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¿Un Camino o varios caminos?

¿Un Camino o varios caminos?

Bruno, el 8.10.21 a las 8:22 PM

Hace unos días, el Papa Francisco participó en un encuentro sobre “religiones y educación”, destinado, según parece, a lograr un “pacto mundial sobre la educación”. Ya imaginarán los lectores que, de ese tipo de iniciativas, se puede esperar poco de bueno y mucha palabrería y confusión. ¿Qué le vamos a hacer? Es la naturaleza misma de esos encuentros, que tradicionalmente la Iglesia siempre ha mirado con bastante desconfianza.

A nadie sorprenderá que el Papa haya realizado las acostumbradas llamadas a esa vaga “fraternidad universal” al margen de Cristo que está empeñado en promocionar, haya condenado el aún más vago “fundamentalismo” o haya pedido que llevemos un estilo de vida “eco-sostenible”. A eso se suman varias frases que, a mi entender, están prácticamente vacías de sentido y resultarían más apropiadas en un libro de autoayuda (como “que se piense lo que se siente y se hace; que se sienta lo que se piensa y se hace; que se haga lo que se siente y se piensa”). En fin, como decía, de este tipo de encuentros no se puede esperar mucho más.

Uno desearía, sin embargo, que al menos el Sucesor de Pedro no afirmara expresamente cosas contrarias a la fe. En esta ocasión, el Papa Francisco ha afirmado esto: “Si en el pasado las diferencias [entre las distintas religiones] nos han puesto en contraste, hoy vemos en ellas la riqueza de caminos distintos para llegar a Dios”.

Quizá alguien podría recordar al Papa que solo hay un camino para llegar a Dios: Jesucristo, el Verbo eterno encarnado para nuestra salvación. No hace falta que sea un gran teólogo quien se lo diga, porque es algo muy básico, que ya aprenden los niños de primera Comunión cuando se les enseña que Cristo dijo: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. El único Camino, no uno de los múltiples caminos. No uno más al lado del budismo, el sintoísmo, el vudú caribeño o el satanismo. Solo se nos ha dado un nombre bajo el cielo que pueda salvarnos.

Coincide además que, hace un par de años, el Papa Francisco ya fue criticado por decir algo similar (que la pluralidad de religiones era algo querido por Dios), en un mensaje conjunto con un imán musulmán. En aquella ocasión, solo un obispo (de más de cinco millares) tuvo el valor de decirle que eso no era cierto, a no ser que quisiera decir que las distintas religiones eran algo meramente “permitido” por Dios, no querido por Él. Y el Papa, según su costumbre, le aseguró que eso era precisamente lo que él había querido decir. Ahora, en cambio, sin inmutarse, repite públicamente su idea de que Dios nos ha dado una abundante riqueza de distintas posibilidades para llegar hasta Él y el cristianismo solo es una de ellas.

Quizá lo más triste es que esto lo dijera el Papa en un encuentro con gente de otras religiones. Son los más necesitados de Cristo y de la fe, pero lo único que reciben es “fraternidad universal” y palabras vacías. Y no se trata solo del Papa, sino de lo que hace gran parte de la Iglesia hoy, incluidos obispos, religiosos y sacerdotes: se encuentran con los paganos y, en vez de anunciarles a Jesucristo, les dicen que su religión y la nuestra son simplemente caminos distintos para llegar a Dios, que no hay que “poner en contraste” esos caminos diferentes y que tanto vale Cristo como la Pacha Mama, Confucio o los caballeros Jedi, porque, a fin de cuentas, todos somos hermanos ya sin ellos y eso es lo único que importa de verdad.

¿De verdad no hay un puñado de obispos entre esos cinco mil que se atrevan a decir públicamente que así no podemos seguir y que esto no es lo que enseña la Iglesia? ¡Qué bajo hemos caído!

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El ´cristianismo anónimo´ una buena excusa para dejar de lado a Cristo.