jamacor
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Un poco de Historia

Te cuento una historia...

Cuando cayó el Imperio Romano y las hordas bárbaras se llevaban por delante el legado del mundo clásico y del cristianismo, parecía que Europa iba a sucumbir al vendaval y a convertirse en Mordor, tierra de tinieblas.

Pero milagrosamente ese legado pudo salvarse, gracias a la labor de unas minorías casi minúsculas: los monasterios benedictinos. Y no sólo se salvó sino que dió origen a una era de esplendor de la cultura y al nacimiento de una Europa que llevó la paz y la prosperidad al mundo entero.

Lo de ahora recuerda a ese momento de destrucción y tinieblas. Pero hoy, como ayer, hay unas minorías aparentemente insignificantes que pueden salvar la civilización amenazada por la cultura de la muerte (el nihilismo de Occidente y el terrorismo de Oriente). Esas minorías son las familias.

Minorías creativas (procreativas, dicho con precisión) que pueden reconstruir el tejido de una sociedad enferma. Fíjate que los imperios caen, los tiranos pasan, pero la familia permanece: desde Adán y Eva hasta nosotros.

Una familia, la Familia, fue la que trajo hace más de 2000 años la paz y la esperanza a un mundo sumido en la tiniebla y dominado por el Lado Oscuro.

Y las familias son las que están ahora llamadas a recuperarlo.

Minorías creativas, sal de la tierra, poca cosa en apariencia, porque como dice Chesterton la familia es una paradoja: "el hogar es mucho más grande por dentro que por fuera". Pero son lo único que puede cambiar el mundo.