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¿Quienes serán el Falso Profeta y El Anticristo? Apocalipsis 13 En el famoso sueño de San Bosco, ante las tormentas y dificultades que quieren destruirnos, Dios le muestra tres signos de salvación: …More
¿Quienes serán el Falso Profeta y El Anticristo? Apocalipsis 13
En el famoso sueño de San Bosco, ante las tormentas y dificultades que quieren destruirnos, Dios le muestra tres signos de salvación: 1. La Barca de Pedro, la Iglesia que nos lleva al puerto de la salvación. 2. La Eucaristía, nuestra alma, necesita alimentarse del Pan de salvación, el pan de Vida Eterna, nuestra sed de justicia, nuestra ansia de felicidad solo puede saciarse con la Sangre del Nuevo Pacto, derramada en nuestro favor, por Jesús en el calvario, la adoración al Corazón eucarístico de Jesucristo es la columna de nuestra fe. 3. La Devoción a María, que consiste en contemplar e imitar sus virtudes, en consagrarnos totalmente a Dios, por medio de su Inmaculado Corazón. Junto al Papa, en la Barca de Pedro, y anclados en las columnas de salvación (los dos testigos) los corazones de Jesús y María, halláremos salvación.
«Hijos míos, esta es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, ya han …More
Enzo de la Virgen
¿Se Pueden combinar la fe en Jesucristo con las prácticas de otras religiones?
La fe cristiana es incompatible con las otras creencias como: ateismo (negar la existencia de Dios), politeísmo (tener múltiples divinidades) panteísmo (negar la existencia del creador, todo es dios) gnosticismo (de conocimiento oculto no intelectual), y toda forma de paganismo porque van en contraposición de la …More
¿Se Pueden combinar la fe en Jesucristo con las prácticas de otras religiones?

La fe cristiana es incompatible con las otras creencias como: ateismo (negar la existencia de Dios), politeísmo (tener múltiples divinidades) panteísmo (negar la existencia del creador, todo es dios) gnosticismo (de conocimiento oculto no intelectual), y toda forma de paganismo porque van en contraposición de la revelación del evangelio de Jesucristo, Dios hecho hombre para redimirnos; a la adoración que le debemos a nuestro Dios uno y trino; pero lamentablemente surgen algunas sectas con doctrinas y prácticas de esoterismo, reencarnación, superstición e hinduismo mezclado y presentado con un lenguaje aparentemente cristiano, contraviniendo los concejos de San Pablo: ¡No unciros en yugo desigual con los infieles! Pues ¿qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? ¿Qué armonía entre Cristo y Beliar? ¿Qué participación entre el fiel y el infiel? ¿Qué conformidad entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros somos santuario de Dios vivo, como dijo Dios: Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Por tanto, salid de entre ellos y apartaos, dice el Señor. No toquéis cosa impura, y yo os acogeré. (II Corintios 6,14-17).

La Iglesia católica participa y propicia el dialogo interreligioso, procurando el bien, ante todos los hombres: “En lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres” (Romanos 12,18). Pero no tolera el sincretismo o mezcla de creencias, en atención a la Escritura: “Pero si lo que inmolan los gentiles, ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! Y yo no quiero que entréis en comunión con los demonios. No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios”(I Corintios 10,20-21) ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? ¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce. (Santiago 3,11).

Entre las señales del fin de los tiempos la Biblia menciona: la Apostasía (renegar de la enseñanza de Jesucristo, despotricar de la fe católica) y la venida del Anticristo. Para muchos se dice que estamos al principio de la Apostasía, es decir, que aún no hemos llegado al culmen, techo o culminación de esa apostasía. “Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. (I Juan 2,18) La Biblia habla de Anticristos o de precursores del Anticristo: que son los movimientos esotéricos tan de moda hoy en día, astrólogos, futurólogos, canalización, energías, Feng-shui, panteísmo, etc, de la New Age, que tiene tanta fuerza, con sus practicas ocultistas condenadas desde antiguo por la Escritura: “… No practiquéis encantamiento ni astrología”. (Levítico 19,26) “No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos”. (Deuteronomio 18,10). También como precursores del Anticristo se entienden los teólogos desviados de la sana doctrina, sociedades secretas y de los falsos profetas “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades” (II Timoteo 4,3).
Enzo de la Virgen
. ¿Qué debemos hacer frente a quienes pertenecen a las Sectas?
Debemos tratarlos sin ningún tipo de discriminación, Jesús nos habla de la corrección fraterna, recordando que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, tratando con nuestro ejemplo y oración que vuelvan a la Iglesia que Cristo edificó, San Pablo nos aconseja: "Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele" (Tito 3,10),More
. ¿Qué debemos hacer frente a quienes pertenecen a las Sectas?

Debemos tratarlos sin ningún tipo de discriminación, Jesús nos habla de la corrección fraterna, recordando que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, tratando con nuestro ejemplo y oración que vuelvan a la Iglesia que Cristo edificó, San Pablo nos aconseja: "Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele" (Tito 3,10), estas palabra de, son un reto para ponerlas en practica, y para llevarles la luz de la corrección a nuestros “hermanos esperados” tenemos que empezar por conocer más nuestra fe Católica, profundizar en el conocimiento doctrinal y bíblico, para ser apóstoles de la verdad de Dios, para la corrección fraterna y para unidad tan requerida por el evangelio de Jesucristo, sin caer en discusiones y polémicas (cf II Tim 2,17; Tito 3,9-11).

Guiados siempre por su Espíritu Santo que nos recuerda: "Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos" (Romanos 16,17-18). Hay que tener cuidado con los que causan o suscitan las divisiones, no ponernos a sintonizar sus manipuladores programas, para cuidar el gran tesoro de la Fe que Dios nos regalo en su infinita misericordia, y debemos mantenernos en comunión con nuestros Obispos y el Magisterio: “Porque el Obispo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). Los creadores de sectas, aparentan conocer mucho la Biblia, pero niegan las verdades reveladas en ella, llevan a sus seguidores a memorizar minúsculos fragmentos, tomados fuera de contexto y a desconocen gran parte de la Escritura, la cual ignoran casi por completo, en cambio en la Iglesia Católica, basta con asistir diariamente a Misa dos años y ya habremos oído toda la Biblia completa, por eso, hay que estar alerta frente las sectas y sus palabras seductoras: “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades” (II Timoteo 4,3).

Pero sobre todo tener siempre presente la advertencia de Jesucristo: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7,15) y de los escritores bíblicos: “Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio” (I Timoteo 6,3-5).

¿Qué dice la Biblia acerca de los que dividen la Iglesia creando Sectas?

La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4), “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 0,16), y revela que los que causan divisiones son burladores que se guían por las bajas pasiones y no por el Espíritu de Dios (cf Judas 0,18-19), de los cuales hay que tener mucho cuidado porque quieren contaminarnos (cf Judas 0,20), es por eso debemos estar alertas y preparados para defender la única fe revelada por Dios (Judas 0,3).

También San Pablo nos ruega que luchemos por la unidad y acuerdo dentro de la Iglesia para que hayan divisiones, rivalidades o sectas (cf I Cor 1,10-11) y reprende a los pretendían crear sectas, con estas palabras: "Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (I Cor 1,12-13), luego acusa a los sectarios de ser carnales, o movidos por los bajos instintos y añade: "Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no procedéis al modo humano? ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio" (I Cor 3,4-5).

El deseo de Dios expresado en Juan 17,21 es que todos sus seguidores sean unidos, vivan en comunión perfecta, y no existan divisiones o contiendas entre los cristianos, por eso leemos está grave sentencia en el Nuevo Testamento: "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gálatas 5,19-21). Debemos estar muy pendientes, y no dejarnos embaucar, y recordar siempre la advertencia de Jesús: «No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21).
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Enzo de la Virgen
¿Para qué necesitas tú al Papa Francisco?
La primera comunidad de Apóstoles, que Jesús formó, lo necesitó, y sí Cristo lo considero necesario y útil, para sus primeros discípulos, los Santos Apóstoles, cuanto más nosotros pobres pecadores, lo necesitaremos. No debemos pecar considerarnos auto suficientes, sino que debemos ser humilde, buscar y recurrir a todas las ayudas que Dios nos mando, …More
¿Para qué necesitas tú al Papa Francisco?

La primera comunidad de Apóstoles, que Jesús formó, lo necesitó, y sí Cristo lo considero necesario y útil, para sus primeros discípulos, los Santos Apóstoles, cuanto más nosotros pobres pecadores, lo necesitaremos. No debemos pecar considerarnos auto suficientes, sino que debemos ser humilde, buscar y recurrir a todas las ayudas que Dios nos mando, para el correcto seguimiento de Cristo y su Palabra; “Para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo”. (Efesios 4,12). El Papa confirma la verdad, del Evangelio, y la correcta interpretación de la Biblia, para los tiempos que vivimos, pues él actúa el Nombre del Señor, cumpliendo la misión que Jesús le encomendó a Pedro y sus sucesores de apacentar sus ovejas, hasta la consumación de los tiempos (cf Mateo 16,18-19).

¿Porqué debemos obedecer a nuestros Sacerdotes, Obispos y al Papa?

Porque son representantes de Cristo, y sucesores de los apóstoles, a quienes el señor les dijo: “Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) y esa es la Voluntad de Dios, expresada desde antiguo en su Santa Palabra, que honremos a sus siervos quienes ministran en su Nombre, por su mandato directo: “Con todas tus fuerzas ama al que te hizo, y a sus ministros no abandones. Teme al Señor y honra el Sacerdote, dale su porción como te está prescrito: primicias, sacrificios de reparación, pierna de las ofrendas, oblación de santidad y primicias de las cosas sagradas” (Eclesiástico. 7,30-31).

Les obedecemos, por nuestro propio bien, porque ellos son delegados de Cristo (Mateo 10,40) y nos dirigen por el camino revelado en las Escrituras que nos manda: “Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna” (Hebreos 13,17).

¿Necesitamos del Papa y el Magisterio de la Iglesia?

Por supuesto que si, no podemos ser tan soberbios, para despreciar la dirección y guía que Dios a dispuesto para toda su Iglesia. Jesucristo dejo su autoridad delegada, no en Palabras escritas en paginas, sino en Personas marcadas por su testimonio, para regir su pueblo con justicia, en santidad y comunión de amor. Debemos obedecer la Palabra de Dios que nos aclara: “Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas” (I Corintios 12,28). “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad” (I Corintios 12,11).

. ¿Qué dice la Biblia acerca de los que dividen la Iglesia creando Sectas?

La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4), “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 0,16), y revela que los que causan divisiones son burladores que se guían por las bajas pasiones y no por el Espíritu de Dios (cf Judas 0,18-19), de los cuales hay que tener mucho cuidado porque quieren contaminarnos (cf Judas 0,20), es por eso debemos estar alertas y preparados para defender la única fe revelada por Dios (Judas 0,3).

También San Pablo nos ruega que luchemos por la unidad y acuerdo dentro de la Iglesia para que hayan divisiones, rivalidades o sectas (cf I Cor 1,10-11) y reprende a los pretendían crear sectas, con estas palabras: "Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (I Cor 1,12-13), luego acusa a los sectarios de ser carnales, o movidos por los bajos instintos y añade: "Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no procedéis al modo humano? ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio" (I Cor 3,4-5).

El deseo de Dios expresado en Juan 17,21 es que todos sus seguidores sean unidos, vivan en comunión perfecta, y no existan divisiones o contiendas entre los cristianos, por eso leemos está grave sentencia en el Nuevo Testamento: "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gálatas 5,19-21). Debemos estar muy pendientes, y no dejarnos embaucar, y recordar siempre la advertencia de Jesús: «No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21).
Enzo de la Virgen
¿La Biblia nos manda a guardar fidelidad y obediencia a la Iglesia y al Papa Francisco?
Por supuesto que si, la Biblia junto con el deposito de la fe oral, e innumerables escritos que datan de los tiempos de los apóstoles lo corroboran, por ejemplo en Efesios 2,20 leemos: "Edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo". En Hebreos 13,17 tenemos …More
¿La Biblia nos manda a guardar fidelidad y obediencia a la Iglesia y al Papa Francisco?

Por supuesto que si, la Biblia junto con el deposito de la fe oral, e innumerables escritos que datan de los tiempos de los apóstoles lo corroboran, por ejemplo en Efesios 2,20 leemos: "Edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo". En Hebreos 13,17 tenemos una comisión muy clara: "Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna". Y San Pedro el primer Papa, añade: “Acordaos de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de vuestros apóstoles que es el mismo del Señor y Salvador” (II Pedro 3,2).

Además debemos seguir el ejemplo de los primeros discípulos de Cristo se sometieron a la autoridad de San Pedro, en los siguientes pasaje se demuestra que él fue su líder y la máxima autoridad de la Iglesia, después de la ascensión del Señor al Cielo, en primer lugar leamos parte de la predicación, el día de Pentecostés: “Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os que de esto bien claro y prestad atención a mis palabras” (Hechos 2,14). Ahora en el primer Concilio de la Iglesia, veamos como prevalece su autoridad delegada por Jesús, para mostrar la correcta doctrina, y aclarar las dudas, que surgían por interpretaciones erróneas de algunos nuevos creyentes: “Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran»”. (Hechos 15,7). Y complementemos con su propia presentación, en sus cartas pastorales: "Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que viven como extranjeros en la Dispersión: en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos” (I Pedro 1,1).

¿Algunas Sectas dicen que Jesús prohibió tener rangos porque quiso todos nos llamemos Hermanos?

Lo dirán por criticarnos o quizás por hipocresía, ya que ellos se auto proclaman con distintos títulos como Pastores, Evangelistas, Conferencistas y etc., sin tener muchas veces ningún grado de instrucción, ni la preparación bíblica, filosófica y teológica que tienen nuestros Sacerdotes Católicos, que se preparan por más de siete años de estudios académicos. Es por eso que no debemos caer en el error de tomar literalmente una frase de Jesús en Mateo 23,8: "y vosotros sois todos hermanos", porque sabemos que una cita sin contexto es un simple pretexto, y según el Nuevo Testamento, Jesús estructuró a su única y Santa Iglesia con rangos y funciones especificas, para el mejor cumplimiento de nuestra misión aquí en la tierra, puedes verificarlo en la Primera Carta de San Pablo a los Corintios en los capítulos 12 y 13 completos, para no caer en caprichosos pretextos. Donde por ejemplo en el verso (12,28) se lee: “Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas; lo tercero maestros; luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen el don de lenguas”

¿Quiso Jesucristo que tengan rango o jerarquías sus discípulos?

Si, en todo el Nuevo testamento se nota, que Cristo ordenó su Iglesia, para que respetando sus dirigentes se mantenga unida, dando testimonio de su evangelio, hasta que Él vuelva en gloría, colocando una Piedra, o Papa que la mantenga firme en la fe: El mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros, para el recto ordenamiento de los santos en orden a las funciones del ministerio, para edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo”. (Efesios 4,11-13).

¿Porqué debemos obedecer a nuestros Sacerdotes, Obispos y al Papa?

Porque son representantes de Cristo, y sucesores de los apóstoles, a quienes el señor les dijo: “Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) y esa es la Voluntad de Dios, expresada desde antiguo en su Santa Palabra, que honremos a sus siervos quienes ministran en su Nombre, por su mandato directo: “Con todas tus fuerzas ama al que te hizo, y a sus ministros no abandones. Teme al Señor y honra el Sacerdote, dale su porción como te está prescrito: primicias, sacrificios de reparación, pierna de las ofrendas, oblación de santidad y primicias de las cosas sagradas” (Eclesiástico. 7,30-31).

Les obedecemos, por nuestro propio bien, porque ellos son delegados de Cristo (Mateo 10,40) y nos dirigen por el camino revelado en las Escrituras que nos manda: “Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna” (Hebreos 13,17).
Enzo de la Virgen
Las fuerzas del Infierno no prevalecerán contra La Iglesia Católica, ni contra el Santo Papa Francisco el sucesor de Pedro.
. ¿Porqué debemos obedecer a nuestros Sacerdotes, Obispos y al Papa?
Porque son representantes de Cristo, y sucesores de los apóstoles, a quienes el señor les dijo: “Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí rechaza; y quien me rechaza a …More
Las fuerzas del Infierno no prevalecerán contra La Iglesia Católica, ni contra el Santo Papa Francisco el sucesor de Pedro.

. ¿Porqué debemos obedecer a nuestros Sacerdotes, Obispos y al Papa?

Porque son representantes de Cristo, y sucesores de los apóstoles, a quienes el señor les dijo: “Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros rechaza a mí rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado” (Lucas 10,16) y esa es la Voluntad de Dios, expresada desde antiguo en su Santa Palabra, que honremos a sus siervos quienes ministran en su Nombre, por su mandato directo: “Con todas tus fuerzas ama al que te hizo, y a sus ministros no abandones. Teme al Señor y honra el Sacerdote, dale su porción como te está prescrito: primicias, sacrificios de reparación, pierna de las ofrendas, oblación de santidad y primicias de las cosas sagradas” (Eclesiástico. 7,30-31).

Les obedecemos, por nuestro propio bien, porque ellos son delegados de Cristo (Mateo 10,40) y nos dirigen por el camino revelado en las Escrituras que nos manda: “Obedeced a vuestros dirigentes y someteos a ellos, pues velan sobre vuestras almas como quienes han de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y no lamentándose, cosa que no os traería ventaja alguna” (Hebreos 13,17).

¿Necesitamos del Papa y el Magisterio de la Iglesia?

Por supuesto que si, no podemos ser tan soberbios, para despreciar la dirección y guía que Dios a dispuesto para toda su Iglesia. Jesucristo dejo su autoridad delegada, no en Palabras escritas en paginas, sino en Personas marcadas por su testimonio, para regir su pueblo con justicia, en santidad y comunión de amor. Debemos obedecer la Palabra de Dios que nos aclara: “Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas” (I Corintios 12,28). “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad” (I Corintios 12,11).