To feed swine. The Prodigal SonMore
To feed swine.
The Prodigal Son
The Prodigal Son
la verdad prevalece
- Report
Change comment
Remove comment
San Ambrosio:
Deseaba, pues, llenar su vientre de aquellas algarrobas. No es otro el cuidado de los lujuriosos sino el llenar su vientre.
Deseaba, pues, llenar su vientre de aquellas algarrobas. No es otro el cuidado de los lujuriosos sino el llenar su vientre.
la verdad prevalece
- Report
Change comment
Remove comment
Crisóstomo, ut sup
O bien: se dice que el desprovisto de riquezas espirituales -como son la prudencia y la inteligencia- apacienta a los puercos, porque equivale a alimentar en su alma pensamientos sórdidos e inmundos. Y come los alimentos irracionales de un trato depravado -dulces en verdad para el que ha abandonado el bien- porque a los perversos les parece dulce toda obra de voluptuosidad carnal …More
Crisóstomo, ut sup
O bien: se dice que el desprovisto de riquezas espirituales -como son la prudencia y la inteligencia- apacienta a los puercos, porque equivale a alimentar en su alma pensamientos sórdidos e inmundos. Y come los alimentos irracionales de un trato depravado -dulces en verdad para el que ha abandonado el bien- porque a los perversos les parece dulce toda obra de voluptuosidad carnal, que enerva y destruye en absoluto las virtudes del alma. La Sagrada Escritura designa con el nombre de algarrobas a estos alimentos fatalmente dulces, propios de los puercos: las complacencias de las delectaciones carnales. (Catena Aurea)
O bien: se dice que el desprovisto de riquezas espirituales -como son la prudencia y la inteligencia- apacienta a los puercos, porque equivale a alimentar en su alma pensamientos sórdidos e inmundos. Y come los alimentos irracionales de un trato depravado -dulces en verdad para el que ha abandonado el bien- porque a los perversos les parece dulce toda obra de voluptuosidad carnal, que enerva y destruye en absoluto las virtudes del alma. La Sagrada Escritura designa con el nombre de algarrobas a estos alimentos fatalmente dulces, propios de los puercos: las complacencias de las delectaciones carnales. (Catena Aurea)