La última prueba de la Iglesia

Catecismo de la Iglesia Católica:
La última prueba de la Iglesia
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Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
676 Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente perverso" (cf. Pío XI, carta enc. Divini Redemptoris, condenando "los errores presentados bajo un falso sentido místico" "de esta especie de falseada redención de los más humildes"; GS 20-21).
677 La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 28 febrero 2007 (ZENIT.org).-
El cardenal Giacomo Biffi ha presentado a Benedicto XVI y a la Curia Romana «la advertencia profética de Vladimir S. Soloviev» sobre el anticristo.
El predicador de los ejercicios espirituales hizo referencia al filósofo y poeta ruso, que vivió entre 1853 y 1900, para explicar que el anticristo, en realidad, consiste en reducir al cristianismo a una ideología, en vez de ser un encuentro personal con Cristo salvador.
Citando la obra de Soloviev, «Tres diálogos» (1899), el arzobispo emérito de Bolonia recordó que «el anticristo se presenta como pacifista, ecologista y ecumenista».
«Convocará un Concilio ecuménico y buscará el consenso de todas las confesiones cristianas, concediendo algo a cada uno. Las masas le seguirán, a excepción de pequeños grupos de católicos, ortodoxos y protestantes», dijo.
En su «Relato sobre el anticristo» Soloviev prevé que un pequeño grupo de católicos, ortodoxos, e hijos de la Reforma resistirán y le responderán al anticristo: «Tú nos das todo, menos lo que nos interesa, Jesucristo»
.... Para el purpurado italiano, este es «el peligro que los cristianos corren en nuestros días»: «el Hijo de Dios no puede ser reducido a una serie de buenos proyectos homologables con la mentalidad mundana dominante».

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