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Video 5 de Catequesis

—2 Corintios 5:1-10 Porque sabemos que, si la tienda de nuestra mansión terrena se deshace, tenemos un edificio que es de Dios, una casa no hecha por mano de hombre, sino eterna, en los cielos. Y así gemimos en esta tienda anhelando revestirnos de nuestra mansión celestial, si es que entonces somos encontrados vestidos y no desnudos. Realmente mientras moramos en esta tienda, gemimos oprimidos, porque no queremos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Pero quien nos ha preparado para este fin es Dios, el cual nos ha dado como arras el Espíritu. Por eso, siempre estamos llenos de buen ánimo, aun sabiendo que mientras moramos en el cuerpo, estamos en destierro lejos del Señor, pues caminamos en la fe y no en la visión. Así pues, estamos llenos de buen ánimo y preferimos salirnos de este cuerpo y volver junto al Señor. Por eso, tanto ahora en el cuerpo como fuera de él, nos empeñamos en agradarle. Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba conforme a lo bueno o malo que hizo durante su vida mortal.”

—CIC # 374 El primer hombre fue no solamente creado bueno, sino también constituido en la amistad con su creador y en armonía consigo mismo y con la creación en torno a él; amistad y armonía tales que no serán superadas más que por la gloria de la nueva creación en Cristo.

—Génesis 1:29 "Y dijo Dios: -He aquí que os he dado todas las plantas portadoras de semilla que hay en toda la superficie de la tierra, y todos los árboles que dan fruto con semilla; esto os servirá de alimento. A todas las fieras, a todas las aves del cielo y a todos los reptiles de la tierra, a todo ser vivo, la hierba verde le servirá de alimento. Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y he aquí que era muy bueno. Hubo tarde y hubo mañana: día sexto."

—CIC # 396 Dios creó al hombre a su imagen y lo estableció en su amistad. Criatura espiritual, el hombre no puede vivir esta amistad más que en la forma de libre sumisión a Dios. Esto es lo que expresa la prohibición hecha al hombre de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, "porque el día que comieres de él, morirás sin remedio" (Gn 2,17). "El árbol del conocimiento del bien y del mal" evoca simbólicamente el límite infranqueable que el hombre en cuanto criatura debe reconocer libremente y respetar con confianza.

—CIC # 390 El relato de la caída (Gn 3) utiliza un lenguaje hecho de imágenes, pero afirma un acontecimiento primordial, un hecho que tuvo lugar al comienzo de la historia del hombre (cf. GS 13,1). La Revelación nos da la certeza de fe de que toda la historia humana está marcada por el pecado original libremente cometido por nuestros primeros padres (cf. Concilio de Trento: DS 1513; Pío XII, enc. Humani generis: ibíd, 3897; Pablo VI, discurso 11 de julio de 1966).

—Génesis 2:10 “Un río nacía en Edén para regar el jardín, y desde allí se dividía formando cuatro brazos. El nombre del primero es Pisón, que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro. El oro de aquel país es puro, allí hay también bedelio y piedra de ónice. El nombre del segundo río es Guijón, que rodea todo el país de Etiopía. El nombre del tercer río es Tigris, que recorre el oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.”

—Cantad de los Cantares 1:10 “Graciosas son tus mejillas con los zarcillos, tu cuello con los collares.”

—Cantar de los Cantares 4:4 “Es tu cuello como la torre de David, que se alza sobre torreones: de ella cuelgan mil escudos, todos divisas de valientes.”

—Cantar de los cantares 7:5 “Tu cuello es como una torre de marfil.”

—CIC # 116 El sentido literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación. Omnes sensus (sc. sacrae Scripturae) fundentur super unum litteralem sensum (Santo Tomás de Aquino., S.Th., 1, q.1, a. 10, ad 1). Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.

—CIC #117 El sentido espiritual. Gracias a la unidad del designio de Dios, no solamente el texto de la Escritura, sino también las realidades y los acontecimientos de que habla pueden ser signos.

El sentido alegórico. Podemos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; así, el paso del mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo (cf. 1 Cor 10, 2).

El sentido moral. Los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducirnos a un obrar justo. Fueron escritos «para nuestra instrucción» (1 Cor 10, 11; cf. Hb 3-4,11).

El sentido anagógico. Podemos ver realidades y acontecimientos en su significación eterna, que nos conduce (en griego: «anagoge») hacia nuestra Patria. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste (cf. Ap 21,1- 22,5).

CIC # 118 Un dístico medieval resume la significación de los cuatro sentidos:
"Littera gesta docet, quid credas allegoria, Moralis quid agas, quo tendas anagogia" (La letra enseña los hechos, la alegoría lo que has de creer, el sentido moral lo que has de hacer, y la anagogía a dónde has de tender).
(Agustín de Dacia, Rotulus pugillaris, I: ed. A. Walz: Angelicum 6 (1929), 256)


Todo el capítulo 4 del Cantar de los Cantáres compara a la Amada con un jardín o huerto. Aqui está una porción de ese capítulo:

—Cantar de los cantares 4:10-16 “¡Qué lindos son tus amores, hermana mía, esposa! ¡Cuánto más deliciosos que el vino, tus amores! ¡Cuánto más la fragancia de tus ungüentos que todos los aromas!

Panal que destila son tus labios, esposa, miel y leche hay en tu lengua; la fragancia de tus vestidos es como el aroma del Líbano.

Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa, huerto cerrado, fuente sellada.

Tus retoños son un paraíso de granados con deliciosos frutos, alheñas y nardos. Nardo y azafrán, canela y cinamomo, con todo árbol de incienso, mirra y áloe, con los mejores aromas. ¡Oh fuente de los huertos, manantial de aguas vivas, arroyos que bajan del Líbano!

¡Levántate, cierzo! ¡Ven, austro! Orea mi huerto, que se esparcen sus aromas. Que entre mi amado en su huerto a gustar los deliciosos frutos.”


Antes de la caída

Génesis 2:25 “Ambos estaban desnudos, el hombre y su mujer, y no sentían vergüenza.”

Después de la caída
Génesis 3:7 “Entonces se les abrieron los ojos y conocieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Y cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el hombre y su mujer se ocultaron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín. El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? Éste contestó: —Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté.”

—Génesis 1:28 “Y los bendijo Dios, y les dijo: —Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;”

—Génesis 4:1 “Adán conoció a Eva, su mujer, que concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: —He adquirido un varón gracias al Señor.”

—Catequesis 28 sobre la Teología del Cuerpo hecha por Juan Pablo II El Cuerpo Rebelde al Espíritu # 1 “En esta dirección se orientó la vergüenza de ambos después del pecado original, cuando se dieron cuenta de que «estaban desnudos», como atestigua el Génesis 3, 7. El texto yahvista parece indicar explícitamente el carácter «sexual» de esta vergüenza: «Cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores»

—CIC # 289 Entre todas las palabras de la sagrada Escritura sobre la creación, los tres primeros capítulos del Génesis ocupan un lugar único. Desde el punto de vista literario, estos textos pueden tener diversas fuentes. Los autores inspirados los han colocado al comienzo de la Escritura de suerte que expresan, en su lenguaje solemne, las verdades de la creación, de su origen y de su fin en Dios, de su orden y de su bondad, de la vocación del hombre, finalmente, del drama del pecado y de la esperanza de la salvación. Leídas a la luz de Cristo, en la unidad de la sagrada Escritura y en la Tradición viva de la Iglesia, estas palabras siguen siendo la fuente principal para la catequesis de los misterios del "comienzo": creación, caída, promesa de la salvación.

—San Juan 16:13 “Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y os anunciará lo que va a venir.

—Judas 1:3 “Queridísimos: como tengo gran interés en escribiros sobre nuestra común salvación, me siento obligado a dirigiros esta carta, para exhortaros a combatir por la fe que ha sido entregada a los santos de una vez por todas.”

NOTA ACLARATORIA /CORRECCIÓN:


Me falto decir al final del video “Si Dios quiere”, pues he aqui lo que enseña el Espíritu Santo por boca del apostol Santiago;

—Santiago 4:13-15 “Atended ahora los que decís: «Hoy o mañana iremos a tal ciudad, pasaremos allí un año, negociaremos y obtendremos buenas ganancias», cuando en realidad no sabéis qué será de vuestra vida el día de mañana, porque sois un vaho que aparece un instante y enseguida se evapora. En lugar de esto deberíais decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello».”
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Cristo ha Resucitado! Aleluya! Feliz Pascua de Resurreción!