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MENSAJE DEL SEÑOR A PEPE CAYETANO
CRUZ BLANCA, 28 de Marzo de 1986 (Viernes Santo)
(Faltan las primeras palabras del Señor, por fallo de la máquina)

Señor: –... y estoy alegre porque lo he entregado todo por vosotros.
Yo os digo que YO SOY LA CEPA Y VOSOTROS LOS SARMIENTOS.
Deseo que os alegréis en Mí y espero que echéis la simiente en tierra que coseche para el Padre.
He sufrido por vosotros... he sufrido calumnias y bofetadas y no buenos tratos, para que vosotros, hijos de María, aprendáis de ESTE (Cristo mismo) que puso en vosotros la miel y no, la hiel.
SOY JESUS VUESTRO SALVADOR... SOY JESUCRISTO EL HIJO DE MARIA... EL HIJO DEL CARPINTERO y como Jesús y Salvador vuestro os pido que el amor de Mi Corazón, entregado a la Cruz, sea acogido por vosotros y repartido entre aquellos que Me despreciaron y Me abofetearon y Me calumniaron sin culpa alguna Mía.
Vosotros tomad ejemplo de Mí.
SED HUMILDES... poned vuestras mejillas a aquellos que lanzan injurias contra vosotros.
Si así lo hacéis, seréis verdaderos sarmientos de esta CEPA (Cristo) que cargó con vuestras culpas.
Os amo, hijos amados Míos.
Espero que Mis Palabras tan sencillas sean comprendidas por todos los hombres.
En verdad os digo que ME QUEDO EN VOSOTROS Y PARA VOSOTROS.
No huir de Mí ni despreciarMe... y no olvidar que si os despreciáis unos a otros... ME DESPRECIAIS A MÍ y no, a vosotros.
Sed desnudos de las cosas de este mundo y porque YO OS VISTO CON LA LUZ CELESTIAL DE MI PADRE.
ACUDID A MI CASA, AL TABERNACULO, DIGNAMENTE como así lo manda la Santa Madre Iglesia.
NO MIREIS LOS DEFECTOS DE VUESTROS HERMANOS sino a los vuestros propios.
Despojaos de todo lo de este mundo.
En verdad os digo que un día Yo, Jesús El que os ama y os habla, reuniré Mis Rebaños y los conduciré al Redil del Padre.
No habrá tristeza ni dolor ni amargura porque todos estaréis y seréis como un solo espíritu.
P. Cayetano:– Padre mío, amado Jesús, vuestras Palabras son lecciones para mí.
Vuestras palabras son fortaleza para mí... son vida para mí, Dios mío, pero me dejan un vacío que no comprendo.
Señor Dios mío, ¿hasta dónde vas a llegar conmigo, Señor?, 17 años y pico (este vidente recibió el carisma de la visión el día 13 de Junio de 1968) y siempre estamos lo mismo Señor.
Yo para Ti y Tú para mí... Dios mío, Padre amantísimo, llévame hoy mismo conTigo... no quiero vivir más, mi Señor.
(Momentos de silencio y continúa el vidente):– Como Tú lo ordenes Señor... yo soy Tu esclavo y Tú eres mí Rey y Señor.
Lo tomo todo con amor y alegría en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Señor:– Hijitos queridos, con la mayor tristeza de Mi Corazón os digo: grandes cataclismos se avecinan.
LA ORACION, LA PENITENCIA Y EL AMOR DE UNOS CON OTROS, OS HARAN ESTAR CONMIGO EN MI REINO.
Justos y pecadores caerán, pero el que tenga amor tendrá Justicia y será conducido a la morada que Yo he preparado para vosotros.
P. Cayetano:– Si, mi Señor, atiendo bien a estas palabras porque sé que son de Ti y no vienen del enemigo.
Lo que tú quieras Señor... yo Te doy toda mi esperanza para Ti porque sólo Tú, Señor, Altísimo Jesucristo, eres digno de ser amado porque en Ti no ha habido mancha alguna... sólo grandeza, solo sabiduría y amor para todos.
Pido, Señor, clemencia para todos mis hermanos y perdón y haznos DIGNOS HIJOS DE MARIA... ESCLAVOS VERDADEROS TUYOS, Señor, porque solo en Ti podemos estar y conTigo, podemos vivir, Señor.
Esta tierra está llena de podredumbre y de maleza que no corresponde a Tu Gloria Divina.
¡Oh Dios mío, qué gozo siento cuando estoy contigo, Dios mío!
Pero soy tan miseria, que no soy capaz de reconocer la grandeza que me das, mi Dios.
Señor:– (Dirigiéndose al sacerdote residente en este Sagrado Lugar): – Pastor F. éstos son tus hijos. Tu sabes que la mies está madura y la cizaña está abrazando al grano.
Labra con amor, como se te ha enseñado y tú serás quien pondrá a los pies de vuestra Madre María, estas ovejas que te siguen y ME SIGUEN y dan testimonio de la Palabra de Dios.
Bendice ahora a estos tus hijos y Yo te bendigo en el Nombre del Padre, en el Mío y del Espíritu Santo.
P. Cayetano:– Padre mío, Padre F., denos la bendición a todos tus hijos. (El sacerdote aludido bendice a todos)
Gracias mi Señor, una vez más y os pido clemencia para mí y acepto la voluntad del Padre, manifestada en todas vuestras Palabras.
¡Gloria a Dios en las alturas...! Dios mío, Dios mío...