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San Lorenzo. San Lorenzo fue el archidiácono del Papa san Sixto II desde el año 257 y fiduciario en la administración de los bienes de la comunidad, encargado de administrar los bienes de la Iglesia …Más
San Lorenzo.

San Lorenzo fue el archidiácono del Papa san Sixto II desde el año 257 y fiduciario en la administración de los bienes de la comunidad, encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor se le considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, así como el patrón de los bibliotecarios. Que es el trabajo para el cual los apóstoles dedicaron el diaconado.
El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución en el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios, el lugar en el que se celebraba la misa sobre la tumba de los mártires, en medio de las persecuciones que mataron a todos los papas hasta el año 313. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
Víctimas de las persecuciones de Valeriano destacan los papas Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago (decapitado en el norte de África), diáconos como Agapito, o nuestro san Lorenzo.
Cuenta san Ambrosio de Milán que Lorenzo se encontró con el papa Sixto en el camino de éste al martirio, y que le preguntó: «¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? Entonces el papa profetizó: «En tres días tú me seguirás».
San Lorenzo era español y entre los tesoros de la Iglesia, confiados a Lorenzo se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena) que consiguió enviar a Huesca. Y que hoy se encuentra en la catedral de Valencia, en el Miguelete.
El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a este los pobres y enfermos que él mismo había congregado y le dijo que esos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».
San Lorenzo fue asado vivo, mientras lo asaban dijo, “Asado está, gíralo y cómelo”. Un siglo más tarde, el papa Dámaso I (366-384) reconstruyó la iglesia, hoy en día conocida como Basilica di San Lorenzo extramuros, donde se conserva la parrilla y iglesia que además contiene las reliquias de Pio IX Incorrupto.
San León Magno, narra el atroz martirio de este "ilustre héroe":
"Las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; y el fuego que lo quemaba por fuera era más débil del que ardía dentro de él". "El Señor quiso exaltar su nombre glorioso desde Oriente hasta Occidente, en el resplandor vivísimo de la luz irradiada por los más grandes santos, la misma gloria que recibió Jerusalén por Esteban tocó también a Roma por los méritos de Lorenzo"
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San Lorenzo fue el archidiácono del Papa san Sixto II desde el año 257 y fiduciario en la administración de los bienes de la comunidad, encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor se le considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, así como el patrón de los bibliotecarios. Que es el trabajo para el cual los …
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San Lorenzo.

San Lorenzo fue el archidiácono del Papa san Sixto II desde el año 257 y fiduciario en la administración de los bienes de la comunidad, encargado de administrar los bienes de la Iglesia y el cuidado de los pobres. Por esta labor se le considera uno de los primeros archivistas y tesoreros de la Iglesia, así como el patrón de los bibliotecarios. Que es el trabajo para el cual los apóstoles dedicaron el diaconado.
El emperador Valeriano proclamó un edicto de persecución en el que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios, el lugar en el que se celebraba la misa sobre la tumba de los mártires, en medio de las persecuciones que mataron a todos los papas hasta el año 313. Muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte, mientras que los cristianos que pertenecían a la nobleza o al senado eran privados de sus bienes y enviados al exilio.
Víctimas de las persecuciones de Valeriano destacan los papas Esteban I, degollado sobre la misma silla pontificia; y Sixto II decapitado el 6 de agosto del 258. Obispos como Cipriano de Cartago (decapitado en el norte de África), diáconos como Agapito, o nuestro san Lorenzo.
Cuenta san Ambrosio de Milán que Lorenzo se encontró con el papa Sixto en el camino de éste al martirio, y que le preguntó: «¿Adónde vas, querido padre, sin tu hijo? Entonces el papa profetizó: «En tres días tú me seguirás».
San Lorenzo era español y entre los tesoros de la Iglesia, confiados a Lorenzo se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena) que consiguió enviar a Huesca. Y que hoy se encuentra en la catedral de Valencia, en el Miguelete.
El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia. Lorenzo entonces pidió tres días para poder recolectarlas y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos, huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a este los pobres y enfermos que él mismo había congregado y le dijo que esos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia. El prefecto entonces le dijo: «Osas burlarte de Roma y del Emperador, y perecerás. Pero no creas que morirás en un instante, lo harás lentamente y soportando el mayor dolor de tu vida».
San Lorenzo fue asado vivo, mientras lo asaban dijo, “Asado está, gíralo y cómelo”. Un siglo más tarde, el papa Dámaso I (366-384) reconstruyó la iglesia, hoy en día conocida como Basilica di San Lorenzo extramuros, donde se conserva la parrilla y iglesia que además contiene las reliquias de Pio IX Incorrupto.
San León Magno, narra el atroz martirio de este "ilustre héroe":
"Las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo; y el fuego que lo quemaba por fuera era más débil del que ardía dentro de él". "El Señor quiso exaltar su nombre glorioso desde Oriente hasta Occidente, en el resplandor vivísimo de la luz irradiada por los más grandes santos, la misma gloria que recibió Jerusalén por Esteban tocó también a Roma por los méritos de Lorenzo"