via et veritas
Amén, 😉
hussi
Quien desprecie la oración memorizada no sabe lo que desprecia, la iglesia católica nos ha dotado de oraciones que son como fórmulas para llevar una vida espiritual más ordenada que el camino que podemos llevar nosotros con una relación de camaradería con Dios, autoajustable a nuestros caprichos y gustos; podemos hablar con Dios usando sólo nuestra confianza con Él, claro que sí, y a Él le agrada …Más
Quien desprecie la oración memorizada no sabe lo que desprecia, la iglesia católica nos ha dotado de oraciones que son como fórmulas para llevar una vida espiritual más ordenada que el camino que podemos llevar nosotros con una relación de camaradería con Dios, autoajustable a nuestros caprichos y gustos; podemos hablar con Dios usando sólo nuestra confianza con Él, claro que sí, y a Él le agrada; pero en la oración memorizada está oculta La Mano de Dios que te va llevando, dirigiendo poco a poco a dónde Él quiere.

En mi experiencia, mucho tiempo las ignoré, ¿rezar un Rosario? ¡qué va! eso era sólo para viejitas aburridas que no tienen la capacidad para poder pensar por sí mismas(discúlpenme, ya no es mi actitud, Dios transforma, alabada Sea Su Misericordia). Ahora hermanos, ¡aburro a los demás con mi insistencia con las oraciones, la mayoría con el Santo Rosario de todos los días! cada media hora que suena el reloj del campanario, me avisa que le dedique unas palabras, una oración a María Santísima. ¡Y soy felíz! Al principio, el Rosario me dormía, me aburría, me era insípido, y hasta el enemigo me preguntaba ¿no se te hace que pierdes el tiempo? pero yo insistí, y he recibido muchas consolaciones a través de los rezos, es como subir una montaña, una escalera, cada vez más alto, nuestra mirada espiritual se ensancha y se maravilla ante lo que Dios puede mostrarnos.

Sin embargo hermanos, tomemos en cuenta también, que a veces la oración se torna desértica, pero no por eso disminuye su valor, en cambio, a los ojos de Dios tiene más valor, porque así Él ve el ánimo, la consistencia de la sinceridad de nuestro corazón de querer estar con Él, aún cuando no nos dé consolaciones.
Gratia Dei
Gran reflexión, pues a veces con las prisas con las que se desarrolla nuestra vida diaria no nos da tiempo a dedicar lo que quisiéramos a la oración y no queda mas remedio que el rezo papagayo, pero mejor que ni si quiera acordarnos de Dios es, no?