Un HURRA!!! por el Beato Juan Pablo II, él no tuvo miedo porque
era la Luz de Jesús y del Espíritu Santo, la que hablaba y actuaba por él y él se ofreció como pavimento al Espíritu Creador para llevar a las almas donde Él, las
quisiera llevar, en su ordenación como sacerdote: ¡LUZ DIVINA!: GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS!!!