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Papa Benedicto XVI: “La contemplación, en la adoración, del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico …Más
Papa Benedicto XVI: “La contemplación, en la adoración, del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos.

Reflexión del Papa Emérito Benedicto XVI: “La contemplación, en la adoración, del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos. Los dones recibidos del costado abierto, del que brotaron "sangre y agua" (cf. Jn 19, 34), hacen que nuestra vida se convierta también para los demás en fuente de la que brotan "ríos de agua viva" (Jn 7, 38) (cf. Deus caritas est, 7). La experiencia del amor vivida mediante el culto del costado traspasado del Redentor nos protege del peligro de encerrarnos en nosotros mismos y nos hace más disponibles a una vida para los demás. "En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos" (1 Jn 3, 16) (cf. Haurietis aquas, 38). La respuesta al mandamiento del amor sólo se hace posible experimentando que este amor ya nos ha sido dado antes por Dios (cf. Deus caritas est, 14). Por tanto, el culto del amor que se hace visible en el misterio de la cruz, actualizado en toda celebración eucarística, constituye el fundamento para que podamos convertirnos en personas capaces de amar y entregarse (cf. Haurietis aquas, 69), siendo instrumentos en las manos de Cristo: sólo así se puede ser heraldos creíbles de su amor. Sin embargo, esta disponibilidad a la voluntad de Dios debe renovarse en todo momento: "El amor nunca se da por "concluido" y completado" (cf. Deus caritas est, 17). Así pues, la contemplación del "costado traspasado por la lanza", en el que resplandece la ilimitada voluntad salvífica por parte de Dios, no puede considerarse como una forma pasajera de culto o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del "corazón traspasado" su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios (cf. Haurietis aquas, 62). Con el deseo de que el 50° aniversario contribuya a impulsar en muchos corazones una respuesta cada vez más fervorosa al amor del Corazón de Cristo, le imparto una especial bendición apostólica a usted, reverendísimo padre, y a todos los religiosos de la Compañía de Jesús, siempre muy activos en la promoción de esta devoción fundamental”. Fin de la Cita, Vaticano, 15 de mayo de 2006.

Esta contemplación del costado traspasado de Jesús, de modo admirable, ayuda al corazón y a la mente a penetrar en el misterio del vínculo que unió al Salvador que padecía y a Su Madre que compadecía. En el centro de este misterio de amor, el que viene aquí se encuentra a sí mismo, encuentra su vida, su cotidianidad, su debilidad y, al mismo tiempo, la fuerza de la fe y de la esperanza: la fuerza que brota de la convicción de que la Madre no abandona al hijo en la desventura, sino que lo conduce a Su Hijo y lo encomienda a Su misericordia. Juan Pablo II, describiendo este vínculo misterioso de amor, nos ha dicho: "junto a la cruz de Jesús estaban Su madre y la hermana de Su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19,25). Aquella que estaba unida al Hijo de Dios por vínculos de sangre y de amor materno, allí, al pie de la cruz, vivía esa unión en el sufrimiento. Ella sola, a pesar del dolor del corazón de madre, sabía que ese sufrimiento tenía un sentido. Tenía confianza -confianza a pesar de todo- en que se estaba cumpliendo la antigua promesa: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras tú acechas su calcañar" (Gn 3,15). Y su confianza fue confirmada cuando el Hijo agonizante se dirigió a ella: "¡Mujer!". En aquel momento, al pie de la cruz, ¿podía esperar que tres días después la promesa de Dios se cumpliría? Esto será siempre un secreto de su corazón. Sin embargo, sabemos una cosa: ella, la primera entre todos los seres humanos, participó en la gloria del Hijo resucitado. Ella -como creemos y profesamos-, fue elevada al cielo en cuerpo y alma para experimentar la unión en la gloria, para alegrarse junto al Hijo por los frutos de la Misericordia Divina y obtenerlos para los que buscan refugio en ella”. JUAN PABLO II, Polonia 19 de agosto de 2002.

“También a nosotros el Señor nos muestra hoy sus llagas gloriosas y su corazón, manantial inagotable de luz y verdad, de amor y perdón. ¡El Corazón de Cristo! Su "Sagrado Corazón" ha dado todo a los hombres: la redención, la salvación y la santificación. De ese Corazón rebosante de ternura, Santa Faustina Kowalska vio salir dos haces de luz que iluminaban el mundo. "Los dos rayos -como le dijo el mismo Jesús- representan la sangre y el agua" (Diario, p. 132). La sangre evoca el sacrificio del Gólgota y el misterio de la Eucaristía; el agua, según la rica simbología del evangelista san Juan, alude al bautismo y al don del Espíritu Santo (cf. Jn 3, 5; 4, 14). A través del misterio de este Corazón herido, no cesa de difundirse también entre los hombres y las mujeres de nuestra época el flujo restaurador del amor misericordioso de Dios. Quien aspira a la felicidad auténtica y duradera, sólo en Él puede encontrar su secreto. "Jesús, en ti confío". Esta jaculatoria, que rezan numerosos devotos, expresa muy bien la actitud con la que también nosotros queremos abandonarnos con confianza en tus manos, oh Señor, nuestro único Salvador. Tú ardes del deseo de ser amado, y el que sintoniza con los sentimientos de Tu corazón aprende a ser constructor de la nueva civilización del amor. Un simple acto de abandono basta para romper las barreras de la oscuridad y la tristeza, de la duda y la desesperación. Los rayos de Tu misericordia divina devuelven la esperanza, de modo especial, al que se siente oprimido por el peso del pecado.María, Madre de misericordia, haz que mantengamos siempre viva esta confianza en tu Hijo, nuestro Redentor. Ayúdanos también tú, Santa Faustina, que hoy recordamos con particular afecto. Fijando nuestra débil mirada en el rostro del Salvador divino, queremos repetir contigo: "Jesús, en ti confío". Hoy y siempre. Amén”. Homilía del Santo Padre Juan Pablo II Celebración Eucarística del Domingo de la Divina Misericordia Domingo 22 de abril del 2001.

S.S. Benedicto XVI: El Papa emérito califica de "TOTAL ESTUPIDEZ" que él se oponga a lo tratado en el Sínodo de la Familia. Ademas de afirmar Benedicto XVI, que: "...El auténtico creyente tiene claro que Francisco es el VERDADERO PAPA...".

Entrevista del famoso periodista Joerg Bremer a S.S. Benedicto XVI: El Papa emérito califica de "TOTAL ESTUPIDEZ" que él se oponga a lo tratado en el Sínodo de la Familia. Ademas de afirmar Benedicto XVI, que: "...El auténtico creyente tiene claro que Francisco es el VERDADERO PAPA...". Ratzinger confiesa tambien que hubiera deseado que lo llamaran "Padre Benedicto" tras su renuncia...
Mensajero Mariano
Palabra de Vida 27/1/15: «El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» / P. J. Higueras
Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 27 de enero de 2015, martes de la 3ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.
Evangelio: San Marcos 3, 31-35
«El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi …Más
Palabra de Vida 27/1/15: «El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» / P. J. Higueras

Espacio "Palabra de Vida" de 13 TV del 27 de enero de 2015, martes de la 3ª semana de Tiempo Ordinario, presentado por el padre Jesús Higueras, en el cual se comenta el evangelio del día.

Evangelio: San Marcos 3, 31-35

«El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre»

En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar.

La gente que tenía sentada alrededor le dijo: – Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.

Les contestó: – ¿Quienes son mi madre y mis hermanos?

Y, paseando la mirada por el corro, dijo: – Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.
Enzo de la Virgen
ROSARIO DE LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO (Para Sellar y Proteger al Papa Francisco)
Sedevacantista ¿Porque me crucificas de nuevo? Amo a Cada miembro de mi cuerpo místico, que es la Iglesia, porque me insultas y colocas una dolorosa corona de Espina sobre mi cabeza, aquí en la Tierra, que es el Santo Padre Francisco, quien critica a mi me critica, y me golpea donde más me duele Para que perder el …Más
ROSARIO DE LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO (Para Sellar y Proteger al Papa Francisco)

Sedevacantista ¿Porque me crucificas de nuevo? Amo a Cada miembro de mi cuerpo místico, que es la Iglesia, porque me insultas y colocas una dolorosa corona de Espina sobre mi cabeza, aquí en la Tierra, que es el Santo Padre Francisco, quien critica a mi me critica, y me golpea donde más me duele Para que perder el tiempo con las falsas profecías de que calumnian al Sucesor de Pedro, llamandolo "Falso Profeta" ¿En que mente puede pensar que la obra del Falso Profeta sea consagrar a al Mubdo (y a toto bautizado) al Inmaculado Corazón? FRANCISCO es el Papa que ha consagrado al Inmaculado Corazón de la Virgen María a todos los Sacerdotes a los Obispos y su Pontificado y de la forma más solemmne, la Virgen ha dicho por Maurin (en Cleveland) Pedro Regís (en Anguera) y numerosos místicos actuales que el es "EL DEENSOR DE LA VERDAD CATOLICA" Además ha cumplido muchas profecías de la Virgen de Fatima a Padre Gobbi, que por impresión profética muchos le atribuian al B. Juan Pablo II ....
Solo el diablo y sus secuaces persiguen al PAPA QUE CONSAGRÓ SU PONTIFICADO A LA VIRGEN. Lean El Tratado de la Verdadera Devoción: Los réprobos siempre perseguirán a los consagrados, como Cain persiguió a ABEL como Esau persiguió a Jacob por vivir consagrado a la Madre. Así como la presuntuosa Agar persigue a Sara y a su Hijo, la falsa Iglesia Cismática Tradicionalista Persigne a la Iglesia Verdadera y su Hijo predilecto el Papa Francisco.Virgen apoya a Francisco en todas sus apariciones antiguas y actuales TRADICIÓN ORTODOXA CON EL PAPA FRANCISCOTRADICIONALISTAS CON SU SANTIDAD FRANCISCO Su Beatitud Gregorio III ha demostrado junto a otros patriarcas ortodoxos, que se puede ser Tradicionalista, en amor y obediencia al Santo Papa Francisco. QUE TODOS SEAN UNO, lo digo con San Juan Pablo II y con sus santos sucesores, Dios es amor y misericordia, y cada católico tiene el poder y la misión de ser instrumento de paz.
S.S. FRANCISCO I: UN PAPA VALIENTE SIN TEMOR A DECIR LA VERDADS.S. FRANCISCO I: UN PAPA VALIENTE SIN TEMOR A DECIR LA VERDAD -MARIANO- (Dr. Pablo Vivas)EL SANTO PADRE S.S. FRANCISCO Y LOS FALSOS PROFETAS EL SANTO PADRE S.S. FRANCISCO Y LOS FALSOS PROFETAS (Dr. Pablo J. Vivas D.

Buenas noches escucha esta enseñanza sobre LOS 3 BLANCOS
El Papa, la hostia blanca y la pura Virgen María! Dios le muestra a San Bosco los tres signos de salvación.

En el sueño de San Bosco, ante las tormentas y dificultades, Dios le muestra tres signos de salvación: 1. La Barca de Pedro, la Iglesia que nos lleva al puerto de la salvación. 2. La Eucaristía, nuestra alma, necesita alimentarse del Pan de salvación, el pan de Vida Eterna. 3. La Devoción a María, que consiste en contemplar e imitar sus virtudes, en consagrarnos totalmente a Dios, por medio de su Inmaculado Corazón. Junto al Papa, en la Barca de Pedro, y anclados en las columnas de salvación (los dos testigos) los corazones de Jesús y María, halláremos salvación.

El Amor es el principal signo de salvación, por la iniciativa de la misericordia del Padre, nos ha enviado a el Salvador, “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16 Este infinito amor de Dios, espera ser correspondido, amando sobre todas, las cosas y amando en aquellos, que Dios creo a su imagen y semejanza. “Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros”. I Juan 4:7-11

Las principales claves de nuestra salvación son: El amor y adoración a Dios, con todo nuestro corazón, sobre todas las cosa, y el amor al prójimo, como Cristo Jesús nos ha amado. “Has de saber, pues, que Yahveh tu Dios es el Dios verdadero, el Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos” Deuteronomio 7:9.

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Nuestro gran anhelo, nuestro mayor amor, nuestra adoración y fidelidad van dirigidas a la Santísima Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; nuestro deseo, nuestro objetivo y nuestra principal ocupación, debe ser formar a Jesús en nosotros y hacer que en nuestros corazones reine su espíritu, su devoción, sus afectos, sus deseos y sus disposiciones. Toda nuestra vida de fe debe tender a eso. Tal es la tarea que Dios nos ha confiado para que trabajemos en ella constantemente. “Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, Juan 5:3

El Amor a Dios, ha de manifestar plena fidelidad, no tener falsos dioses, que nos desvíen del camino de la santidad, necesario es renunciar a todos ídolos; superstición, hedonismo, vicios, codicia, indiferencia, lujuria, paganismo y a toda ocasión de pecado que nos arrastre a la perdición eterna. Correspondemos al amor de Dios, profesando con el corazón y con las obras, las verdades de fe, que la Santísima Trinidad nos ha revelado en Jesucristo, Dios encarnado, y en viviendo dignamente, nuestra incorporación por el Bautismo, al Cuerpo Místico del Salvador, que es la Iglesia Católica.

En el famoso sueño de San Bosco, ante las tormentas y dificultades que quieren destruirnos, Dios le muestra tres signos de salvación: 1. La Barca de Pedro, la Iglesia que nos lleva al puerto de la salvación. 2. La Eucaristía, nuestra alma, necesita alimentarse del Pan de salvación, el pan de Vida Eterna, nuestra sed de justicia, nuestra ansia de felicidad solo puede saciarse con la Sangre del Nuevo Pacto, derramada en nuestro favor, por Jesús en el calvario, la adoración al Corazón eucarístico de Jesucristo es la columna de nuestra fe. 3. La Devoción a María, que consiste en contemplar e imitar sus virtudes, en consagrarnos totalmente a Dios, por medio de su Inmaculado Corazón. Junto al Papa, en la Barca de Pedro, y anclados en las columnas de salvación (los dos testigos) los corazones de Jesús y María, halláremos salvación.

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Amor que ha de manifestarse en la misericordia con todos, en la caridad, comprensión, sentimental y con obras concretas, “ Si alguno dice: «Amo a Dios», y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. , I Juan 4:20 Solo en Cristo, con su ayuda podemos amar, según las exigencias evangélicas, inclusos a quienes nos odian y calumnien, “y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros, como oblación y víctima de suave aroma. Efesios 5:2. San Luis Griñon lo Resumen cuatro preposiciones: 1. Hacer todo como Jesucristo, como esclavo de amor. 2 Realizar todo en Jesucristo, con su ayuda y fuerza. 3. Obrar por Jesucristo, es decir por orden de Dios, cumpliendo su evangelio. 4. Hacerlo todo para Jesucristo, es decir para su gloria y honra.
Dios le muestra a San Bosco los tres signos de salvación.
Enzo de la Virgen
TRADICIONALISTAS CON SU SANTIDAD FRANCISCO
Su Beatitud Gregorio III ha demostrado junto a otros patriarcas ortodoxos, que se puede ser Tradicionalista, en amor y obediencia al Santo Papa Francisco.
QUE TODOS SEAN UNO, lo digo con San Juan Pablo II y con sus santos sucesores, Dios es amor y misericordia, y cada católico tiene el poder y la misión de ser instrumento de paz.

A Jesucristo no le gusta …Más
TRADICIONALISTAS CON SU SANTIDAD FRANCISCO

Su Beatitud Gregorio III ha demostrado junto a otros patriarcas ortodoxos, que se puede ser Tradicionalista, en amor y obediencia al Santo Papa Francisco.

QUE TODOS SEAN UNO, lo digo con San Juan Pablo II y con sus santos sucesores, Dios es amor y misericordia, y cada católico tiene el poder y la misión de ser instrumento de paz.


A Jesucristo no le gusta el espíritu cismático, los hermanos de los ritos orientales y ortodoxos, los verdaderos tradicionalistas, dan testimonio de cercanía y obediencia a los Santos Sucesores de PEDRO.

El tener una preferencia por el Rito Tradicional, o las lenguas originarias, no da licencia para insultar y desacatar al Santo Padre Francisco, por el contrario la principal tradición a la que hay que ser Fiel es el Evangelio, donde Jesucristo designó a San Pedro, para dirigir su única Iglesia, a la que prometió asistir hasta el fin de los tiempos, un ministerio de dirección que existirá mientras exista la Iglesia, desde que el Señor encontró este discípulo lo predestinó: “... Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» que quiere decir, Piedra". (Juan 1,42).
Y luego ante una pregunta de Jesús y frente a las diferentes opiniones sobre su personalidad, Simón fue el único discípulo que dio su personal opinión: “Tu eres el Mesías” y ante su primera respuesta infalible por revelación de Dios Padre, Jesús otorga ese rango especial: “Y yo a mi vez te digo que tú eres (Cefas) Pedro, y sobre estapiedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. (Mateo 16,18-19). “Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” ( Marcos 16,15).

Cristo al darle la misión de confirmar la fe de toda la Iglesia, le promete, interceder por él, para que su fe no desfallezca, por eso el Papa es infalible en los asuntos de fe, porque cuenta con la ayuda especial de Dios, para cumplir su magisterio de interpretar y difundir las Escritura a la luz del Espíritu Santo y guiarnos por camino seguro: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.» (Lucas 22,31-32). Como vemos entre los apóstoles solo a Pedro se le da el poder y la misión de confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, y por eso Cristo ruega por él, para que no equivoque nunca en los asuntos referentes a la fe.

Pedro y los demás Papas siguen siendo hombres, con defectos, virtudes y con necesidad de la misericordia divina, porque a pesar de su investidura y misión están en un proceso de perfección al igual que todo cristiano, recurren frecuentemente al sacramento de la confesión ante otros sacerdotes, pero cuando obran en Nombre de Cristo como Piedra de la Iglesia, para dirigirla son infalibles en los aspectos de Fe por la garantía de Cristo, que le encomienda confirmar la fe de sus hermanos y por eso el Primer Papa empieza una de sus cartas de esta forma: "Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra” (II Pedro 1,1).
Fuente; TRADICIONALISTAS CON SU SANTIDAD FRANCISCO


MAS DE 50 MILLONES DE CATÓLICOS DE RITOS TRADICIONALES SIGUEN AL PAPA FRANCISCO
2 más comentarios de Enzo de la Virgen
Enzo de la Virgen
“También a nosotros el Señor nos muestra hoy sus llagas gloriosas y su corazón, manantial inagotable de luz y verdad, de amor y perdón. ¡El Corazón de Cristo! Su "Sagrado Corazón" ha dado todo a los hombres: la redención, la salvación y la santificación. De ese Corazón rebosante de ternura, Santa Faustina Kowalska vio salir dos haces de luz que iluminaban el mundo. "Los dos rayos -como le dijo …Más
“También a nosotros el Señor nos muestra hoy sus llagas gloriosas y su corazón, manantial inagotable de luz y verdad, de amor y perdón. ¡El Corazón de Cristo! Su "Sagrado Corazón" ha dado todo a los hombres: la redención, la salvación y la santificación. De ese Corazón rebosante de ternura, Santa Faustina Kowalska vio salir dos haces de luz que iluminaban el mundo. "Los dos rayos -como le dijo el mismo Jesús- representan la sangre y el agua" (Diario, p. 132). La sangre evoca el sacrificio del Gólgota y el misterio de la Eucaristía; el agua, según la rica simbología del evangelista san Juan, alude al bautismo y al don del Espíritu Santo (cf. Jn 3, 5; 4, 14). A través del misterio de este Corazón herido, no cesa de difundirse también entre los hombres y las mujeres de nuestra época el flujo restaurador del amor misericordioso de Dios. Quien aspira a la felicidad auténtica y duradera, sólo en Él puede encontrar su secreto. "Jesús, en ti confío". Esta jaculatoria, que rezan numerosos devotos, expresa muy bien la actitud con la que también nosotros queremos abandonarnos con confianza en tus manos, oh Señor, nuestro único Salvador. Tú ardes del deseo de ser amado, y el que sintoniza con los sentimientos de Tu corazón aprende a ser constructor de la nueva civilización del amor. Un simple acto de abandono basta para romper las barreras de la oscuridad y la tristeza, de la duda y la desesperación. Los rayos de Tu misericordia divina devuelven la esperanza, de modo especial, al que se siente oprimido por el peso del pecado.María, Madre de misericordia, haz que mantengamos siempre viva esta confianza en tu Hijo, nuestro Redentor. Ayúdanos también tú, Santa Faustina, que hoy recordamos con particular afecto. Fijando nuestra débil mirada en el rostro del Salvador divino, queremos repetir contigo: "Jesús, en ti confío". Hoy y siempre. Amén”. Homilía del Santo Padre Juan Pablo II Celebración Eucarística del Domingo de la Divina Misericordia Domingo 22 de abril del 2001.

S.S. Benedicto XVI: El Papa emérito califica de "TOTAL ESTUPIDEZ" que él se oponga a lo tratado en el Sínodo de la Familia. Ademas de afirmar Benedicto XVI, que: "...El auténtico creyente tiene claro que Francisco es el VERDADERO PAPA...".

Entrevista del famoso periodista Joerg Bremer a S.S. Benedicto XVI: El Papa emérito califica de "TOTAL ESTUPIDEZ" que él se oponga a lo tratado en el Sínodo de la Familia. Ademas de afirmar Benedicto XVI, que: "...El auténtico creyente tiene claro que Francisco es el VERDADERO PAPA...". Ratzinger confiesa tambien que hubiera deseado que lo llamaran "Padre Benedicto" tras su renuncia...
Enzo de la Virgen
La respuesta al mandamiento del amor sólo se hace posible experimentando que este amor ya nos ha sido dado antes por Dios (cf. Deus caritas est, 14). Por tanto, el culto del amor que se hace visible en el misterio de la cruz, actualizado en toda celebración eucarística, constituye el fundamento para que podamos convertirnos en personas capaces de amar y entregarse (cf. Haurietis aquas, 69), siendo …Más
La respuesta al mandamiento del amor sólo se hace posible experimentando que este amor ya nos ha sido dado antes por Dios (cf. Deus caritas est, 14). Por tanto, el culto del amor que se hace visible en el misterio de la cruz, actualizado en toda celebración eucarística, constituye el fundamento para que podamos convertirnos en personas capaces de amar y entregarse (cf. Haurietis aquas, 69), siendo instrumentos en las manos de Cristo: sólo así se puede ser heraldos creíbles de su amor. Sin embargo, esta disponibilidad a la voluntad de Dios debe renovarse en todo momento: "El amor nunca se da por "concluido" y completado" (cf. Deus caritas est, 17). Así pues, la contemplación del "costado traspasado por la lanza", en el que resplandece la ilimitada voluntad salvífica por parte de Dios, no puede considerarse como una forma pasajera de culto o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del "corazón traspasado" su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios (cf. Haurietis aquas, 62). Con el deseo de que el 50° aniversario contribuya a impulsar en muchos corazones una respuesta cada vez más fervorosa al amor del Corazón de Cristo, le imparto una especial bendición apostólica a usted, reverendísimo padre, y a todos los religiosos de la Compañía de Jesús, siempre muy activos en la promoción de esta devoción fundamental”. Fin de la Cita, Vaticano, 15 de mayo de 2006.

Esta contemplación del costado traspasado de Jesús, de modo admirable, ayuda al corazón y a la mente a penetrar en el misterio del vínculo que unió al Salvador que padecía y a Su Madre que compadecía. En el centro de este misterio de amor, el que viene aquí se encuentra a sí mismo, encuentra su vida, su cotidianidad, su debilidad y, al mismo tiempo, la fuerza de la fe y de la esperanza: la fuerza que brota de la convicción de que la Madre no abandona al hijo en la desventura, sino que lo conduce a Su Hijo y lo encomienda a Su misericordia. Juan Pablo II, describiendo este vínculo misterioso de amor, nos ha dicho: "junto a la cruz de Jesús estaban Su madre y la hermana de Su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19,25). Aquella que estaba unida al Hijo de Dios por vínculos de sangre y de amor materno, allí, al pie de la cruz, vivía esa unión en el sufrimiento. Ella sola, a pesar del dolor del corazón de madre, sabía que ese sufrimiento tenía un sentido. Tenía confianza -confianza a pesar de todo- en que se estaba cumpliendo la antigua promesa: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras tú acechas su calcañar" (Gn 3,15). Y su confianza fue confirmada cuando el Hijo agonizante se dirigió a ella: "¡Mujer!". En aquel momento, al pie de la cruz, ¿podía esperar que tres días después la promesa de Dios se cumpliría? Esto será siempre un secreto de su corazón. Sin embargo, sabemos una cosa: ella, la primera entre todos los seres humanos, participó en la gloria del Hijo resucitado. Ella -como creemos y profesamos-, fue elevada al cielo en cuerpo y alma para experimentar la unión en la gloria, para alegrarse junto al Hijo por los frutos de la Misericordia Divina y obtenerlos para los que buscan refugio en ella”. JUAN PABLO II, Polonia 19 de agosto de 2002.
dvdenise
🙏 🙏 🙏 Seigneur Jésus, j'ai confiance en Vous. Je proclame Votre Grande Miséricorde qui fait honneur à votre Passion.
Mensajero Mariano
Papa en Ángelus: «Nuestros pecados, nuestra historia, nos han dividido y por ello debemos rezar mucho para que el Espíritu Santo nos una de nuevo»
A las 12 de esta mañana, el santo padre Francisco se ha asomado a la ventana del estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro. El Santo Padre ha hablado de la unidad de …Más
Papa en Ángelus: «Nuestros pecados, nuestra historia, nos han dividido y por ello debemos rezar mucho para que el Espíritu Santo nos una de nuevo»

A las 12 de esta mañana, el santo padre Francisco se ha asomado a la ventana del estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro. El Santo Padre ha hablado de la unidad de los cristianos señalando que “nuestros pecados, nuestra historia, nos han dividido y por ello debemos rezar mucho para que el Espíritu Santo nos una de nuevo”.

Hoy estaban en la plaza niños de Acción Católica de la diócesis de Roma, que concluyen con la “Caravana de la Paz” el mes de enero que tradicionalmente dedican a la paz. Al finalizar el ángelus, un niño y una niña de dos parroquias de Roma, en la ventana junto al Papa han leído un mensaje en nombre de los jóvenes de Acción Católica, mientras que los niños en la plaza han lanzado globos con mensajes de paz. En el vídeo se escucha y visualiza la meditación completa del Santo Padre traducida al español.
Mensajero Mariano
Reflection Emeritus Pope Benedict XVI: "The contemplation, in worship, the side pierced by the spear makes us sensitive to the salvific will of God. It enables us to abandon ourselves to his saving and merciful love, and at the same time strengthens us in the desire to participate in the work of salvation, becoming his instruments. The gifts received from the open side, from which sprang "blood and …Más
Reflection Emeritus Pope Benedict XVI: "The contemplation, in worship, the side pierced by the spear makes us sensitive to the salvific will of God. It enables us to abandon ourselves to his saving and merciful love, and at the same time strengthens us in the desire to participate in the work of salvation, becoming his instruments. The gifts received from the open side, from which sprang "blood and water" (cf. Jn 19, 34), make our lives will also become for others a source from which "rivers of living water" (Jn 7, 38) (cf. Deus caritas est, 7). The experience of love through worship the pierced side of the Redeemer protects us from the risk of withdrawing into ourselves and makes us readier to live for others. "By this we know what love is. That he laid down his life for us we must also give our lives for the brethren" (1 Jn 3, 16) (cf. aquas Haurietis, 38). The response to the commandment of love is only possible to experience this love we have already been given before by God (cf. Deus Caritas Est, 14). Therefore, the cult of love which becomes visible in the mystery of the cross, updated every Eucharistic celebration is the foundation for us to become people capable of love and surrender (cf. aquas Haurietis, 69), being instruments Christ's hands: only thus can we be credible proclaimers of his love. However, this openness to God's will must be renewed in every moment: "Love is never" finished "and complete" (cf. Deus Caritas Est, 17). So looking at the "side pierced by the spear", which shines unlimited salvific will of God, can not be considered a transitory form of worship or devotion: the adoration of God's love, which has found at the command "pierced heart" whose historical and devotional expression, remains indispensable for a living relationship with God (cf. aquas Haurietis, 62). With the hope that the 50th anniversary will give rise to many hearts increasingly fervent love of the Heart of Christ answer, I impart a special Apostolic Blessing to you, Reverend Father, and all the religious of the Society of Jesus, always very active in promoting this fundamental devotion. "End of Quote, Vatican, May 15, 2006.

This contemplation of the pierced side of Jesus, wondrously helps the heart and mind to penetrate the mystery of the bond which united the suffering Saviour and His Mother pitied. In the center of this mystery of love, which comes here finds himself, finds his life, his everyday life, his weakness and, at the same time, the strength of faith and hope: that power which springs from the conviction that the Mother does not abandon her children at times of trouble, but leads to His son and entrusted to His mercy. John Paul II, describing this mysterious bond of love, told us: "Near the cross of Jesus were his mother and sister of his mother, Mary the wife of Cleophas, and Mary Magdalene" (Jn 19:25). She who was linked to the Son of God by blood and by maternal love, there, at the foot of the Cross, experienced this union in suffering. She alone, despite the pain of the mother's heart, knew that this suffering had meaning. She had trust trust in spite of everything that was being fulfilled the ancient promise: "I will put enmity between thee and the woman, and between thy seed and her seed; he shall bruise your head, and you shall bruise his heel" (Gen. 3, 15). And her trust was vindicated when her dying Son addressed her: "Woman!". At that time, at the foot of the cross, could expect three days after God's promise would be fulfilled? This will always be a secret of his heart. But we know one thing: she, the first among all human beings, participated in the glory of the risen Son. She, as we believe and profesamos-, was assumed into heaven body and soul to experience union in glory, to rejoice at her Son for the fruits of Divine Mercy and to obtain for those seeking refuge in it. "JOHN PAUL II, Poland August 19, 2002.

"We too today the Lord shows us his glorious wounds and his heart, inexhaustible source of light and truth, love and forgiveness.The Heart of Christ! His "Sacred Heart" has given men everything: redemption, salvation and sanctification. In this teeming heart tenderness, St. Faustina Kowalska saw out two beams of light that illuminated the world. "The two rays, as Jesus said it represent blood and water" (Diary, p. 132). The blood recalls the sacrifice of Golgotha and the mystery of the Eucharist; water, according to the rich symbolism of the Evangelist John, refers to baptism and the gift of the Holy Spirit (cf. Jn 3, 5, 4, 14). Through the mystery of this wounded Heart, also continues to spread among men and women of our time restaurateur flow of God's merciful love. Whoever aspires to true and lasting happiness, only He can find his secret. "Jesus, I trust in You." This aspiration, many devotees who pray, it expresses the attitude with which we too want to leave us with confidence in your hands, O Lord, our only Savior. You burn the desire to be loved and those in tune with the sentiments of Your Heart learn how to build the new civilization of love. A simple act of abandonment is enough to overcome the barriers of darkness and sorrow, doubt and despair. The rays of Your Divine Mercy restore hope, in a special way, which feels oppressed by the weight of pecado.María, Mother of mercy, grant that always keep alive this trust in your Son, our Redeemer. Help you too, St. Faustina, whom we remember today with special affection. Fixing our weak gaze on the face of the Divine Savior, you want to repeat: "Jesus, I trust in you." Today and forever. Amen. "Homily of the Holy Father John Paul II Mass of Divine Mercy Sunday Sunday April 22, 2001.
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Mensajero Mariano
Reflexión del Papa Emérito Benedicto XVI: “La contemplación, en la adoración, del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos. Los dones recibidos del costado abierto …Más
Reflexión del Papa Emérito Benedicto XVI: “La contemplación, en la adoración, del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos. Los dones recibidos del costado abierto, del que brotaron "sangre y agua" (cf. Jn 19, 34), hacen que nuestra vida se convierta también para los demás en fuente de la que brotan "ríos de agua viva" (Jn 7, 38) (cf. Deus caritas est, 7). La experiencia del amor vivida mediante el culto del costado traspasado del Redentor nos protege del peligro de encerrarnos en nosotros mismos y nos hace más disponibles a una vida para los demás. "En esto hemos conocido lo que es amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos" (1 Jn 3, 16) (cf. Haurietis aquas, 38). La respuesta al mandamiento del amor sólo se hace posible experimentando que este amor ya nos ha sido dado antes por Dios (cf. Deus caritas est, 14). Por tanto, el culto del amor que se hace visible en el misterio de la cruz, actualizado en toda celebración eucarística, constituye el fundamento para que podamos convertirnos en personas capaces de amar y entregarse (cf. Haurietis aquas, 69), siendo instrumentos en las manos de Cristo: sólo así se puede ser heraldos creíbles de su amor. Sin embargo, esta disponibilidad a la voluntad de Dios debe renovarse en todo momento: "El amor nunca se da por "concluido" y completado" (cf. Deus caritas est, 17). Así pues, la contemplación del "costado traspasado por la lanza", en el que resplandece la ilimitada voluntad salvífica por parte de Dios, no puede considerarse como una forma pasajera de culto o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del "corazón traspasado" su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios (cf. Haurietis aquas, 62). Con el deseo de que el 50° aniversario contribuya a impulsar en muchos corazones una respuesta cada vez más fervorosa al amor del Corazón de Cristo, le imparto una especial bendición apostólica a usted, reverendísimo padre, y a todos los religiosos de la Compañía de Jesús, siempre muy activos en la promoción de esta devoción fundamental”. Fin de la Cita, Vaticano, 15 de mayo de 2006.

Esta contemplación del costado traspasado de Jesús, de modo admirable, ayuda al corazón y a la mente a penetrar en el misterio del vínculo que unió al Salvador que padecía y a Su Madre que compadecía. En el centro de este misterio de amor, el que viene aquí se encuentra a sí mismo, encuentra su vida, su cotidianidad, su debilidad y, al mismo tiempo, la fuerza de la fe y de la esperanza: la fuerza que brota de la convicción de que la Madre no abandona al hijo en la desventura, sino que lo conduce a Su Hijo y lo encomienda a Su misericordia. Juan Pablo II, describiendo este vínculo misterioso de amor, nos ha dicho: "junto a la cruz de Jesús estaban Su madre y la hermana de Su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena" (Jn 19,25). Aquella que estaba unida al Hijo de Dios por vínculos de sangre y de amor materno, allí, al pie de la cruz, vivía esa unión en el sufrimiento. Ella sola, a pesar del dolor del corazón de madre, sabía que ese sufrimiento tenía un sentido. Tenía confianza -confianza a pesar de todo- en que se estaba cumpliendo la antigua promesa: "Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras tú acechas su calcañar" (Gn 3,15). Y su confianza fue confirmada cuando el Hijo agonizante se dirigió a ella: "¡Mujer!". En aquel momento, al pie de la cruz, ¿podía esperar que tres días después la promesa de Dios se cumpliría? Esto será siempre un secreto de su corazón. Sin embargo, sabemos una cosa: ella, la primera entre todos los seres humanos, participó en la gloria del Hijo resucitado. Ella -como creemos y profesamos-, fue elevada al cielo en cuerpo y alma para experimentar la unión en la gloria, para alegrarse junto al Hijo por los frutos de la Misericordia Divina y obtenerlos para los que buscan refugio en ella”. JUAN PABLO II, Polonia 19 de agosto de 2002.

“También a nosotros el Señor nos muestra hoy sus llagas gloriosas y su corazón, manantial inagotable de luz y verdad, de amor y perdón. ¡El Corazón de Cristo! Su "Sagrado Corazón" ha dado todo a los hombres: la redención, la salvación y la santificación. De ese Corazón rebosante de ternura, Santa Faustina Kowalska vio salir dos haces de luz que iluminaban el mundo. "Los dos rayos -como le dijo el mismo Jesús- representan la sangre y el agua" (Diario, p. 132). La sangre evoca el sacrificio del Gólgota y el misterio de la Eucaristía; el agua, según la rica simbología del evangelista san Juan, alude al bautismo y al don del Espíritu Santo (cf. Jn 3, 5; 4, 14). A través del misterio de este Corazón herido, no cesa de difundirse también entre los hombres y las mujeres de nuestra época el flujo restaurador del amor misericordioso de Dios. Quien aspira a la felicidad auténtica y duradera, sólo en Él puede encontrar su secreto. "Jesús, en ti confío". Esta jaculatoria, que rezan numerosos devotos, expresa muy bien la actitud con la que también nosotros queremos abandonarnos con confianza en tus manos, oh Señor, nuestro único Salvador. Tú ardes del deseo de ser amado, y el que sintoniza con los sentimientos de Tu corazón aprende a ser constructor de la nueva civilización del amor. Un simple acto de abandono basta para romper las barreras de la oscuridad y la tristeza, de la duda y la desesperación. Los rayos de Tu misericordia divina devuelven la esperanza, de modo especial, al que se siente oprimido por el peso del pecado.María, Madre de misericordia, haz que mantengamos siempre viva esta confianza en tu Hijo, nuestro Redentor. Ayúdanos también tú, Santa Faustina, que hoy recordamos con particular afecto. Fijando nuestra débil mirada en el rostro del Salvador divino, queremos repetir contigo: "Jesús, en ti confío". Hoy y siempre. Amén”. Homilía del Santo Padre Juan Pablo II Celebración Eucarística del Domingo de la Divina Misericordia Domingo 22 de abril del 2001.

S.S. Benedicto XVI: El Papa emérito califica de "TOTAL ESTUPIDEZ" que él se oponga a lo tratado en el Sínodo de la Familia. Ademas de afirmar Benedicto XVI, que: "...El auténtico creyente tiene claro que Francisco es el VERDADERO PAPA...".

Entrevista del famoso periodista Joerg Bremer a S.S. Benedicto XVI: El Papa emérito califica de "TOTAL ESTUPIDEZ" que él se oponga a lo tratado en el Sínodo de la Familia. Ademas de afirmar Benedicto XVI, que: "...El auténtico creyente tiene claro que Francisco es el VERDADERO PAPA...". Ratzinger confiesa tambien que hubiera deseado que lo llamaran "Padre Benedicto" tras su renuncia...
Mensajero Mariano
Pape Benoît XVI: «La contemplation, dans l'adoration, le côté transpercé par la lance nous rend sensibles à la volonté salvifique de Dieu. Il nous permet de nous abandonner à son amour salvifique et miséricordieux, et en même temps nous renforce dans le désir de participer à l'œuvre du salut, devenant ses instruments
Réflexion émérite Pape Benoît XVI: «La contemplation, dans l'adoration, le …Más
Pape Benoît XVI: «La contemplation, dans l'adoration, le côté transpercé par la lance nous rend sensibles à la volonté salvifique de Dieu. Il nous permet de nous abandonner à son amour salvifique et miséricordieux, et en même temps nous renforce dans le désir de participer à l'œuvre du salut, devenant ses instruments

Réflexion émérite Pape Benoît XVI: «La contemplation, dans l'adoration, le côté transpercé par la lance nous rend sensibles à la volonté salvifique de Dieu. Il nous permet de nous abandonner à son amour salvifique et miséricordieux, et en même temps nous renforce dans le désir de participer à l'œuvre du salut, devenant ses instruments. Les dons reçus du côté ouvert, d'où jaillirent "sang et eau" (cf. Jn 19, 34), rendre notre vie devienne également pour les autres une source à partir de laquelle «fleuves d'eau vive» (Jn 7, 38) (cf. Deus caritas est, 7). L'expérience de l'amour adorent par le côté transpercé du Rédempteur nous protège contre le risque de se replier sur nous-mêmes et nous rend plus aisé à vivre pour les autres. "Par cela, nous savons ce qu'est l'amour. Ce qu'il a donné sa vie pour nous nous devons aussi donner notre vie pour les frères» (1 Jn 3, 16) (cf. Haurietis aquas, 38). La réponse au commandement de l'amour ne est possible de vivre cet amour que nous avons déjà été donné d'avance par Dieu (cf. Deus Caritas Est, 14). Par conséquent, le culte de l'amour qui devient visible dans le mystère de la croix, mis à jour chaque célébration eucharistique est le fondement pour nous de devenir des personnes capables d'amour et de rachat (cf. Haurietis aquas, 69), étant instruments les mains du Christ: ce est seulement ainsi que nous pouvons être des annonciateurs crédibles de son amour. Toutefois, cette ouverture à la volonté de Dieu doit être renouvelée à chaque instant: «L'amour ne est jamais« achevé »ni complet" (cf. Deus Caritas Est, 17). Donc, en regardant le "côté transpercé par la lance", qui brille volonté salvifique illimitée de Dieu, ne peut pas être considéré comme une forme transitoire de culte ou de dévotion: l'adoration de l'amour de Dieu, qui a trouvé à la commande "cœur transpercé» dont l'expression historique et dévotionnelle, demeure indispensable pour une relation vivante avec Dieu (cf. Haurietis aquas, 62). Avec l'espoir que le 50e anniversaire donnera lieu à de nombreux cœurs l'amour de plus en plus fervent du Cœur du Christ réponse, je vous donne une Bénédiction apostolique particulière à vous, Révérend Père, et tous les religieux de la Compagnie de Jésus, toujours très actif dans la promotion de cette dévotion fondamentale ". Fin de la citation, du Vatican, le 15 mai 2006.

Cette contemplation du côté transpercé de Jésus, aide merveilleusement le cœur et l'esprit de pénétrer le mystère du lien qui unissait le Sauveur de la souffrance et de sa Mère pitié. Au centre de ce mystère d'amour, qui vient ici se trouve, trouve sa vie, sa vie quotidienne, sa faiblesse et, en même temps, la force de la foi et de l'espoir: que le pouvoir qui naît de la conviction que la Mère ne abandonne pas ses enfants au temps de la détresse, mais conduit à son Fils et confiée à sa miséricorde. Jean-Paul II, décrivant ce lien mystérieux de l'amour, nous a dit: "Près de la croix de Jésus se tenaient sa mère et la sœur de sa mère, Marie, femme de Cléophas, et Marie de Magdala» (Jn 19:25). Elle qui a été liée au Fils de Dieu par le sang et par l'amour maternel, là, au pied de la Croix, a connu cette union dans la souffrance. Elle seule, en dépit de la douleur du cœur de la mère, savait que cette souffrance a un sens. Elle avait la confiance de la confiance, en dépit de tout ce qui se accomplit la promesse ancienne: «Je mettrai inimitié entre toi et la femme, entre ta postérité et sa postérité, il te écrasera la tête, et tu lui blesseras le talon» (Genèse 3, 15). Et sa confiance a été justifiée lorsque son Fils mourant lui adressa la parole: «Femme». A cette époque, au pied de la croix, pourrait attendre trois jours après la promesse de Dieu seraient remplies? Ce sera toujours un secret de son cœur. Mais nous savons une chose: elle a, le premier d'entre tous les êtres humains, a participé à la gloire du Fils ressuscité. Elle, que nous croyons et profesamos-, a été élevée au ciel corps et âme à l'expérience syndicale dans la gloire, de se réjouir de son Fils pour les fruits de la Divine Miséricorde et d'obtenir pour ceux qui cherchent refuge en elle ". JEAN-PAUL II, la Pologne 19 Août 2002.

"Nous aussi, aujourd'hui, le Seigneur nous montre ses plaies glorieuses et son cœur, source inépuisable de lumière et la vérité, l'amour et le pardon. Le Cœur du Christ! Son «Sacré-Cœur» a donné aux hommes de tout: la rédemption, le salut et la sanctification. Dans cette tendresse de cœur grouillant, sainte Faustine Kowalska vit sur deux faisceaux de lumière qui illuminent le monde. "Les deux rayons, comme l'a dit Jésus, il représentent le sang et de l'eau" (Journal, p. 132). Le sang rappelle le sacrifice du Golgotha et le mystère de l'Eucharistie; l'eau, selon le riche symbolisme de l'évangéliste Jean, se réfère au baptême et le don de l'Esprit Saint (cf. Jn 3, 5, 4, 14). Par le mystère de ce cœur blessé, continue à se propager parmi les hommes et les femmes de nos flux de restaurateur de temps de l'amour miséricordieux de Dieu. Celui qui aspire au bonheur véritable et durable, lui seul peut trouver son secret. «Jésus, je ai confiance en vous." Cette aspiration, de nombreux fidèles qui prient, il exprime l'attitude avec laquelle nous voulons aussi nous laisser avec confiance dans vos mains, Seigneur, notre seul Sauveur. Vous brûlez le désir d'être aimé et ceux en phase avec les sentiments de votre cœur apprendre à construire la nouvelle civilisation de l'amour. Un simple acte d'abandon est suffisant pour surmonter les obstacles de l'obscurité et la tristesse, le doute et le désespoir. Les rayons de Ta Miséricorde Divine redonner espoir, d'une manière spéciale, qui se sent opprimé par le poids de pecado.María, Mère de miséricorde, subvention qui gardent toujours vivante cette confiance en ton Fils, notre Rédempteur. Vous aider aussi, sainte Faustine, dont nous nous souvenons aujourd'hui avec une affection particulière. En fixant notre humble regard sur le visage du Divin Sauveur, vous voulez répéter: "Jésus, je ai confiance en vous." Aujourd'hui et éternellement. Amen. "Homélie du Saint-Père Jean-Paul II messe de dimanche de la Miséricorde Dimanche 22 Avril 2001.