Cirilo de Jerusalem para nuestros días...

Los mártires de esta época estarán por encima de todos los mártires. Porque los mártires de tiempos anteriores sólo han luchado contra hombres. Pero quienes vivan en la época del Anticristo saldrán a la lucha con el mismo Satanás en persona. Los reyes que entonces fueron perseguidores, entregaban a la muerte, pero no simulaban que ellos resucitasen a los muertos ni hacían ostentación de señales y prodigios aparentes. Pero el Anticristo, provocará a la vez el terror y el engaño «capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos» (Mt 24,24). (San Cirilo de Jerusalén)
Anunciamos la venida de Cristo. La primera llevaba consigo un significado de sufrimiento, esta otra, en cambio, llevará la diadema del reino divino.
En la primera venida fue envuelto con fajas en el pesebre (Lc 2,7); en la segunda se revestirá de luz como vestidura (cf. Sal 104,2a). Vendrá glorificado y escoltado por un ejército de ángeles.
De ambas venidas habla el profeta Malaquías “El mensajero de la alianza que vosotros deseáis: miradlo entrar —dice el Señor de los ejércitos—. ¿Quién podrá resistir el día de su venida? ¿Quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará para fundir y purgar» (3,1-3).
«Yo me acercaré a vosotros para el juicio, y seré un testigo expeditivo contra los hechiceros y contra los adúlteros, contra los que juran con mentira», etc. (3,5). Por eso, dice Pablo: « la obra de cada uno quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego» (I Cor 3,12-13).
Isaías advierte: «Se enrollarán los cielos, y todo su ejército palidece como palidece el sarmiento » (Is 33,4). Y el Evangelio dice; «El sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo» (Mt 24,29).
«Estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Mt 24,44; cf. 42).
«Mirad que no os engañe nadie. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «yo soy el Cristo» y engañarán a muchos» (Mt 24,4-5).
«Oiréis también hablar de guerras y de rumores de guerras» (Mt 24,56).
«Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán mutuamente» (Mt 24,10).
«Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se enfriará» (Mt 24,12)
«Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea que entienda)» (Mt 24,15).
Entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor destruirá con el soplo de su boca, y aniquilará con la Manifestación de su Venida.
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades, que seducirán a los que se han de condenar (2 Tes 2,3b- 1 Da). «, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos» (2 Tes 2,9). Pues él es «padre de la mentira» (Jn 8,44)
Protégete, pues, hombre, a ti mismo. Sabes ya los signos del Anticristo. No los recuerdes sólo para ti, sino comunícalos también, a todos (Sab 7,13). Si tienes un hijo según la carne, instrúyelo ya y adviértele. Y si engendraste a alguien por la catequesis, haz que sea cauto y que no tome a un falso Mesías por verdadero. «Porque el misterio de la impiedad ya está actuando» (2 Tes 2,7).
El Apóstol te previene y avisa: «Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira» (2 Tes 2,1 1 ) De este modo, tras el esfuerzo de un breve tiempo, poseerán como herencia eterna el reino de los cielos. Como dice Daniel: «En aquel tiempo se salvará tu pueblo,» (Dan 12,1)
«Como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del Hombre» (Mt 24,27). «Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloría. El enviará a sus ángeles con sonora trompeta» (Mt 24,30-31), etc.