Angelo Lopez
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¿Qué es la santidad, en qué consiste, dónde se reconoce, cómo se vive?

Significado actual de la santidad

¿Qué es la santidad, en qué consiste, dónde se la reconoce, cómo se vive?

A estas preguntas responde la exhortación Gaudete et exsultate (alegraos y regocijaos”), del Papa Francisco, en el capítulo primero.

En el texto podemos destacar cuatro aspectos: santidad y vida ordinaria, la Iglesia como marco vivo de la santidad, la santidad como vocación-misión en Cristo, la santidad como algo esencialmente abierto.

Se trata de aspectos que están desde el principio en el Evangelio, que vivieron ejemplarmente los primeros cristianos y que los Padres de la Iglesia pusieron claramente de relieve. Pero que en gran parte quedaron olvidados hasta el siglo XX.

Santidad en la vida ordinaria

Primero, santidad en la vida ordinaria, la vida cotidiana. El Papa trata de la “santidad común”, de la “santidad de la puerta de al lado”, de “la clase media de la santidad”. Ninguna de esas expresiones es equivalente a una santidad mediocre o una santidad de segunda división, pues esa santidad no existe. Todos, también los que parece que no cuentan socialmente, están llamados a la santidad. Cada uno, con la pequeña historia de sus vidas que se influyen unas a otras, para entretejer la “verdadera historia” del mundo.

Son esas “almas modestas”, en expresión de Joseph Malègue, citado por el Papa. Se trata, en suma, de la santidad de la vida corriente, en el trabajo, en la amistad, en la familia y en las relaciones sociales, que predicó incansablemente san Josemaría Escrivá: “¿Quién piensa –escribió al principio de los años treinta– que ésta es labor exclusiva de sacerdotes y religiosos? A todos, sin excepción, dijo el Señor: Sed perfectos, como mi Padre Celestial es perfecto” (Camino, 291).

No es nunca la santidad, ha enseñado el Papa argentino, una santidad “de tintorería” (impecable) o “de fingimiento”; tampoco es una santidad perfeccionista; sino la de aquellos que “aun en medio de imperfecciones y caídas, siguieron adelante y agradaron al Señor” (GE 3). La santidad es fruto de nuestro Bautismo. Es obra principal del Espíritu Santo en nosotros, que cuenta con nuestra colaboración, a base normalmente de pequeños gestos. Otras veces presenta desafíos mayores, o, al menos, un modo distinto de vivir lo que ya hacemos (cf. GE 16s). Y siempre requiere de nuevas conversiones. Así se llega a realizar lo ordinario de modo extraordinario. www.primeroscristianos.com/significado-actual-la-santidad/