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Irapuato
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22 de julio San Felipe Evans. YossMaria on Jun 28, 2010 Sacerdote y Mártir Martirologio Romano: En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros …More
22 de julio San Felipe Evans.

YossMaria on Jun 28, 2010 Sacerdote y Mártir Martirologio Romano: En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros y mártires, que, siendo rey Carlos II, fueron ahorcados al descubrirse que ejercían el sacerdocio en su patria (1679).

Etimológicamente: Felipe = Aquel que es amigo de los caballos, es de origen griego.
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Santos Felipe Evans y Juan Lloyd, presbíteros y mártires - el 22 de julio
fecha de inscripción en el santoral:
22 de julio
†: 1679 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Pío XI 15 dic 1929 - C: Pablo VI 25 oct 1970
Elogio:
En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Orden de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros y mártires, que en tiempo del rey Carlos II fueron …More
Santos Felipe Evans y Juan Lloyd, presbíteros y mártires - el 22 de julio

fecha de inscripción en el santoral:
22 de julio
†: 1679 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Pío XI 15 dic 1929 - C: Pablo VI 25 oct 1970

Elogio:
En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Orden de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros y mártires, que en tiempo del rey Carlos II fueron ahorcados al descubrirse que ejercían el sacerdocio en su patria.

Ver más información en: Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)
Josefina Rojo
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Irapuato
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Y !FELICIDADES! Sierva de Dios Madre María Inés Teresa Arias Espinoza 👏 www.oremosjuntos.com/SiervaDeDios/MariaInesTeresa…
Julio 22
Religiosa y Fundadora 1904 - 1981

Manuela de Jesús Arias Espinosa, nombre de pila de la Madre María Inés-Teresa, nace en Ixtlán del Río, Nayarit, el 7 de julio de 1904. Fue la quinta de ocho hijos. Sus padres fueron, el Lic. Eustaquio Arias Arroniz y la señora …More
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Y !FELICIDADES! Sierva de Dios Madre María Inés Teresa Arias Espinoza 👏 www.oremosjuntos.com/SiervaDeDios/MariaInesTeresa…

Julio 22
Religiosa y Fundadora 1904 - 1981


Manuela de Jesús Arias Espinosa, nombre de pila de la Madre María Inés-Teresa, nace en Ixtlán del Río, Nayarit, el 7 de julio de 1904. Fue la quinta de ocho hijos. Sus padres fueron, el Lic. Eustaquio Arias Arroniz y la señora María Espinosa, ambos originarios de Guadalajara.
En 1911, cuando Porfirio Díaz se exiliaba en Francia, ella hacía su Primera Comunión. Se sabe que era alegre y gustaba comentar en familia la Biblia.
Tuvo una infancia feliz, llena de Dios, como cualquier otra joven, se divertía en fiestas y paseos pero sus intereses eran más profundos y se dirigían a la vida espiritual.
Manuelita tenía apego a la familia. Su padre era Juez de Distrito y hacía viajes continuos llevando consigo a la familia. Ella comenzó a estudiar en Guadalajara, en un colegio de las "Siervas de Jesús Sacramentado"; más tarde, en Tepic, Nayarit, estudió la carrera comercial que la habilitó para trabajar como secretaria en un banco de Mazatlán, Sinaloa.
En 1924 le detectaron apendicitis y fue atendida en la ciudad de Guadalajara.

Durante su convalecencia se hospedó en casa de una prima, quien le proporcionó el libro de la vida de Santa Teresita, cuya lectura despertó en ella vivo deseo de santidad.
En octubre de 1924 durante el Congreso Eucarístico en México, finalmente al tiempo establecido por Dios, la gracia tocó el corazón de Manuelita, sintiéndose totalmente atraída por Él:
"Jesús Eucaristía, al pasar cerca de mí, dejó caer sobre mi alma una de esas inefables miradas que tienen el poder de conmover; me ha dejado toda inflamada de su amor. Me atrae con fuerza irresistible".
El día de Cristo Rey de 1926 se consagró al amor misericordioso como víctima de holocausto. Después de una serie de pruebas y sufrimientos logró lo que tanto anhelaba su corazón: el 7 de julio de 1929 ingresó al Monasterio "Ave María", de las Clarisas Sacramentarias, que a causa de la persecución religiosa, se encontraban expatriadas en Los Ángeles, California.
Ahí recibió el nombre de Sor María Inés-Teresa del Santísimo Sacramento. El 8 de diciembre tomó los hábitos, el día 12 hizo votos temporales y el 14 de diciembre de 1933, los perpetuos.
Durante sus años de religiosa se dio cuenta de que Dios le llamaba a realizar una fundación. En 1940 consultó con la Madre Superiora su inquietud de fundar un instituto misionero y se entrevistó con el Arzobispo Primado de México, Luis María Martínez (hoy Siervo de Dios).
Había que superar obstáculos pues la II Guerra Mundial hizo del Vaticano una isla en la Italia de Mussolini. El Castillo del Santo Ángel era el único sitio seguro para el Papa. La comunicación entre México y el Vaticano era muy limitada. ¿Cómo podían prosperar los sueños misioneros de Sor María Inés-Teresa ante este panorama?
La Madre María Inés-Teresa había iniciando, desde 1942, los procesos necesarios para la fundación de su instituto; sin embargo, fue hasta el 12 de mayo de 1945, por Decreto de la Santa Sede en Roma, que se concedió permiso para la fundación de un convento de Clarisas, teniendo como sede la ciudad de Cuernavaca, Morelos, México.

Ese mismo día fue colocada la primera piedra de la Casa de la Congregación, en Cuernavaca, con beneplácito del Sr. Obispo Francisco Gonzáles Arias, quien había llevado a Roma la solicitud para su establecimiento canónico.
El 21 de agosto de 1945, la Madre María Inés-Teresa se despidió del Monasterio de "Ave María" para luchar por la ampliación de su Congregación. Ella proyectó y dirigió la construcción de la casa madre.
La obra fue creciendo en todos sentidos, y en 1950 escribió las Constituciones de la nueva Congregación que en tan solo 6 años albergó a 92 religiosas en las sedes de Cuernavaca y Puebla.
La Madre María Inés-Teresa solicitó a Roma la transformación de estos dos monasterios en un Instituto Misionero de vida activa y contemplativa. El 22 de junio de 1951 la Santa Sede lo autorizó y surgieron las "Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento". La Madre María Inés-Teresa Arias fue la primera Superiora General.
Su vocación a la oración, a las almas y a la cruz se conjugó con una adhesión y abandono total a la voluntad de Dios. Su escuela de oración era la palabra de Dios leída en la Escritura, meditada en su corazón, releída en comunión con la Iglesia.
La Eucaristía y el amor a María fueron el centro de su vida. Ante el Sagrario, y desde los brazos maternales de la Santísima Virgen, las pruebas y sufrimientos sintonizaban con los intereses de Jesús:

"Tú te ocuparás de mis intereses y yo me ocuparé de los tuyos".
La Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, como toda obra de Dios, tuvo varias dificultades que, con fe y esperanza, la Madre María Inés-Teresa fue venciendo.
La vida de la Iglesia está alimentada por hombres y mujeres que sin importar sus limitaciones y debilidades ofrendan su existencia al servicio de Dios y de sus semejantes, creciendo precisamente como el grano de mostaza del que habla el Evangelio.

Lic. Juan Manuel Robles Gil

La protección divina no dejó de favorecerla. La Madre María Inés-Teresa recordaba que, desde el día 12 de diciembre de 1930, le pareció que la Reina de los Cielos decía a su alma estas palabras que jamás olvidó y que han tenido una dulce realización:

"Si entra en los designios de Dios servirse de ti para las obras de apostolado, me comprometo a acompañarte en todos tus pasos, poniendo en tus labios la palabra persuasiva que ablande los corazones, y en éstos la gracia que necesiten; me comprometo además, por los méritos de mi Hijo, a dar a todos aquellos con los que tuvieras alguna relación, aunque sea tan sólo en espíritu, la gracia santificante y la perseverancia final".

Y así nació una Congregación polifacética cuyo espíritu es Eucarístico, Mariano, Sacerdotal y Misionero. Teniendo como base la adhesión a la voluntad divina, fuente de alegría, y como centro a Jesús Sacramentado, que es su guía, amor y fuerza.
El celo misionero de la Madre María Inés-Teresa, su oración constante, el ejercicio heroico de todas sus virtudes, la llevaron, con el lema: "Es urgente que Él reine", por el mundo estableciendo misiones en Japón, Indonesia, Sierra Leona, Nigeria, Costa Rica, Estados Unidos, México, Italia, España e Irlanda.
La línea Misionera de la Madre María Inés-Teresa se centra en la sed de almas; su familia misionera: las "Misioneras Clarisas", los "Misioneros Laicos Van-Clar", y los "Misioneros de Cristo" para la Iglesia Universal; es la formulación concreta de este carisma misionero donado a la Iglesia.
El 11 de noviembre de 1958, el Papa Juan XXIII recibió a la Madre María Inés-Teresa en el Vaticano y bendijo la Congregación. El 22 de junio de 1969 trasladó la Sede General de la Congregación a Roma.

El 9 de diciembre de 1980, la Madre María Inés-Teresa fue recibida por el Papa Juan Pablo II en su capilla privada. Eran sus Bodas de Oro.
Allí renovó sus votos y ofreció al Santo Padre la Congregación con todos sus miembros presentes y futuros. El Papa comentó espontáneamente:
"Como es fiel, como es fiel".
Durante una tarde tranquila de verano en Roma, Italia, el 22 de julio de 1981, la Madre María Inés-Teresa Arias Espinosa murió como había vivido, en serenidad, sencillez, abandono en manos del Padre y en un acto de amor perfecto:
"Permíteme, Señor, que desde tu gloria siga fecundando la semilla que deposité en la tierra para tu mayor gloria, para que fructifique más y más en las manos de los que me han seguido en las tareas apostólicas".
En esa actitud de dar a conocer la misericordia de Dios a todos, la Misionera Clarisa, en una vida contemplativa y activa, se empeña en los distintos apostolados específicos, testimoniar el amor fraterno, siempre en un espíritu de comprensión y servicio, vividos en amor y paz, siendo la caridad lo que la impulsa a vivir ya no para sí, sino para toda alma necesitada.

Su Carisma es: Eucarístico, Mariano, Misionero, Sacerdotal; en una alegre entrega.

Las Misioneras Clarisas hacen presente el Evangelio de diversas maneras y bajo diversas circunstancias; desde 1963 conviven con los indígenas chiapanecos, capacitándolos para ponerse al servicio de las demás familias en el propio paraje y los grupos vecinos; dicho proyecto comprende evangelización y catequesis, incrementando la vida cristiana y las virtudes naturales de fraternidad, labor social asistencial que eleva el nivel de vida, fomentando su propia cultura; estableciendo talleres de carpintería, herrería, construcción, talabartería, manejo de talleres y otros.

La educación es otra de las obras apostólicas que realizan las Misioneras Clarisas alrededor de todo el mundo, en lugares como: San Nicolás de los Garza, Nuevo León; Huatabampo, Sonora; Distrito Federal; Ixtlán del Río, Nayarit; La Florecilla, Chiapas y Cuernavaca, Morelos. En Los Ángeles y Gardena, en Estados Unidos. En Oizumi, Japón. En Nigeria y Sierra Leona, África. Y en Surabaya, Indonesia.

Además su caridad se extiende a través de dispensarios médicos, residencias universitarias, Casas de Ejercicios, clínicas, la atención pastoral a los jóvenes y la promoción y difusión de la catequesis, tanto en los lugares y países mencionados como en Costa Rica, España, Irlanda, Alemania, India, Rusia, e Italia (Roma, Pisionano y Poviglio), cumpliendo así con uno de los grandes ideales de su Fundadora.

La vida y la muerte de la Madre María Inés-Teresa fueron un himno de alabanza, un himno que resonó en el mundo y que dio comienzo al himno de las bodas eternas. El 29 de febrero de 1992, el Papa Juan Pablo II la nombró "Sierva de Dios". Su Causa está en la Fase Diocesana.

El 22 de Junio de 1951, habiendo recibido el documento de la Aprobación Pontificia de la fundación, la Madre María Inés-Teresa envió las primeras misioneras "ad gentes" a distintas partes del mundo.
Todas ellas impregnadas del mismo espíritu de su Fundadora, ardiendo en celo apostólico, ofreciéndose a sí mismas por la salvación de las almas.
El lema: "OPORTET ILLUM REGNARE" (Urge que Él Reine), expresa la misión de la Misionera Clarisa, quién toma como algo muy propio el deber de evangelizar, compartiendo la responsabilidad de la Iglesia de dar a conocer el mensaje de Cristo a toda criatura humana de todas las condiciones sociales, culturales y económicas, sin importar su raza o creencias.

Homilía pronunciada por el Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, con motivo del 50 Aniversario de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento:
Hoy la Iglesia se alegra por la celebración del 50° Aniversario de la Aprobación Pontifica de la Congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Nace como fruto de un corazón encendido por el amor y por el servicio, por el celo apostólico de la Madre María Inés-Teresa Arias Espinosa, una mujer movida por el fuego del Espíritu Santo, que percibió fuertemente la llamada a compartir los tesoros de la fe y de hacerlo por todo el mundo. El amor no espera, "Urge que Él reine" es el lema de esta religiosa, ¡y qué bien lo hizo realidad! A sólo seis años de la fundación de esta familia religiosa, el Santo Padre Pió XII les concede la gracia de la Aprobación Pontificia y desde entonces son signo del amor providente de nuestro Padre Dios en los lugares en que trabajan.
Al amparo de la Santísima Virgen de Guadalupe, de quien la Madre María Inés-Teresa siempre fue una hija amorosa y obediente, el ideal de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento se ha extendido por 14 naciones del mundo. "Que todos conozcan y amen a Jesús", es la insignia con la que están presentes en una sociedad descristianizada, materialista e indiferente a las exigencias del Evangelio de la vida.
La vida contemplativa es un rasgo esencial y distintivo de la vida consagrada, tiene sus matices en los modos pero no puede prescindirse de esta dimensión.
De la escucha silenciosa y amorosa de la palabra de Dios, el alma consagrada toma energías insospechadas para hacer las obras de su Señor.
En la primera lectura del libro del Eclesiástico se nos descubre la dignidad y eficacia de María Santísima: "Yo soy la madre del amor.... En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, toda esperanza de vida y de virtud.... Los que se dejan guiar por mi no pecarán. Los que me buscan tendrán la vida eterna". Esta revelación hizo que la Sierva de Dios Madre María Inés-Teresa encontrara en Santa María de Guadalupe las certezas de fe que requería para llevar a cabo la obra que el Espíritu Santo había depositado en su corazón.
Desde toda la eternidad Dios tenía contemplado su designio salvífico, desde el primer instante de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno virginal de María no podemos dejar de aclamar las misericordias del Señor, no podemos dejar de sentirnos santamente orgullosos de las obras grandes que el Todopoderoso ha hecho en María y por María. La plenitud de los tiempos ha llegado a todos los seres humanos: no solamente nos llamamos hijos de Dios sino que lo somos, y por tanto también participamos de la herencia eterna.
Esta increíble revelación se hace mensaje y gracia. Contemplamos a María, como lo refiere San Lucas en su Evangelio, que se encamina presurosa a servir a la anciana Isabel, a la que llamaban estéril y que lleva ya seis meses custodiando amorosamente el fruto de la promesa en su vientre, al Precursor.
La actitud misionera de María la lleva a servir con humildad a su prima Isabel. Su persona es anuncio de la presencia del Hijo de Dios entre los hombres. "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre". Es el mismo gesto que están invitadas a vivir en su espiritualidad las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Emprender la misión en primer lugar por su vida de oración y contemplación al Señor Sacramentado, y luego, impulsadas por el Santo Espíritu, misionar para que su reino de amor sea cada vez más dilatado en los corazones y en los pueblos.
Acción y contemplación, misión y adoración, describen a la misma Madre de Dios.
Son las alas del espíritu con que el Señor ha adornado el carisma de las Madres Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Alegrémonos con esta gran familia religiosa y unamos nuestra acción de gracias al Señor, para que fieles a su carisma, den abundantes frutos de santidad en este nuevo milenio.
Que nuestra Madre de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización, les guarde siempre en su amor e interceda ante su Hijo Jesucristo para que les conceda muchas vocaciones, en las que anide el carisma de su fundadora, la Sierva de Dios Madre María Inés-Teresa.

Las Misioneras Clarisas celebraron, el 24 de julio del 2001, un momento muy especial de su historia a cincuenta años de su fundación; medio siglo de buscar con su apostolado la implantación del Reino. En 1942, la Sierva de Dios, Madre María Inés-Teresa Arias Espinosa, inició una obra que hoy fructifica en cada religiosa que trata de hacer partícipes de la misericordia de Dios a todos sus semejantes, a través de una vida contemplativa y activa que se empeña en los distintos apostolados específicos ejercidos por la Congregación y testimoniados en actos de amor fraterno, impregnados de un espíritu de comprensión y servicio, vividos en amor y paz. Con el único fin de llevar el Evangelio de Cristo dando gloria a Dios, viven sus votos, de castidad, pobreza y obediencia, ofreciéndose desde su ingreso por la salvación de las almas.

Señor Padre Santo, que sostienes y guías a la Iglesia glorifica a tu sierva fiel Madre María Inés-Teresa Arias, Fundadora de la Congregación de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento. Ella vivió en sencillez y alegría, en contemplación y acción inflamada por el ansia misionera de dilatar el Reino de Cristo. Concédenos venerarla en los altares para mejor imitar la caridad misionera; y, por su intercesión, concédenos la gracia que hoy te pedimos confiadamente. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.


Se ruega a quienes reciben gracias por su intercesión, enviar una relación a:
Postulación de la Sierva de Dios Madre María Inés-Teresa Arias Espinosa.
Domicilio: Casella Postale 11-006, Montesacro, Roma, Italia.
Irapuato
Santos del 22 de julio
-Santa María Magdalena, Marsella, s. I.
-San Felipe Evans, jesuita, mártir, 1679
-Santa Síntiques; fue discípula de San Pablo y su cooperadora en la propagación del Evangelio, como lo dice él escribiendo a los filipenses: "Ruego a Evodia y a Síntiques que sientan lo mismo en el Señor. También te ruego a ti, fiel compañero, que asistas a aquellas que trabajaron conmigo en …
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Santos del 22 de julio
-Santa María Magdalena, Marsella, s. I.

-San Felipe Evans, jesuita, mártir, 1679

-Santa Síntiques; fue discípula de San Pablo y su cooperadora en la propagación del Evangelio, como lo dice él escribiendo a los filipenses: "Ruego a Evodia y a Síntiques que sientan lo mismo en el Señor. También te ruego a ti, fiel compañero, que asistas a aquellas que trabajaron conmigo en el Evangelio..." Y, como dice San Crisóstomo, parece que estas mujeres fueron las primicias de la Iglesia de Filipos, 78.

-San Platón, mártir, Ancira de Galacia, 304.

-San Teófilo el joven, martirizado por los árabes en Chipre, 790.

-San Cirilo, obispo de Antioquía, mártir, 300.

-San Menelao, abad de Auvergne (Francia) 700.

-San Wandrilo o Wandregesilo, abad de Fontanella (Francia). Descendiente de una de las primeras familias del reino de Austrasia, figuró en su juventud en la corte de Dagoberto I, quien le nombró conde de palacio. Para complacer a sus padres, contrajo matrimonio, pero su esposa, tan virtuosa como él, el mismo día de la boda le persuadió a que guardase perpetua continencia, lo que hicieron ambos algún tiempo, retirándose después uno y otro a diversos monasterios. Wandregesilo, al de Montfaucon en 629. De allí pasó a Roma para practicar la vida monástica hasta 666, en que murió. Los pueblos de la Bretaña le veneran como uno de sus grandes apóstoles.

-San José, conde, Palestina. Célebre judío del s. IV, que gozó de fama bien merecida por su saber; explicó el Talmud largos años en Jerusalén. Se convirtió en un viaje a la Cilicia; sus correligionarios le persiguieron y maltrataron. Constantino el Grande le dió el título de conde. Asistió al Concilio de Nicea y fue uno de los prelados que sufrieron el destierro por defender la fe nicena en tiempo del mismo emperador Constantino. Escitópolis, 356.

-San Salviano, sacerdote de Marsella. De su vida se conocen pocos pormenores. Debió de nacer en Colonia (Alemania), y estar casado con una virtuosa señora llamada Paladia, a quien dejó para abrazar el estado clerical. San Euquerio de Lyón le confió la educación de sus dos hijos, que más tarde fueron obispos. Consultáronle a porfía los sabios más afamados y los teólogos de su tiempo. Escribió el libro De Gubernatione Dei et de justo Dei praesentique juditio, en el que se eleva a las más altas esferas de la teología, dice Bossuet, y se le puede igualar al De Civitate Dei, de San Agustín.

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Sierva de Dios María Inés Teresa Arias Espinosa. Religiosa y Fundadora 1904 - 1981. Manuela de Jesús Arias Espinosa, nombre de pila de la Madre María Inés-Teresa, nace en Ixtlán del Río, Nayarit, el 7 de julio de 1904. Fue la quinta de ocho hijos. Sus padres fueron, el Lic. Eustaquio Arias Arroniz y la señora María Espinosa, ambos originarios de Guadalajara.
Durante una tarde tranquila de verano en Roma, Italia, el 22 de julio de 1981, la Madre María Inés-Teresa Arias Espinosa murió como había vivido, en serenidad, sencillez, abandono en manos del Padre y en un acto de amor perfecto: "Permíteme, Señor, que desde tu gloria siga fecundando la semilla que deposité en la tierra para tu mayor gloria, para que fructifique más y más en las manos de los que me han seguido en las tareas apostólicas".
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Irapuato
😇 Josefina Rojo 🤗
Josefina Rojo
👍 Martir desconocido... para nosotros pero no para Dios.. Gracias por darnoslo a conocer y a venerar.