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LLAMAMIENTO

7 de MAYo, 2020

LLAMAMIENTO POR LA IGLESIA Y POR EL MUNDO
a los fieles católicos y a los hombres de buena voluntad
Veritas liberavit vos
Jn 8, 32

En un momento de gravísima crisis, nosotros los Pastores de la Iglesia Católica, en virtud del mandato que hemos recibido, consideramos que es nuestro deber sagrado dirigir un Llamamiento a nuestros hermanos en el Episcopado, al clero, a los religiosos, al pueblo santo de Dios y a todos los hombres de buena voluntad. También suscriben este llamamiento intelectuales, médicos, abogados, periodistas y profesionales que comparten su contenido, y pueden suscribirlo asimismo cuantos quieran hacerlo.
Los hechos han demostrado que, bajo el pretexto de la epidemia de Covid-19, se ha llegado en muchos casos a vulnerar derechos inalienables de los ciudadanos, limitando en forma desproporcionada e injustificada sus libertades fundamentales, entre ellas el ejercicio de la libertad de culto, de expresión y de movimiento. La salud pública no debe ni puede convertirse en excusa para conculcar los derechos de millones de personas en todo el mundo, y menos aún para que las autoridades civiles eludan su obligación de obrar con prudencia a favor del bien común. Esto es tanto más cierto cuanto más crecen las dudas planteadas por muchos en torno a la efectiva capacidad de contagio, peligrosidad y resistencia del virus: muchas voces autorizadas del mundo de la ciencia y de la medicina confirman que el alarmismo que han manifestado los medios informativos al Covid-19 no parece para nada justificado.

Sobre la base de los datos oficiales referidos a la incidencia de la epidemia respecto al número de fallecimientos, tenemos motivos para creer que hay poderes interesados en crear el pánico entre la población, con el único fin de imponer permanentemente formas inaceptables de la limitación de libertades, de control de las personas y de vigilancia de sus movimientos. Estas modalidades de imposiciones no liberales preludian de manera inquietante la efectivización de un Gobierno Mundial que escapa a todo control.

Creemos también que las medidas de protección adoptadas en algunas situaciones, incluyendo el cierre de las actividades comerciales, han desencadenado una crisis que ha hundido a sectores enteros de la economía, favoreciendo con ello la interferencia de potencias extranjeras, con graves repercusiones sociales y políticas. Quienes ejerzan cargos gubernamentales deben impedir estas formas de ingeniería social, adoptando medidas encaminadas a la tutela de sus ciudadanos, a quienes representan y en cuyo interés tienen la grave obligación de obrar. Ayúdese igualmente a la familia, célula de la sociedad, evitando penalizar irrazonablemente a las personas débiles y a los ancianos, obligándolos a dolorosas separaciones de sus seres queridos. Además, la criminalización de las relaciones personales y sociales debe ser juzgada como parte inaceptable del proyecto de quienes promueven el aislamiento de las personas para manipularlas y dominarlas mejor.

Pedimos a la comunidad científica que vigile para que las curas para el Covid-19 se promuevan con honestidad para el bien común, evitando escrupulosamente que intereses inicuos influyan en las decisiones de los gobernantes y de los organismos internacionales. No es razonable penalizar remedios que se han revelado eficaces, en muchos casos de bajo costo, sólo porque se pretenden privilegiar curas o vacunas no tan eficaces pero que garantizan ingresos mucho mayores a las empresas farmacéuticas, agravando los gastos de la salud pública. Como Pastores que somos, recordemos también que para los católicos es moralmente inaceptable inocularse con vacunas en cuya producción se ha utilizado material procedente de fetos abortados.

Pedimos asimismo a los gobernantes que vigilen para que se eviten en la forma más rigurosa posible las formas de control de las personas, sea mediante sistemas de rastreo electrónico como de cualquier otra forma de localización: a pesar de la gravedad de la situación, el combate al Covid-19 no debe servir de pretexto para secundar turbias intenciones de entidades supranacionales que tienen fortísimos intereses comerciales y políticos en este proyecto. En particular, debe permitirse a los ciudadanos la posibilidad de rechazar semejantes limitaciones a las libertades personales, sin imponer forma alguna de penalización para quien no desee beneficiarse de las vacunas, de los métodos de localización y de cualquier otro instrumento análogo. Téngase en cuenta la flagrante contradicción que se observa entre quienes persiguen políticas de reducción drástica de la población y al mismo tiempo se presentan como salvadores de la humanidad sin tener la menor legitimación política ni social. Por último, la responsabilidad política de quien representa al pueblo no puede ser confiada en modo alguno a técnicos que incluso reivindican para ellos mismos formas de inmunidad penal que resultan como mínimo inquietantes.

Solicitamos enérgicamente a los medios de comunicación que se empeñen activamente en facilitar una información correcta que no penalice el disenso recurriendo a formas de censura, como está sucediendo en forma generalizada en las redes sociales, la prensa y la televisión. La veracidad de la información impone que se dé lugar a voces no alineadas con el pensamiento único, permitiendo a los ciudadanos evaluar la realidad con conocimiento de causa, sin ser influidos en gran medida por intervenciones partidistas. Un diálogo democrático y honesto es el mejor antídoto contra el riesgo de imponer formas sutiles de dictadura, presumiblemente peores que las que nuestra sociedad ha visto nacer y morir en épocas recientes.

Recordemos, por último, como Pastores a quienes les incumbe la responsabilidad de guiar la grey de Cristo, que la Iglesia reivindica firmemente su propia autonomía de gobierno, de culto y de predicación. Esta autonomía y libertad es un derecho de nacimiento que Nuestro Señor Jesucristo le concedió para que cumpla las finalidades que le son propias. Por este motivo, como Pastores reivindicamos firmemente el derecho a decidir en forma autónoma en lo que se refiere a la celebración de la Santa Misa y los Sacramentos, como también pretendemos plena autonomía en las materias que están dentro de nuestra inmediata competencia y jurisdicción, como por ejemplo las normas litúrgicas y las modalidades de administración de la Comunión y de los otros Sacramentos. El Estado no tiene ningún derecho a interferir por ningún motivo en la soberanía de la Iglesia. La colaboración de las Autoridades Eclesiásticas, que jamás ha sido negada, no supone por parte de la Autoridad Civil formas de prohibición o de limitación del culto público o del ministerio sacerdotal. Los derechos de Dios y de los fieles son ley suprema de la Iglesia que ésta no pretende ni puede abrogar. Solicitamos que nos sean retiradas las limitaciones a la celebración del culto público.

Invitamos a las personas de buena voluntad a no sustraerse a su deber de colaborar al bien común, cada cual según su propio estado y las propias posibilidades y en espíritu de caridad fraterna. Pero esta cooperación, auspiciada por la Iglesia, no puede prescindir ni del respeto a la Ley natural ni a la garantía de las libertades individuales. Los deberes civiles a los que están obligados los ciudadanos implican el reconocimiento de sus derechos por parte del Estado.

Todos estamos llamados a valorar los hechos actuales en forma coherente con las enseñanzas del Evangelio, y ello exige tomar partido: o con Cristo o contra Cristo. No nos dejemos intimidar ni asustar por quienes nos hacen creer que somos una minoría: el Bien está mucho más difundido y es mucho más poderoso que lo que el mundo quiere hacernos creer. Nos enfrentamos a un enemigo invisible que separa a los ciudadanos, a los hijos de los padres, a los nietos de los abuelos, a los fieles de los pastores, a los alumnos de los docentes, a los clientes de los vendedores. No permitamos que con la excusa de un virus se borren siglos de civilización cristiana, para instaurar una odiosa tiranía tecnológica en la que personas sin nombre y sin rostro puedan decidir la suerte del mundo confinándonos a una realidad virtual. Si éste es el proyecto con el que pretenden dominarnos los poderosos de la tierra, sepan que Jesucristo, Rey y Señor de la Historia, ha prometido que «las puertas del Infierno no prevalecerán» (Mt. 16, 18).

Encomendamos los gobernantes y a cuantos rigen el destino de las naciones a Dios Todopoderoso, para que los ilumine y los guíe en estos momentos de gran crisis. Recordemos que, al igual que el Señor nos juzgará a nosotros Pastores por la grey que nos ha confiado, de la misma manera juzgará a los gobernantes por los pueblos que ellos tienen el deber de defender y gobernar.

Recemos con fe al Señor, para que proteja a la Iglesia y al mundo. La Virgen Santísima, Auxilio de los Cristianos, aplaste la cabeza de la antigua serpiente y derrote los planes de los hijos de las tinieblas.
8 de mayo de 2020
Virgen del Rosario de Pompeya

Lista de firmantes:

Cardenales
*Gerhard Ludwig Mueller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe
*Joseph Zen Ze-kiun, obispo emérito de Hong Kong
*Janis Pujats, arzobispo emérito de Riga (Letonia)
Obispos
*Luigi Negri, arzobispo emérito Ferrara-Comacchio (Italia)
*Joseph Strickland, obispo de Tyler (/Estados Unidos)Texas
*Thomas Peta, arzobispo metropolitano de Astana (Kazajistán)
*Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Astana (Kazajistán)
*Carlo Maria Viganò, arzobispo, nuncio apostólico (promotor del Llamamiento)
*Jan Pawel Lenga, arzobispo emérito de Karaganda (Karagandá)
*Rene Henry Gracida, obispo emérito de Corpus Christi (Estados Unidos)
*Andreas Laun, obispo auxiliar de Salzburgo (Austria)
*Robert Muestsaerts, obispo auxiliar de Den Bosch (Holanda)

Sacerdotes
*Padre Serafino Lanzetta, teólogo
*Padre Alfredo Maria Morselli, teólogo
*Padre Curzio Nitoglia, teólogo

Y además adhieren:
PERIODISTAS, EDITORES Y ESCRITORES

MEDICOS, INMUNÓLOGOS, VIRÓLOGOS, INVESTIGADORES

ABOGADOS

LECTORES, DOCENTES Y PROFESIONALES

ASOCIACIONES

Traducción al español por: José Arturo Quarracino
Lucardo
Lo que me parece muy alentador es que entre los firmantes estén Lenga y Gracida, que han dado testimonio público al Papa verdadero, Benedicto XVI
LADYBLUE94 shares this
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Llamado!!
Gesù è con noi
✍Apoyemos a nuestro fiel Obispo Viganò veritasliberabitvos.info/sign-the-appeal/ 🙏🙏🙏