ORACIONES A SAN BENITO ABAD

ORACIÓN PARA PEDIR SU PROTECCIÓN
Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.
Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.
Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén.
Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.
Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.

ORACIÓN A SAN BENITO ABAD (Compuesta por el Papa Esteban III)
Dios te salve, discípulo de Cristo. Dios te salve, predicador de la verdad y doctor de las gentes. Dios te salve, predicador universal. Dios te salve, abad de abades. Dios te salve, pastor y mayoral del rebaño de la Iglesia. Dios te salve, columna de la fe. Tuyo soy yo, tuya es la iglesia lateranense, donde te criaste, y tuyo es finalmente el monasterio de Casino, donde habitas con tu corazón y las reliquias de tu cuerpo. No permitas que yo sea excluido de tu patrocinio: ampara la Sede apostólica: defiende de sus enemigos visibles e invisibles a esta monarquía de España y a todos tus devotos, que a tus pies están postrados con el alma y con el cuerpo, y pide por todos a Dios, para que nos gocemos de tu protección en esta vida y en la otra. Amén.

EJERCICIO PIADOSO PARA EL VEINTIUNO DE CADA MES
CONSAGRADO AL SANTÍSIMO PATRIARCA SAN BENITO
ABAD DE MONTE CASINO
CON LICENCIA ECLESIÁSTICA
BARCELONA, 1850

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, amorosísimo Redentor de mi alma, yo me postro ante vuestra infinita Majestad y grandeza, como la mas vil de todas las criaturas, yo me humillos ante vuestra divina presencia confundido de ver, que en vez de emplearme desde la hora en que comencé a conoceros, en vuestro divino servicio, he gastado toda mi vida en ofenderos. A mi me pesa, Dios mío, de haber pecado, siento de todo corazón no haberos amado como vos lo merecéis, y siento en lo más íntimo de mi alma el haberos ofendido. ¡Oh Señor! Yo os suplico por vuestras entrañas llenas de misericordia, y por los méritos de vuestro siervo amantísimo y gran Padre San Benito, que no os acordéis de los yerros e ignorancias de mis pasados años, y me concedáis la gracia de poder llorar mis culpas, de no volver a cometerlas jamás, y de amaros toda mi vida, hasta la muerte, y por toda la eternidad. Amén.

ORACIÓN
¡Oh gloriosísimo Padre San Benito! Que después de escrita vuestra regla llena de sabiduría divina, esclarecido con la gloria de los milagros y distinguido con el espíritu de profecía, previniendo vuestra muerte, os hicisteis llevar a la Iglesia, estando en pie, orando, dispuesto con los santos sacramentos, dulcemente expirasteis entre los brazos y lágrimas de vuestros discípulos, volando vuestra preciosa alma acompañada de ángeles y de vuestros hijos al trono de Dios, por un camino adornado de gloriosos trofeos de vuestras glorias. Llenad, oh siempre padre mío, mi corazón de verdaderas lágrimas de penitencia y de amor para que muera con la muerte santa de los perfectos amantes, alcanzadme el espíritu de un encendido amor de Dios, que sacrifique a el mi cuerpo con la mortificación continua y mi alma con la oración perpetua. También os suplico, que en la hora de mi muerte os dignéis asistirme con tanta fidelidad, que os opongáis a mis enemigos por todos lados y partes, por donde me hicieren mas cruel y peligrosa guerra, para que, confortado con vuestra presencia, salga yo libre de sus lazos y vaya a gozar de los premios eternos en el cielo. Amén.
Ahora se rezan tres Padres Nuestros, Aves Marías y Glorias y se rezaran en este orden:

Pues vuestro celo y fervor
Al mundo todo abrasado
Sednos Benito, abogado,
Y encendednos en amor…
Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Tanto en vos la llama ardía,
Del fuego de amor divino,
Que, aumentando cada día,
Muerte al cuerpo le previno.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.

Desde el trono celestial,
Donde estáis con el Señor,
Obtenednos muy cabal
La pureza y santo amor.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN
Oh Augustísimo Padre y Patriarca San Benito, luz del desierto, apóstol del Monte Casino, prodigio de santidad, portento de la divina gracia, serafín en el amor, instrumento de las maravillas de Dios, restaurador de la vida monástica en el Occidente, uno de los más ilustres y de los mayores santos de la Iglesia, espejo de perfecta humildad y sabiduría, que con vuestra admirable doctrina y excelentísimas virtudes, sois gozo de los coros angélicos, y terror de los espíritus infernales, que a vuestro nombre temen y tiemblan, y con vuestros estupendos favores eres refugio y consuelo de vuestros devotos. Recibid benigno, como obsequio de mi devoción, estos Padres nuestros y Aves Marías, suplicando interpongáis por mí vuestros ruegos, a fin de que su Divina Majestad me conceda los bienes que humildemente imploro en este día, y una tan eficaz y verdadera contrición de mis culpas, que logre por medio de ella verme admitido en su gracia, con una vida correspondiente a las obligaciones de cristiano, y una muerte conforme a mis deseos. Finalmente, con toda fidelidad me encomiendo a vuestras santísimas oraciones, suplicando que en el día de mi muerte os dignéis ofrecer al Señor para suplemento de mis negligencias todo aquel cuidado y preparación, con la cual, en el día de vuestro felicísimo tránsito a la eterna vida, habiendo acabado la carrera, guardando la fé, como otro Pablo, fuiste presentado delante de Dios, para ser remunerado eternamente. Si, si, hacedlo, Padre mío, para poder estar en compañía de la innumerable multitud de vuestros hijos, y alabar por toda la eternidad con vos a la Divina Majestad. Amén.
Ahora se reza una Salve con la siguiente:

DEPRECACIÓN
Por los méritos de Jesús
Y tú santa intercesión
Sea libre de la llama
De toda tentación,
No me dejes, Padre mío,
En ninguna ocasión,
Antes lleno de clemencia
Y de tierra compasión
Enciende el amor divino
En mi pobre corazón.

L/: Ruega por nosotros en la hora de nuestra muerte.
R/:
Y libra nuestras almas de la boca del león.

ORACIÓN: Dios que honraste la preciosa muerte de nuestro muy santo Padre Benito con tantos y tan grandes privilegios, os rogamos nos concedáis, que en nuestra muerte seamos defendidos de las acechanzas de los enemigos, con la bienaventuranza presencia de aquel, cuya memoria veneramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

-LETANIAS A SAN BENITO :

Señor Ten piedad......Señor Ten piedad.

Cristo Ten piedad......Cristo Ten piedad.

Señor Ten piedad......Señor Ten piedad.

Cristo, Ten piedad......Cristo Ten piedad.

Cristo escúchanos......Cristo escúchanos.

Padre del Cielo Dios......Ten piedad de nosotros

Hijo Redentor del mundo......Ten piedad de nosotros.

Espíritu Santo Dios......Ten piedad de nosotros.

Santa Trinidad Unico Dios......Ten piedad de nosotros.

Santa María ......Ruega por nosotros.

Santo Padre Benito......Ruega por nosotros.

Gloria de los Patriarcas......Ruega por nosotros.

Cumplidor de su santa regla......Ruega por nosotros.

Retrato de todas las virtudes......Ruega por nosotros.

Ejemplo de perfección......Ruega por nosotros.

Perla de santidad......Ruega por nosotros.

Santo Padre Benito......Ruega por nosotros.

Sal que reluce en la Iglesia de Cristo......Ruega por nosotros.

Estrella que reluce en la Casa de Dios......Ruega por nosotros.

Inspirador de muchos santos......Ruega por nosotros.

Serafín de fuego......Ruega por nosotros.

Querubín transformado......Ruega por nosotros.

Autor de cosas maravillosas......Ruega por nosotros.

Santo Padre Benito......Ruega por nosotros.

Dominador de los demonios......Ruega por nosotros.

Modelo de monjes......Ruega por nosotros.

Erradicador de ídolos......Ruega por nosotros.

Honor de los confesores de la fe......Ruega por nosotros.

Consolador de las almas......Ruega por nosotros.

Ayuda en las tribulaciones......Ruega por nosotros.

Santo Padre Benito......Ruega por nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Oh! Señor!.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Satisfácenos Oh! Señor!.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros Oh! Señor!

Oración de petición:

Te saludamos con filial afecto, Oh! glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del demonio, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos.......

Amén.


ANTIGUA ORACIÓN EN LATÍN DE MONASTERIO ALCUIN (700)
D
igneris mihi donare,
Pater pie et sancte,
intellectum qui te intelligat,
sensum qui te sentiat:

Animum qui te sapiat,
diligentiam quae te quaerat,
sapientiam quae te inveniat,
animum qui te cognoscat:

Viscera quae te ament,
cor quod te cogitet,
actum qui te augeat,
auditum qui te audiat:

Oculos qui te videant,
linguam quae te praedicet
conversationem quae tibi placeat,
patientiam quae te sustineat,
perseverantiam quae te exspectet:

Finem perfectum,
praesentiam tuam sanctam,
resurrectionem bonam,
retributionem,
vitam aeternam.
Amen.
GOZOS EN HONOR A SAN BENITO

Pues ejemplar y dechado
De santos os hizo el Cielo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

De nobles padres nacisteis
En Nursia claro farol,
Luego os mostrasteis sol,
Con los rayos que esparcisteis,
Quedó Satán aterrado
Con tanta luz en el suelo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

Del mundo el vano esplendor,
Con sus dorados engaños,
Ya en vuestros primeros años,
Dejasteis con grande fervor,
El yermo más retirado
Fue solo el mayor consuelo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

Allí en un sacro instituto
De enseñanza misteriosa,
La perfección religiosa
Enseñabais con gran fruto,
En todo el orbe alabado,
Fue un tan encendido celo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

Los delicados primores
De vuestra virtud tuvieron
Contrarios que los quisieron
Manchar con tristes rencores;
Mas el veneno brindado,
Cedió a vuestro desvelo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

Mostráronse allí rendidas,
A vuestro imperio las fieras,
Obedeciendo ligeras,
Con peligro de sus vidas,
Un pan que fue emponzoñado
Tomó un cuervo sin recelo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

De los milagros que obrasteis
Hablan aun los elementos,
Pues que de raros portentos,
Confiesan vos los llenasteis:
Testigo bien abonado,
Es de tal poder el Cielo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

Las religiones tomaron
De vuestra regla la norma,
Y una perfecta reforma
En su instituto llevaron,
Del más religioso estado
Os puso Dios por modelo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

A vuestra vida admirable
Y de méritos muy llena,
En premio el Cielo ordena,
Una gloria incomparable,
De luces muy esmaltado,
Dirigiste a Dios el vuelo:
Benito, por nuestro consuelo,
Sed protector y abogado
.

Antífona (a Jesús crucificado): Se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz: Por eso Dios lo exaltó, y le dio el nombre que es sobre todo nombre.
℣. Adorámoste, oh Cristo, y bendecímoste.
℟. Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo

ORACIÓN
Dígnate, Señor, mirar por esta tu familia, por la cual nuestro Señor Jesucristo no vaciló ser entregado en manos de los malvados y sufrir el suplicio de la Cruz.

Antífona (a Santa María): Porque el Señor miró a su humilde esclava, he aquí que todas las generaciones me dirán Bienaventurada.
℣. Hazme digno de alabarte, oh Virgen Sacrosanta.
℟. Dame virtud contra tus enemigos.

ORACIÓN
Concédenos, oh Dios misericordioso, el auxilio a nuestra fragilidad, para que, quienes conmemoramos a la Santa Madre de Dios, por el auxilio de su intercesión, resurjamos de nuestras iniquidades.

SECUENCIA “Laeta quies”, EN HONOR A SAN BENITO ABAD

Esta secuencia, aunque no se sabe exactamente su autor y fecha de composición, apareció por primera vez en un Misal de la Abadía de Montecasino impreso en 1518. Está escrita en modo sexto (modo místico o hipolidio) de los ocho modos gregorianos, que se caracteriza por sus reposadas melodías, que invitan a la contemplación mística; y exalta los dones y gracias particulares que recibiera San Benito Abad, patriarca de los monjes de Occidente, tal como los recoge su discípulo San Gregorio Magno en sus Diálogos.

LATÍN
Læta quies* magni ducis,
Dona ferens novæ lucis,
Hódie recólitur.

Caris datur piæ menti,
Corde sonet in ardénti,
Quídquid foris prómitur.

Hunc per callem oriéntis
Admirémur ascéndentis
Patriárchæ spéciem.

Amplum semen magnæ prolis
Illum fecit instar solis
Ábrahæ persímilem.

Corvum cernis ministrántem,
Hinc Elíam latitántem
Specu nosce párvulo.

Elisǽus dignoscátur,
Cum secúris revocátur
De torréntis álveo.

Illum Joseph candor morum,
Illum Jacob futurórum
Mens effécit cónscia.

Ipse memor suæ gentis,
Nos perdúcat in manéntis.
Semper Christi gáudia.
Amen. (T.P. Allelúja.)

ORATIO (ex Missa própria Ordo Sancti Benedícti) [1]
Omnípotens sempitérnæ Deus, qui hodiérna die, carnis edúctum ergástulo beátum Confessórem tuum Bendíctum sublevásti ad cœlum; concéde quǽsumus, hæc festa tuis fámulis celebrántibus, cunctórum véniam delictórum; ut qui exultántibus ánimis, ejus claritáti congaúdent; ipso apud te interveniénte consociéntur et méritis. Per D. N. J. C. Amen.

TRADUCCIÓN
Hoy se celebra
El reposo* feliz del gran Caudillo,
Que trae dones de la nueva luz.

La gracia es dada al alma piadosa:
Resuene en el corazón fervoroso
Cuanto se expresa exteriormente.

Del esplendoroso Patriarca
Admiremos el ascenso
Por la senda de Oriente.

La amplia estirpe de su gran simiente
Hácelo resplandecer cual sol
A semejanza de Abrahán.

Mira el cuervo que le sirve,
Reconociéndole en la angosta cueva
Donde se oculta como Elías.

A Eliseo se parece,
Cuando hace subir el hacha
Del cauce del río.

La mente le parangona
A José por sus santas maneras,
Y a Jacob por sus vaticinios.

Que él, que siempre se acordó de sus hijos,
Nos conduzca a la gloria
De Cristo que permanece para siempre.
Amén. (T.P. Aleluya).

ORACIÓN (de la Misa Propia de la Orden Benedictina)
Omnipotente y sempiterno Dios, que en este día elevaste al cielo a tu bienaventurado Confesor San Benito, liberado de la prisión de la carne: concédenos te suplicamos, a tus siervos que celebran esta fiesta, el perdón de todos sus delitos, para que celebrando con ánimo exultante su gloria, puedan participar de sus méritos por su intercesión. Por J. C. N. S. Amén.

La medalla del Santo Patriarca, y por el otro, una cruz, y en ella y a su alrededor, las letras iniciales de una oración o exorcismo, que dice así (en latín y en castellano):
Crux Sancti Patris Benedicti
Cruz del Santo Padre Benito
Crux Sacra Sit Mihi Lux
Mi luz sea la cruz santa,
Non Draco Sit Mihi Dux
No sea el demonio mi guía
Vade Retro Satana
¡Apártate, Satanás!
Numquam Suade Mihi Vana
No sugieras cosas vanas,
Sunt Mala Quae Libas
Pues maldad es lo que brindas
Ipse Venena Bibas
Bebe tú mismo el veneno.

PAX


LA SANTA REGLA
Inspirado por Dios, San Benito escribió un Reglamento para sus monjes que llamó "La Santa Regla" y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas comunidades religiosas monásticas. Muchos laicos también se comprometen a vivir los aspectos esenciales de esta regla, adaptada a las condiciones de la vocación laica.
La síntesis de la Regla es la frase "Ora et labora" (reza y trabaja), es decir, la vida del monje ha de ser de contemplación y de acción, como nos enseña el Evangelio.
Algunas recomendaciones de San Benito:

La primera virtud que necesita un religioso (después de la caridad) es la humildad.

La casa de Dios es para rezar y no para charlar.

Todo superior debe esforzarse por ser amable como un padre bondadoso.

El ecónomo o el que administra el dinero no debe humillar a nadie.

Cada uno debe esforzarse por ser exquisito y agradable en su trato

Cada comunidad debe ser como una buena familia donde todos se aman

Evite cada individuo todo lo que sea vulgar. Recuerde lo que decía San Ambrosio: "Portarse con nobleza es una gran virtud".

El verdadero monje debía ser "no soberbio, no violento, no comilón, no dormilón, no perezoso, no murmurador, no denigrador… sino casto, manso, celoso, humilde, obediente".


ORACIÓN DEL PAPA JUAN PABLO II
A SAN BENITO


Monasterio de Santa Escolástica
Domingo 20 de septiembre de 1980


Al final de esta peregrinación que he realizado juntamente con los obispos de Europa a estos lugares tan cargados de espiritualidad y consagrados por la presencia de San Benito, deseo elevar al Santo Patrono de Europa una ferviente invocación:
1. ¡Oh San Benito abad! El humilde Sucesor de Pedro y los obispos de Europa, a la que tú amaste tanto, hemos venido a este lugar, en el que, de joven estudiante, buscaste y encontraste el significado más verdadero de tu existencia; en este lugar, en el cual, ayudado por el silencio, por la reflexión, por la oración, por la penitencia, te preparaste a ser instrumento dócil de la misericordia de Dios, que quería hacer de ti un guía y un maestro para Europa, para la Iglesia, para el mundo.
Hemos venido en peregrinación a fin de expresar, ante todo, nuestra inmensa gratitud a la Trinidad Santísima por el don que hace XV siglos hizo a la Iglesia; y, además, a fin de manifestarte, Santo Patrono de Europa, nuestra fervorosa admiración por tu plena correspondencia a la gracia y escuchar ese mensaje que tú viviste en ti y has transmitido además a las generaciones futuras, arraigado en la fuerza liberadora del Evangelio, que es "poder de Dios para salud de todo el que cree" (Rom 1, 16).
|Oh Santo Patriarca! Tú que no enseñaste de manera distinta a como viviste (cf. Gregorio, Diál. II, 36), haznos sentir a todos, en esta circunstancia singular, la actualidad perenne de tu enseñanza, para que continúes siendo inspirador de bien para el hombre contemporáneo.
2. Tú nos has enseñado que Dios, Creador y Padre, debe ser el "primer servido", mediante la fe viva, el culto digno, la adoración devota, la plegaria asidua, la obediencia alegre a su santísima voluntad.
Tú nos has enseñado que la vida del hombre es digna de ser vivida, sin superficial optimismo utópico ni pesimismo desesperado, porque es don del amor de Dios y debe ser una continua, perenne, constante búsqueda de Dios, el único verdadero y auténtico valor absoluto.
Tú nos has enseñado que el cristiano, para ser realmente tal, debe "servir en la milicia de Cristo Señor, verdadero rey" (Regla, pról.), haciendo de Cristo el centro de la propia vida y de los propios intereses.
Tú nos has enseñado que juntamente con el alejamiento interior de los bienes caducos de la tierra, debemos poseer una gozosa y activa apertura de espíritu y de corazón hacia todos los hombres, hermanos en Cristo, hijos del mismo Padre celestial.
Tú nos has enseñado que para el hombre, el trabajo —no sólo el de quien se inclina sobre los libros, sino también el de quien se inclina con la frente empapada de sudor y con las manos doloridas para roturar la tierra— no es humillación ni alienación, sino elevación, exaltación, más aún, participación en la obra creadora de Dios; es aportación consciente y meritoria a la construcción de la ciudad terrena, en espera de la definitiva y eterna.
Tú nos has enseñado que la fe cristiana, lejos de ser elemento de división o de disgregación, es matriz de unidad, de solidaridad, de fusión también en el orden temporal, social, cultural, y que, por lo tanto, la libertad religiosa es uno de los derechos inalienables del hombre.
3. Por esto, oh Santo Patriarca, te invocamos esta tarde: eleva tus amplios, paternales brazos a la Trinidad Santísima y ruega por el mundo, por la Iglesia y, en particular, por Europa, por tu Europa, de la cual eres celeste Patrono; que no olvide, no rechace, no renuncie al extraordinario tesoro de la fe cristiana que, durante siglos, ha animado y fecundado la historia y el progreso moral, civil, cultural, artístico de cada una de sus naciones; que, en virtud de esta matriz "cristiana", sea portadora y generadora de unidad y de paz entre los pueblos del continente y de los de todo el mundo; garantice a todos sus ciudadanos la serenidad, la paz, el trabajo, la seguridad, los derechos fundamentales, como los que conciernen a la religión, a la vida, a la familia, al matrimonio.
Con tu oración, oh Santo Patrono de Europa, invocamos suplicantes la intercesión de tu querida hermana.
Oh Santa Escolástica, te confiamos en particular a las muchachas, a las jóvenes, a las religiosas, a las madres, para que, mirando tu ejemplo, sepan vivir hoy su dignidad de ser mujeres, según el designio de Dios.
San Benito y Santa Escolástica, rogad por nosotros.
Amén.