. Visita nuestra página www.mujerfuerte.org HIjas del Sagrado Corazón de Jesús IFCJMás
11 Sept. B. -Beato Francesco Giovanni Bonifacio, Presbítero y Mártir.

Visita nuestra página www.mujerfuerte.org

HIjas del Sagrado Corazón de Jesús IFCJ
Irapuato
El Evangelio de hoy
Lucas 6, 43-49
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No hay árbol bueno que
produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada
árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni
se cortan uvas de los espinos.
El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón;
y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal …Más
El Evangelio de hoy
Lucas 6, 43-49
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No hay árbol bueno que
produzca frutos malos, ni árbol malo que produzca frutos buenos. Cada
árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de las zarzas, ni
se cortan uvas de los espinos.

El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón;
y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón,
pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.

¿Por qué me dicen 'Señor, Señor', y no hacen lo que yo les digo? Les
voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras
y las pone en práctica. Se parece a un hombre, que al construir su
casa, hizo una excavación profunda para echar los cimientos sobre la
roca. Vino la creciente y chocó el río contra aquella casa, pero no la
pudo derribar, porque estaba sólidamente construida.

Pero el que no pone en práctica lo que escucha, se parece a un hombre
que construyó su casa a flor de tierra sin cimientos. Chocó el río
contra ella e inmediatamente la derribó y quedó completamente
destruida".

+ Reflexión
En una ocasión nos decía el padre Esquerda: "El que tiene a Dios en su
corazón no lo puede ocultar, pues se transparenta inmediatamente; y el
que no lo tiene, no pude fingir que lo tiene, pues no se ve". Esto es
precisamente lo que hoy nos dice Jesús en esta primera parte del texto.

El problema pudiera ser, y que nos pasa con frecuencia, el creernos
nosotros buenos. Pero, ¿seremos realmente buenos? Pues una manera de
saberlo es ver si verdaderamente, como dice la segunda parte del
texto, cotidianamente hacemos lo que Dios nos dice; otra forma de
saberlo es ver con qué material alimentamos nuestra vida interior.
Desafortunadamente, hoy estamos expuestos a mucha violencia de todo
tipo, a la televisión y a todos los medios audiovisuales que la
mayoría de las veces no alimentan el alma con valores o con elementos
positivos y mucho menos evangélicos. Sería, pues, entonces bueno el
preguntarnos: ¿con qué estamos alimentando nuestro corazón? Las buenas
lecturas, especialmente la de la Biblia, aseguran una buena
alimentación del alma, y con ello el que de nuestra boca salgan
palabras que manifiesten nuestra identidad cristiana.

Por lo que toca a las obras, quizás, para ayudarnos a purificar
nuestra vida, sería conveniente que de cuando en cuando preguntásemos
a los que viven con nosotros si se nos nota; si ellos se dan cuenta de
que nuestra vida se va a ajustando a la voluntad de Dios.

Si hacemos estas dos cosas seguramente que nuestra vida crecerá
inmensamente y seremos con facilidad reconocidos como testigos de
Jesucristo.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
Irapuato
Beatificado el sacerdote asesinado por los milicianos de Tito
“Fue un ejemplo de caridad sin límites”, afirmó monseñor Amato
TRIESTE, lunes 6 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- El pasado sábado fue beatificado en la catedral de San Justo de Trieste el sacerdote istriano Francesco Giovanni Bonifacio, asesinado por odio a la fe por los milicianos de Tito en 1946. Tenía 34 años y fue arrojado a una …Más
Beatificado el sacerdote asesinado por los milicianos de Tito

“Fue un ejemplo de caridad sin límites”, afirmó monseñor Amato

TRIESTE, lunes 6 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- El pasado sábado fue beatificado en la catedral de San Justo de Trieste el sacerdote istriano Francesco Giovanni Bonifacio, asesinado por odio a la fe por los milicianos de Tito en 1946. Tenía 34 años y fue arrojado a una “foiba”, pero perdonó a sus asesinos.
La celebración eucarística fue presidida por el arzobispo Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, que definió al presbítero mártir como “ministro de la gracia divina y ejemplo de caridad sin límites”, según recoge L'Osservatore Romano.
Siguiendo el ejemplo de Cristo, el nuevo beato se inmoló “en sacrificio de amor puro, un amor que es más fuerte que la muerte y que da la vida por los amigos”, añadió.
“Sembrador incansable de luz y esperanza en un momento de grave sufrimiento y muerte”, Bonifacio sufrió un “heroico martirio por amor de Cristo y de su Evangelio”.
“Toda época es tiempo de mártires”, reconoció monseñor Amato, y subrayó que actualmente la Iglesia “sufre persecución” y que existe hoy “una verdadera y auténtica geografía del terror”.
En varios países, denunció, la libertad religiosa es “inexistente o muy limitada”, y si en el mundo “se hacen campañas a favor de la protección de los animales en vías de extinción”, no se ha hecho hasta ahora “ninguna campaña a favor de la libertad religiosa de los cristianos”.
El motivo de esta aversión, observa, “es que las tinieblas tienen miedo de la luz, la mentira tiene miedo de la verdad”.
El Evangelio, prosiguió el prelado, “no se persigue sólo con violencia en otros lugares. También en nuestra sociedad existe a menudo una persecución anticristiana subterránea, hecha de burlas, de tergiversación de los hechos y de las palabras, de ofensas, de promulgación de leyes inicuas”.
“Muchos se ríen del Evangelio, de la ley del Señor, creador y padre de nuestras vidas. Los medios de comunicación social nos oprimen con ideas fatuas, superficiales y a menudo abiertamente anticristianas”.
Frente a esta situación, los cristianos deben imitar el ejemplo del nuevo beato y “ser fuertes y perseverantes en el seguimiento de Jesús”, verdaderos “testigos fieles de Cristo”.
En particular, concluyó monseñor Amato, la sociedad actual “requiere de los sacerdotes y de todos los fieles el valor de vivir y de proclamar el Evangelio en su integridad”.
El hermano del nuevo beato, Giovanni Bonifacio, afirmó en una entrevista a Radio Vaticano que el presbítero “era un sacerdote que vivía el Evangelio con la gente”, “siempre en movimiento: entre los enfermos, enseñando catecismo, siempre dando vueltas por los pueblos”.
“Cuando se lo llevaron, la gente lo supo en seguida, porque tocaron las campanas”, recordó. “Por desgracia, nunca le soltaron. Después supe algo, también cómo le mataron. Pero nunca sentí odio alguno hacia los que le hicieron daño a mi hermano... ¡Aún ahora les perdonamos!”.
“Mi hermano -añadió- fue el primero en perdonar, precisamente cuando lo mataban. Él ya estaba preparado para el martirio”.
[Traducción del italiano por Inma Álvarez]